Wagnermania
 


 LIBRETTO ESPAÑOL

OBERTURA

ACTO I

Escena primera
Una costa rocosa y escarpada. El mar ocupa la mayor parte del escenario; con una gran vista sobre él. Hace mal tiempo; hay una tormenta violenta.
El barco de Daland acaba de anclar junto a la costa; los marineros están ocupados arriando las velas, las cuerdas, etc. Daland ha bajado a tierra; sube un acantilado y mira hacia tierra para orientarse).

NR. 1 Introducción

Marineros
(Mientras trabajan)
Hojoje!, Hojoje!, Hallojo! Ho!.

Daland
(Bajando del acantilado)
¡No hay duda! La tormenta nos ha
desviado siete millas, a un refugio seguro.
¡Tan cerca que estábamos tras un viaje tan largo,
y el destino me juega esta mala pasada!.

Timonel
(Desde cubierta)
Ho! ¡Capitán!

Daland
¿Cómo va todo por cubierta?

Timonel
Todo va bien, Capitán.
Tenemos fuertes amarras.

Daland
Esto es Sandwike, conozco bien la bahía.
¡Maldición! ¡Hasta llegué a ver mi casa en la orilla
y ya sentía como abrazaba a Senta, mi niña!
Fue entonces cuando se levantó esta ráfaga desde las
profundidades del infierno...
fiarse del viento es como fiarse de la misericordia de Satanás!.
(Subiendo a bordo)
¡Bueno! ¡Paciencia! la tormenta se calmará;
una tormenta tan violenta no puede durar.
(Ya a bordo)
¡He! Muchachos! ya lleváis mucho tiempo de guardia;
ahora, descansad; no hay nada que temer!
(Los marineros bajan)
Ahora, timonel ¿tomarás el relevo de guardia?
no creo que haya peligro pero será mejor que vigilemos.

Timonel
No le des más vueltas! que duermas bien Capitán!

(Daland se va a su camarote. El timonel se queda solo en cubierta. La tormenta ha calmado un poco, y sólo vuelve a intervalos esporádicos. Las olas aún crespas en el mar abierto. El timonel hace su ronda de guardia, y se sienta junto al timón. Bosteza y se levanta cuando ve que se está quedando dormido).

Canción
¡A través de truenos y tormentas, desde mares
lejanos me voy acercando a ti, mi niña!
¡A través de las olas altas como torres, desde
tierras del sur aquí estoy, mi niña!
!Mi niña! si no hubiera viento del sur,
nunca podría llegar hasta ti:
Oh, querido viento del sur, sopla una vez más!
Mi niña me espera ansiosamente.
Hohoje! Hallohoho! Jollohohoho! ...

(Una ola rompe contra el barco, agitándolo violentamente El timonel se levanta y echa un vistazo. Una vez a comprobado que el barco no ha sufrido ningún daño, vuelve a sentarse y canta, hasta que poco a poco se queda dormido).


En costas sureñas, en tierras lejanas, he pensado en ti;
a través de truenos y tormentas,
desde playas moras te he traído un presente.
Mi niña, canta alabanzas al justo viento del sur,
porque te he traído un anillo de oro.
¡Querido viento del sur, supla!
Mi niña me agradecerá el regalo
Hohoje!, Hollaho!.

(Lucha por mantenerse despierto, pero finalmente se duerme. Vuelve a levantarse una tormenta violenta; se hace más oscuro. En la distancia aparece el barco del Holandés Errante., con sus velas rojas como la sangre y mástiles negros. Rápidamente el barco llega a la costa, y vara junto al barco noruego. Con un estruendo espantoso, echa ancla. El Timonel de Daland empieza a despertarse. Sin moverse de su sitio, echa un rápido vistazo al timón, y cuando se ha asegurado de que no ha sufrido ningún daño, se vuelve a dormir. En silencio, sin el más mínimo ruido, la fantasmagórica tripulación del Holandés Errante. aferra velas)

Mi niña, si no hubiera viento del sur

Escena segunda
(El Holandés baja a tierra, vestido con un traje español de color negro).

NR. 2 Recitativo y Aria

Holandés
Ha llegado la hora, y de nuevo siete años han transcurrido.
El mar, harto de mí, me echa a tierra.
¡Oh, océano arrogante!
¡Pronto habrás de soportarme otra vez!
¡Tu obstinación puede cambiarse, pero mi maldición es eterna!.
A ti océano agitado, permanezco fiel hasta que tu última
ola se rompa, y tus últimas aguas se sequen!
¡Cuantas veces, con cariño, me he sumergido en tu más profundo abismo!
¡Pero, pobre de mí, nunca he hallado la muerte!
Allí, hasta los arrecifes, espantosos
cementerios de barcos, he llevado mi barco,
pero ¡Ay! ¡La tumba no quiso tomarme!.
Burlándome de él, reté a duelo al pirata,
con la esperanza de morir en una violenta refriega:
"Aquí", grité, "demuéstrame tus proezas,
mi barco está repleto de tesoros".
Sin embargo, el bárbaro hijo del mar,
se santiguó y salió huyendo.
¡En ningún lugar encuentro mi tumba!
¡La muerte nunca me llega!
Esta es la horrible condena de mi maldición.
¡Te pregunto a ti, bendito ángel del Cielo
que me conseguiste las condiciones de mi absolución:
¿acaso era yo el infeliz blanco de mis burlas
cuando tú me enseñaste la manera de liberarme?
¡Vana esperanza! ¡Terror, engaño sin sentido!
Mi eterna fe en la tierra pertenece al pasado.
Una sola esperanza me queda,
una sola que permanecerá inalterable:
que por muchos nuevos brotes que de la tierra,
al final, ésta debe morir.
¡Día del Juicio! ¡Día del Juicio Final!
¿Cuándo harás que amanezca en mi noche?
¿Cuándo resonará el estruendo de destrucción que hará pedazos el mundo?.
Cuando los muertos se levanten de nuevo, entonces yo entraré en el vacío.
¡Vosotras, estrellas, ahí en lo alto, poned fin a vuestro ciclo!
Eterna muerte; cae sobre mí!

La tripulación del holandés
(Desde el interior del barco)

Eterna muerte, ¡cae sobre nosotros!

Escena tercera
(Daland aparece en la cubierta de su barco. Toma la dirección del viento y ve el barco del Holandés).

NR. 3 Escena, Dueto y Coro

Daland
¡He, Hola! Timonel!

Timonel
(Levantándose, todavía medio dormido)
¡No pasa nada! ¡No pasa nada!
(Para demostrar que está despierto, empieza a cantar su canción).
Oh, querido viento del sur, sopla una vez más,
mi niña ...

Daland
(Sacudiéndolo con fuerza)
¿No ves nada? ¡Valiente guardia montas, muchacho!
Ahí hay un barco ... ¿cuánto rato llevas dormido?

Timonel
(Levantándose de golpe)
¡Que el diablo me lleve!
Perdóname Capitán.
(Agarra el "megáfono" y llama a la tripulación del Holandés.)
¡Ah del barco!
(Larga pausa)
¡Ah del barco!
(Larga pausa)

Daland
Parece que están tan ociosos como nosotros.

Timonel
(Tal como antes)
¡Contestad! ¿Cual es el nombre del barco, qué bandera tenéis?

Daland
(Que mientras tanto ha visto al Holandés en tierra)
Olvídalo! Me parece que veo al capitán.
¡He Hola! Marinero!
¿Cómo os llamáis y de qué país venís?
(Un silencio largo)

Dueto

Holandés
(Sin cambiar de posición)
¡He venido de lejos, a través de tormentas y tempestades!
¿Me negaríais echar el ancla tras tan arduo viaje?

Daland
¡Dios no lo quiera!
Los marineros conocen bien la necesidad de hospitalidad.
¿Quién eres?.

Holandés
Un holandés

Daland
(Ahora en tierra)
¡Que Dios os acompañe!
¿Así que la tormenta también os ha traído hasta esta yerma costa rocosa?
Yo no podía tener mejor destino:
mi casa se halla a tan sólo unas cuantas millas de aquí;
casi habíamos llego, cuando tuve que dar media vuelta otra vez.
Decidme, ¿De donde venís? ¿Habéis sufrido algún daño?

Holandés
Mi barco está a salvo y no ha sufrido ningún daño.
Arrastrado por tormentas y fuertes vientos,
he vagado por los océanos,
durante cuanto tiempo, no sabría decir:
ya no cuento los años.
Es imposible, creo, nombrar todos los países donde he estado y,
en cambio nunca encuentro el país que más anhelo: ¡el mío propio!
¡Concededme el refugio de vuestra casa durante un tiempo,
y no os arrepentiréis de vuestra amistad!
Mi barco está cargado de tesoros de todas las regiones de todo el mundo;
si decidís hacer un trato, saldréis ganando!

Daland
¡Que increíble! ¿Puedo creer lo que decís?
Parece ser que una estrella adversa os ha perseguido hasta ahora.
Me ofrezco a hacer todo lo que pueda para serviros;
pero ¿me permitís preguntaros que contiene vuestro barco?

Holandés
(Da una señal a su tripulación y dos miembros de ésta bajan a tierra un cofre)
Veréis los tesoros más inusuales,
perlas preciosas, gemas carísimas
(Abre el cofre)
Mirad y convenceos vos mismo
del valor de lo que os ofrezco a vos y a vuestro techo hospitalario.

Daland
(Mirando con sumo asombro el contenido del cofre)
¿Qué? ¿Es posible? ¡Que tesoro!
¿Quién es lo suficientemente rico para ofrecer un precio por él?

Holandés
¿El precio? Lo acabo de nombrar:
es por alojarme sólo por una noche.
Sin embargo, lo que veis no es más
que una fracción de lo que hay en mi barco.
¿De qué me sirve la riqueza?
No tengo ni mujer ni hijos, y nunca encuentro mi patria.
¡Os ofrezco todas mis riquezas,
si me dais cobijo en vuestra casa junto con los vuestros.

Daland
¿Qué oigo?

Holandés
¿Tenéis una hija?

Daland
Una hija devota.

Holandés
¡Dejad que sea mi esposa!

Daland
(Alegremente tomado por sorpresa)
¿Qué? ¿Oigo bien? ¿Mi hija su esposa?
¡Parece que piensa lo que dice!
Pero medio me temo que si sigo dudando,
cambiará de opinión.
¡Si tan sólo supiera si estoy despierto o soñando!
¿Podría haber un yerno mejor venido?
¡Sería un tonto si dejara escapar esta fortuna!
Acepto encantado.

Holandés
Ay! No tengo ni mujer ni hijos,
nada que me ate a este mundo!
El destino me persigue incansablemente,
con tormento como única compañía.
Nunca llegaré a mi patria:
¿de qué me sirve la riqueza que he ganado?.
Si dais vuestro consentimiento a este lazo entre nosotros,
¡Oh! tomad mi tesoro como si fuera vuestro.

Daland
De hecho, extranjero, tengo una hija hermosa,
devota a mí con verdadero amor de hija;
ella es mi orgullo, mi más preciada posesión,
mi consuelo en el dolor, mi alegría en la felicidad.

Holandés
¡Que siempre mantenga ese amor por su padre!
Si le es fiel a él, también le será fiel a su esposo.

Daland
Ofrecéis joyas, perlas de un valor incalculable ...
y el mayor de los tesoros, una esposa fiel ...

Holandés
¿Me la concedéis?

Daland
Os doy mi palabra.
Vuestra suerte me conmueve; vuestra actitud demuestra
que tenéis un corazón generoso y noble;
siempre he querido un yerno así;
incluso si vuestras riquezas no fueran tan grandes, no escogería a otro.

Holandés
Muchas gracias ¿Veré a vuestra hija hoy?

Daland
El próximo viento favorable nos llevará a casa;
entonces la veréis, y si es de vuestro agrado ...

Holandés
Será mía ...
(A parte)
¿Será mi ángel? Si en la horrible fuerza de mi tormento,
el ansia me empuja hacia la redención,
¿puedo agarrarme a la única esperanza que me queda?
¿Puedo atreverme a abrigar la ilusión
de que un ángel se sienta conmovido a tener piedad de mí
y de que a través de los tormentos que aún tengo en mi mente,
he llegado al destino que tanto tiempo he deseado?
¡Ay! Privado de toda esperanza como estoy yo,
me dejo llevar por esta nueva esperanza.

Daland
¡Doy las gracias a la fuerza de la tormenta
que me ha traído hasta esta orilla!
La verdad es que no tengo más que agarrar
lo que la suerte me ha deparado.
Vosotros, vientos, que me habéis traído a estas costas,
¡Bendito seáis!
Sí, un yerno rico,
al que todos los suegros buscan, es mío.
Sí, a alguien tan rico y tan bondadoso,
con placer le entrego mi casa y mi hija.
(La tormenta se ha calmado por completo; el viento ha cambiado de dirección)

Timonel
(A bordo)
¡Viento del sur! ¡Viento del sur!

Marineros
(Lanzando las gorras)
Halloho!, Hohohe! Hallojo!

Timonel
¡Ay, querido viento del sur; sopla una vez más!

Daland
Veis, la suerte está de vuestro lado:
el viento es propicio, el mar está calmado.
Dejadnos levar anclas y navegar de camino a casa.

Timonel y marineros
(Levando el ancla e izando las velas)
Hoho! Hallojo!

Holandés
¿Puedo pediros que zarpéis primero?
El viento es fresco, pero mi tripulación está cansada.
Los dejaré descansar un rato, y después os seguiré.

Daland
Sí ¿Pero el viento?

Holandés
Soplará viento del sur durante un largo rato.
Mi barco es rápido, y os alcanzaré.

Daland
¿Eso creéis? Bueno, que así sea.
¡Adiós! Quizás aún puedas ver a mi hija hoy.

Holandés
¡Seguro!

Daland
(Subiendo a su barco)
¡He! ¡Como se hinchan ya las velas!
¡Hallo! ¡Hallo!
(Da la señal con su pito)
Rápido, muchachos, zarpemos

Marineros
(Alegres de marchar)
A través de trueno y tormenta,
desde lejanos mares me acerco, mi niña ¡Hurra!
Mi niña, si no hubiera viento del sur,
nunca podría llegar hasta ti:
¡Oh, querido viento del sur, sopla una vez más!
Mi niña me espera con ansia.
¡Hohoho! ¡Joloho!

(El Holandés sube a su barco)


 

ACTO II

Escena primera
(Una amplia habitación en casa de Daland. En las paredes cuelgan cuadros de temas marinos, mapas, etc.. En la pared del fondo, el cuadro del hombre pálido con barba oscura, vestido con un traje español negro. Mary y las muchachas están sentadas alrededor del hogar, tejiendo. Senta está reclinada en su sillón, con los brazos cruzados, sumida en una soñolienta contemplación del cuadro de la pared del fondo).

NR. 4 Canción, Escena, Balada y Coro

Muchachas

¡Zumba y gira, buena rueda,
alegremente, gira alegremente!
Teje, teje un millar de hilos,
buena rueda, gira y gira!
Mi amor está en los mares,
pensando en su amada en casa;
buena rueda, gira y silba!
¡Ay! si pudieras levantar el viento.
El estaría de vuelta muy pronto.
¡Tejed, muchachas, tejed sin parar!
¡Zumba y gira, buena rueda!
Tralarala la la la la!

Mary
Ay! ¡ Sin parar, como tejen sin parar!
Toda muchacha quiere un amante.

Muchachas
Señora Mary, callad!
Pues bien sabéis que nuestra canción aún no ha acabado.

Mary
¡Cantad entonces!
No dejéis que se paren las ruedas.
Pero Senta ¿por qué estás tan callada?

Muchachas
¡Zumba y gira, buena rueda,
alegremente, gira alegremente!
¡Teje, teje un millar de hilos,
buena rueda, gira y gira!
Por los mares, mi amor ganará mucho oro
en tierras del sur;
¡Ay, buena rueda, silba más!
El se lo entregará a su amada
si ella teje sin parar!
Tralarala la la la la!

Mary
(A Senta)
Tú, muchacha holgazana,
si no tejes tu muchacho no te hará ningún regalo.

Muchachas
Ella no tiene ninguna prisa;
su amante navega por los mares;
no trae oro, sino presas de caza;
sabemos cuanto vale un cazador
(Se ríen)

Senta
(Sin cambiar de postura, en voz baja empieza a cantar un trozo de su balada)

Mary
¡Mírala! Siempre delante de ese cuadro.
(A Senta)
¿Te pasarás la juventud soñando
delante de ese retrato?

Senta
(Como antes)
¿Por qué me dijiste quién era,
por qué me constaste su historia?
(Suspirando)
¡Pobre hombre!

Mary
¡Que Dios te ayude!

Muchachas
¡Ei, ei!, ¡Ei, ei!, ¿qué oímos?
¿Suspira por ese hombre pálido?

Mary
Está perdiendo la cabeza por él.

Muchachas
Ya veis lo que un cuadro puede hacer.

Mary
En vano le riño cada día
¡Venga, Senta! ¡Date la vuelta!

Muchachas
No te oye, está enamorada.
He, he! Si al menos no trajera problemas ...
porque Erik es de sangre caliente.
¡No permitas que cause ningún mal!
¡No le digas nada!
Si no, lleno de ira, disparará
a su rival y le hará caer del cuadro!
(Se ríen)

Senta
(Levantándose enfadada)
¡Callaos! Al final me haréis enfadar
con vuestras risas estúpidas.

Muchachas
(Interrumpiéndola con cómico fervor, girando las ruedas de tejer haciendo mucho ruido para que Senta no las pueda reñir)
Zumba, gira, buena rueda, alegremente
gira alegremente!
Teje, teje un millar de hilos, buena rueda,
gira y gira!

Senta
(Interrumpiéndolas enfadada)
¡Oh, ya he oído bastante vuestra estúpida canción,
vuestro "Zumba y gira" me está cansando los oídos.
Si queréis que me gire de cara a vosotras
buscad otra cosa mejor para cantar!.

Muchachas
Bueno, ¡Canta tú!

Senta
Escuchad lo que os sugiero:
Que la Sra. Mary nos cante su balada.

Mary
¡Dios no lo quiera! ¡No puedo!
¡Dejad al Holandés Errante en paz!

Senta
Y sin embargo ¡cuantas veces la he oído cantada por ti!
La cantaré yo misma. Escuchadme, muchachas:
¡Si abrís vuestros corazones a mi relato,
el destino del pobre desgraciado seguramente os conmoverá!

Muchachas
De acuerdo

Senta
Atended mis palabras

Muchachas
Dejad de tejer!

Mary
(Enfadada)
Yo seguiré tejiendo

(Una vez han recogido las ruedas de tejer, las muchachas acercan sus sillas al sillón de Senta. Mary se queda junto al hogar y sigue tejiendo)

Senta
(Sentada en el sillón)

Balada

I.
Johohoe! Johohohoe! Jojohoe! Johoe!
¿Has visto por el océano
el barco de velas rojas como la sangre
y mástiles negros?
Sobre el puente del barco,
un hombre pálido,
el señor del navío,
mantiene la guardia sin cesar.
¡Ay! ¡como aúlla el viento! Johohe! Hojohe!
¡Ay! ¡como silba entre los aparejos! Johohe! Hojohe!
¡Ay! El sigue volando como una flecha sin blanco,
sin final, sin descanso.
Pero un día podría haber redención para ese hombre pálido
si encontrara en tierra una esposa que le fuera fiel hasta la muerte.
¡Ay! ¿Cuándo la encontrarás, pálido marinero?
Rogad al Cielo para que pronto,
una esposa se mantenga fiel a él.

(Hacia el final del verso, Senta se gira hacia el cuadro. Las muchachas la escuchan atentamente en silencio)

II.
Una vez, durante una violenta tormenta
con vientos muy fuertes, intentó voltear un cabo;
maldijo, en un arrebato de locura juró:
"En toda la eternidad no pararé hasta conseguirlo"
¡Ay! y Satanás lo oyó¡ Johohe, Hojohe!
Y le tomó la palabra. Johohe! Hojohe!
¡Ay! Y ahora, maldito,
surca por los mares sin final, sin descanso.
Y, para que el pobre pudiera todavía hallar redención en tierra,
el Angel del Señor le mostró el camino hacia la salvación.
¡Ay! Si la pudierais encontrar, pálido marinero!
Rogad al Cielo para que pronto
una esposa se mantenga fiel a él.

(Las muchachas están profundamente conmovidas; y en voz baja, cantan el estribillo con ella. Senta, que ya durante el segundo verso se había levantado, continua con creciente emoción)

III.
Echa el ancla cada siete años y
baja a tierra para buscar esposa.
Cada siete años corteja a una mujer,
pero nunca ha hallado una esposa fiel.
¡Ay! "izad las velas" Johohe! Hojohe!
¡Ay! "levad anclas" Johoje! Hojohe!
¡Ay! "amor infiel, promesa infiel"
¡Al mar, sin final, sin descanso!

(Senta, presa de emoción, se deja caer en su sillón; las muchachas, tras una larga pausa, siguen cantando en voz baja)

Muchachas
¡Ay! ¿Dónde habita la muchacha que el Angel predijo?
¿Donde conocerás a la que te será fiel
hasta la muerte?.

Senta
(Como poseída por una repentina emoción, se levanta de su sillón)
¡Déjame que sea yo la que te salvará con su fidelidad!
¡Qué el ángel del Señor me muestre a ti!
A través de mí alcanzarás la redención

Mary y las muchachas
(Levantándose aterrorizadas)
¡Qué el cielo nos ayude! ¡Senta! ¡Senta!
(Erik ha entrado en la habitación y ha oído el grito de Senta)

Erik
¡Senta! ¿Me destruirías por propia voluntad?

Muchachas
Erik ayúdanos ¡Se ha vuelto loca!

Mary
¡Se me ha helado la sangre en las venas!
Cuadro odioso, saldrás de aquí en cuanto llegue su padre.

Erik
(Deprimido)
Su padre ya viene.

Senta
(Que hasta ahora ha permanecido donde estaba como ignorando lo que pasa, se levanta alegremente, como si se estuviera despertando)
¡Mi padre ya viene!

Erik
He visto desde el acantilado que su barco se acercaba

Muchachas
(Con alegría)
¡Han llegado!

Mary
Mirad de que sirve todo vuestro trabajo.
¡No hay nada hecho en la casa!

Muchachas
¡Han llegado! ¡Démonos prisa! ¡Vayamos a recibirlos!

Mary
(Reteniendo a las muchachas)
¡Parad! ¡Parad! Quedaos donde estáis.
Los marineros llegarán con el estómago vacío.
¡A la cocina y la bodega! ¡Sin demora!
Guardad la curiosidad un rato.
Primero de todo tenéis que hacer vuestro trabajo.

Muchachas
(A parte)
¡Ay! ¡Cuantas preguntas tengo que hacerle!
No puedo contener mi curiosidad. ¡Ya basta!
En cuento hayan comido, ningún trabajo nos mantendrá aquí.
(Mary echa a las muchachas fuera de la habitación, y las sigue)

Escena segunda
(Erik y Senta. Senta también está a punto de irse; Erik la retiene)

NR. 5 Dueto

Erik
¡Quédate, Senta! ¡Quédate un momento!
¡Libérame de mi tormento!
O, si prefieres, destrúyeme por completo!

Senta
(Dudando)
¿Qué ocurre?

Erik
¡Oh Senta!, dime ¿Qué será de mi?
Tu padre ya viene: antes de que vuelva a marcharse,
querrá llevar a cabo lo que a menudo ha querido ...

Senta
¿Qué quieres decir?

Erik
Darte un marido.
Mi corazón, fiel hasta la muerte,
mis pobres posesiones, mi destreza como cazador
¿Puedo ofrecer todo esto a cambio de tu mano?
¿No me rechazaría tu padre?
Si así fuera, y mi corazón se rompiera con la angustia del dolor,
dime Senta, intercederías por mí?

Senta
¡Ah, Erik, no sigas!
Deja que vaya a recibir a mi padre.
Si su hija no sube a bordo como siempre,
¿no se sentirá molesto con razón?

Erik
¿Escapas de mí?

Senta
Debo ir al puerto

Erik
¿Intentas evitarme?

Senta
¡Déjame marchar!

Erik
¿Huyes de estas heridas que me has
infringido, loca de amor?
¡Ay! Escúchame ahora; oye mi última petición:
Si este corazón se rompe con la angustia del dolor,
será Senta quien interceda por mi?

Senta
(Dudando)
¿Qué? ¿Dudas de mi corazón?
¿Dudas de si te amo o no?
Vamos, dime ¿que te atormenta tanto?
¿Qué nubla tu mente con tanta sospecha?

Erik
Tu padre, ¡Oh!, sólo desea riquezas ...
¿Y tú Senta? ¿Cómo puedo contar contigo?
¿Me has concedido ni tan sólo una de mis súplicas?
¿No afliges mi corazón cada día?

Senta
¿Tú corazón?

Erik
¿Qué debo pensar? Ese cuadro ...

Senta
¿El cuadro ...?

Erik
¿No puedes poner fin a este encaprichamiento?

Senta
¿Acaso puedo prohibir a mis ojos la compasión?

Erik
Y la balada ... ¡Hoy la has vuelto a cantar!

Senta
Pero, yo soy tan sólo una chiquilla, y no sé ni lo que canto.
Pero dime, ¿de que se trata? ¿Tienes miedo de mi canción, de un cuadro?

Erik
Estás tan pálida. ... que ¿no debería tenerles miedo?

Senta
¿Acaso, no debería el horrible destino de ese pobre hombre conmoverme?

Erik
Senta, ¿no te conmueve aún más mi propio sufrimiento?

Senta
¡No exageres! ¿Qué tormento puedes tener tú?
¿Conoces la suerte de un hombre desdichado?
(Lleva a Erik hasta el cuadro)
¿Sientes la pena, el profundo dolor con el que me mira?
¡Ay!, ¡Siento como si aquel que lo privó de la paz eterna
me atravesara el corazón con un gran tormento!

Erik
¡Ay de mí! Ahora recuerdo mi desdichado sueño.
¡Que Dios te proteja! ¡Satanás te ha atrapado en su red!

Senta
¿Que te espanta tanto?

Erik
¡Senta! Deja que te lo explique:
es un sueño. Presta atención a lo que dice.

(Senta, agotada, se sienta en el sillón; al principio de la narración de Erik, ella se sumerge como en trance y parece estar soñando el sueño que le explican. Erik se halla a su lado, recostado contra la silla)

Erik
Yo estaba tumbado, soñando, en lo alto del acantilado,
y mirando el mar encrespado allá abajo.
Podía oír cómo las grandes olas espumosas rompían contra la playa.
Entonces, percibí un barco extranjero junto a la costa,
extraño y misterioso;
dos hombres se acercaban a la orilla,
y uno de ellos, era tu padre.

Senta
(Con los ojos cerrados)
¿Y el otro?

Erik
Lo conocía bien:
su traje negro, sus facciones de color ceniza.

Senta
(Igual que antes)
Sus ojos melancólicos ...

Erik
(Señalando el cuadro)
El marinero del cuadro

Senta
¿Y yo ...?

Erik
Tu saliste de la casa a recibir a tu padre;
pero a penas te vi que habías llegado a él,
cuando te arrojaste a los pies del extranjero.
Te vi agarrarte a sus rodillas ...

Senta
(Con creciente agitación)
El me ayudó a levantarme ...

Erik
Hasta su pecho;
y te abrazaste a él con ardor, lo besaste con ardiente pasión…

Senta
¿Y después?

Erik
(Mirándola con incredulidad, después de una pausa)
Os vi a los dos zarpando al mar.

Senta
(De repente, despertándose, en el mayor de los éxtasis)
¡Me llama! ¡Debo verle! ¡Con él debo morir!

Erik
(Desesperado)
¡Oh, horror! ¡Todo está claro ahora!
¡La he perdido! Mi sueño le ha hecho ver la realidad que le espera.
(Sale corriendo con horror y desesperación)

Senta
(Después de tanta agitación, se queda donde está, sumida en silenciosa meditación, con los ojos fijos en el cuadro; tras una pausa, empieza a cantar, en voz baja pero con profunda emoción)
¡Ay! ¡Que la encuentres, pálido marinero!
Rogad al Cielo que pronto una esposa le sea fiel hasta la muerte...

(Daland y el Holandés entran. La mirada de Senta va del retrato al Holandés; deja escapar un grito de asombro y se queda como hechizada, sin quitarle los ojos de encima).

Escena tercera
(Senta, Daland y el Holandés, El Holandés avanza lentamente).

NR. 6 Final, Aria y Trío

Daland
(Habiéndose quedado en la entrada, poco a poco se va acercando a Senta)
Mi niña, me ves en la puerta ...
¿Qué? ¿No me abrazas? ¿No me das un beso?
Estás como petrificada ...
Senta ¿me merezco tal recibimiento?

Senta
(Cuando Daland llega hasta ella, le coge las manos)
¡Qué Dios te de la bienvenida!
(Acercándolo aún más a ella)
Padre, decidme,
¿quién es el extranjero?

Daland
(Sonriendo)
Me instigas a decírtelo

Aria
Mi niña, ¿Le darás la bienvenida a este extranjero?
Es un marinero como yo que nos pide hospedaje.
Durante mucho tiempo sin patria, siempre en viajes a países lejanos,
en tierras extranjeras ha conseguida grandes riquezas.
Exiliado de su tierra nativa,
está dispuesto a pagar una gran suma por un techo.
Dime Senta ¿Te molestaría que este extranjero se
quedara con nosotros?
(Senta asiente con la cabeza. Daland se dirige al Holandés)
Decidme, ¿creéis ahora que exageré mis alabanzas con respecto a ella?
Lo podéis ver por vos mismo… ¿es de vuestro agrado?
¿debería seguir alabándola aún más?
Debéis admitid que hace honor a su sexo.
(El Holandés hace un gesto de asentimiento. Daland vuelve a dirigirse a su hija)
Sí, mi niña, muéstrate amable con este hombre,
pues también me ha pedido tu corazón como presente;
dale tu mano, y será tu esposo.
Si aceptas la proposición de tu padre, mañana mismo se casará contigo.
(Senta hace un gesto de dolor. Daland saca unas joyas y se las muestra a su hija)
¡Mira este anillo, mira estas pulseras!
No son más que una pequeña parte de lo que posee.
Querida hija, ¿no ansías poseerlos?
Todo esto es tuyo, si os intercambiáis los anillos.

(Senta, ignorando a su padre, no le quita los ojos de encima al Holandés, que como ella, sin escuchar a
Daland, parece absorbido contemplándola. Daland se da cuenta, y les mira a los dos).

Pero nadie dice nada... ¿Es que no me quieren aquí?
¡Ya veo! Mejor que los deje solos.
( A Senta)
¡Ojalá consigas este noble marido!
Creedme, no volverás a tener tanta suerte.
(Al Holandés)
¡Quedaos aquí! Yo me voy.
Creedme ¡es tan fiel como hermosa!

(Sale despacio, sin dejar de mirar a Senta y al Holandés con una sonrisa de sorpresa en los labios)

Dueto

Holandés
(Profundamente conmovido)
La imagen de esta doncella
me ha estado hablando desde tiempos remotos;
como si yo hubiera soñado con ella a través de eternidades de terror,
y ahora la tengo frente a mis ojos.
Desde la más profunda oscuridad,
levanté mis ojos ansiosos de encontrar esposa.
¡Ay! la malicia de Satanás permitió que mi corazón siguiera latiendo,
para que así ya fuera plenamente consciente de mi tormento.
¿Acaso, maldito como estoy, puedo llamar amor
a este continuo ardor que siento aquí en mi pecho?
¡Ah no! ¡Mi ansia es sólo de libertad
que pueda llegarme a través de un ángel como este!.

Senta
¿Acaso estoy sumida en un sueño maravillo?
¿Es esto que veo una visión?
¿He estado hasta ahora sumida en una ilusión?
¿Acaba de despuntar el día en que he de despertar?
Se halla frente a mí, su rostro surcado por la tristeza
su sufrimiento silencioso me habla.
¿Puede acaso engañarme la voz de tan profunda compasión?
Está aquí, tal como muchas veces lo he visto.
¡Ah! ¿Como puedo llamar a este ansia,
este sufrimiento que me arde en el pecho?
¡La libertad que tanto deseas, pobre hombre,
puede llegarte a través de mí!

Holandés
(Acercándose un poco a Senta)
¿No te opones a la elección de tu padre?
¿Acaso lo que él me prometió podría ser verdad?
¿Podrías ser mía para siempre
y darme tu mano a mí, un extranjero?
Tras una vida de tormentos
¿encontraré en tu verdadero amor la paz que tanto he buscado?

Senta
Quienquiera que seas y cualquiera que sea
el destino que la cruel fortuna puede reservarte:
cualquiera que sea la suerte que me destine a mi misma,
siempre obedeceré a mi padre.

Holandés
¿Qué? ¿Sin condiciones?
¿Como puedes tener una compasión tan profunda
por mis sufrimientos?

Senta
(A parte)
¡Oh, que sufrimientos! ¡Podría traerte consuelo!

Holandés
(Que ha oído esto último)
¡Que sonido tan dulce en la inquietud de mi noche!
¡Eres mi ángel! El amor de un ángel
puede confortar, incluso las almas perdidas.
¡Oh eterno, si aún puedo tener alguna esperanza de redención;
haz que sea a través de ella!

Senta
(A parte)
¡Ah, si aún puede tener alguna esperanza de redención!
¡Oh, Eterno, haz que sea a través de mí!

Holandés
¡Oh, si supieras el destino que te espera conmigo,
el sacrificio que supone el jurar serme fiel, te desanimaría.
La juventud huirá estremecida de ti
ante la suerte que te espera,
si no permanecieras fiel a tu promesa de eterna fidelidad
que es la mayor virtud de una mujer.

Senta
Conozco bien las obligaciones sagradas de una mujer;
así que ¡Quédate tranquilo, hombre desventurado!
¡Deja que sea el destino quien condene
a aquel que no acepte su sentencia!
En la pureza de mi corazón,
conozco las exigencias de la fidelidad;
a aquel a quien yo se la conceda, le juro
fidelidad hasta la muerte.

Holandés
(Con gran agitación)
Este juramento, esta promesa solemne
es como un bálsamo para mis heridas.
Oid, poderes: ¡he hallado la salvación que tanto me habíais negado!
¡Tú, estrella de mi desgracia, te desvanecerás;
luz de la esperanza; brillo de nuevo!
Vosotros ángeles que una vez me abandonasteis,
¡fortaleced ahora su corazón y mantenedla fiel!

Senta
Alguna magia poderosa me enciende
y me urge a salvarlo:
aquí, quizás encuentre él un hogar,
quizás aquí su barco descanse en puerto seguro!
¿Qué es este poder que siento dentro de mí?
¿Qué encantamiento está encerrado en mi pecho?
Dios Todopoderoso. ¡Haz que esto que me eleva
sea la fuerza de la fidelidad!

Trío

Daland
(Volviendo a entrar)
¡Perdonadme! Mi gente no quiere seguir ahí fuera;
cada vez que volvemos a casa, ya lo sabéis, hay un banquete:
yo lo aumentaría, así que he venido para
preguntaros si podemos unirlo al desposorio.
(Dirigiéndose al Holandés)
¿Creo que os habéis ganado su corazón?
(Dirigiéndose a Senta)
Senta, hija mía ¿tú también estás de acuerdo?

Senta
(Con solemne decisión)
¡Aquí tenéis mi mano! Y sin arrepentimiento alguno,
doy mi palabra de matrimonio hasta la muerte.

Holandés
¡Concede su mano! Poderes del infierno,
os desafío con su promesa de fidelidad!

Daland
No te arrepentirás de esta unión.
¡Al banquete! ¡Que todos lo pasen bien hoy!


 

ACTO III

Escena primera
(Una bahía con una costa rocosa; la casa de Daland al frente del escenario, a un lado, en la parte del fono hay dos barcos, el del Noruego y el del Holandés, uno junto al otro. Hace una noche clara. El barco del Noruego tiene las luces encendidas; los marineros están a bordo, armando juerga. La visión del barco del Holandés contrasta con la del Noruego: está envuelto con una oscuridad de otro mundo y una quietud mortal. Marineros, timonel, muchachas)

NR. 7 Coro y Escena

Marineros noruegos
(Bebiendo)
¡Timonel, abandona la vigilancia!
¡Timonel, únete a nosotros!
¡Ho! ¡He! ¡Je! ¡Ha!
¡Aferra las velas! ¡Echa el ancla!
Timonel, ven aquí!
Hoy, que no tenemos que temer ni al viento
ni a ninguna costa rocosa, nos lo pasaremos bien.
Cada uno de nosotros tiene una novia en tierra,
excelente tabaco y buen vino.
¡Hussassahe!
¡De acantilados y tormentas… !
¡jollolohe!
¡ … nos reímos!
¡Hussassahe!
¡Aferra las velas! ¡rápido anclad!
Nos reímos de acantilados y tormentas,
Timonel, bebe con nosotros.
¡He, Hussahe! ¡Hallohe!

(Danzan sobre la cubierta del barco marcando el ritmo lento de cada compás con los pies, las muchachas llegan con cestas de comida y bebida)

Muchachas
¡Oh, mirad! ¡Están bailando!
Es evidente que no nos necesitan
(Suben al barco holandés)

Marineros noruegos
¡He, muchachas, deteneos! ¿Dónde vais?

Muchachas
¿No queríais un poco de vino fresco?
Pues, a vuestros vecino también deberíamos ofrecérselo.
¿Acaso la comida y la bebida son solo para vosotros?

Timonel
Tenéis razón. Llevadles algo a los pobres muchachos.
Parecen estar muertos de sed.

Marineros noruegos
¡Sino han dicho nada!

Timonel
¡Pero míralos!
Sin luces ... ni sombra de la tripulación.

Muchachas
(A punto de subir al barco del Holandés)
¡He, marineros he! ¿Queréis luz?
¿Dónde estáis? No os podemos ver.

Marineros noruegos
¡Hahaha!
¡No los despertéis! Todavía duermen.

Muchachas
(Igual que antes)
¡He, marineros! ¡Contestad!
(Silencio absoluto)

Timonel y marineros noruegos
¡Haha!
(Riéndose de ellas, pero con tristeza)
Seguro que están muertos, y
no necesitan ni comida ni bebida.

Muchachas
(Igual que antes)
¡He, marineros! ¿Ya os habéis ido a dormir?
¿Acaso el banquete de hoy no es también para vosotros?

Marineros noruegos
Siguen tumbados en el mismo sitio,
como dragones guardando sus tesoros.

Muchachas
¡He, marineros! ¿No queréis un poco de vino fresco?
¡Debéis de tener mucha sed!

Marineros noruegos
No beben, no cantan.
No hay luz a bordo ...

Muchachas
Decidnos, ¿No tenéis novias en tierra?
¿No queréis uniros al baile de esta costa hospitalaria?

Marineros noruegos
¡Son viejos y tienen el pelo gris, no rojizo!
¡Y sus novias están todas muertas!

Muchachas
(Gritando aún más, preocupadas cada vez más)
¡He, marineros, marineros! ¡Despertad!
Os traemos un montón de comida y bebida.

Marineros noruegos
(Acompañándolas)
¡He, marineros, marineros! ¡Despertad!
(Un largo silencio)

Muchachas
(Desconcertadas y preocupadas)
En realidad, sí que parecen estar muertos.
No necesitan ni comida ni bebida.

Marineros noruegos
(Alegremente)
¡Ya habéis oído hablar del Holandés Errante!
Y eso que veis es su mismísimo barco.

Muchachas
(Igual que antes)
Entonces, no despertad a la tripulación:
estamos seguras de que no son más que fantasmas.

Marineros noruegos
(Con alegría desenfrenada)
¿Cuantos siglos habéis estado navegando por los mares?
Ni las tempestades ni las rocas os hacen ningún daño.

Muchachas
¡No beben, no cantan!
No hay luz a bordo.

Marineros noruegos
¿No tenéis ninguna carta, ningún mensaje para llevar a tierra?
¡Se los daremos a nuestros tatarabuelos!

Muchachas
Son viejos y tienen el pelo gris, no rojizo.
Y sus novias están todas muertas.

Marineros noruegos
(Haciendo mucho ruido)
¡He, marineros! ¡Izad las velas y
enseñadnos como vuela el Holandés!

Muchachas
(Asustadas, alejándose del barco holandés)
No nos oyen - y tenemos miedo.
No quieren nada, así que ¿para qué gritamos?

Marineros noruegos
Vosotras, muchachas ¡dejad a los muertos en paz!
¡Dejad, que nosotros, los vivos, nos lo pasemos bien!

Muchachas
(Entregando las cestas a los marineros de a bordo)
¡Tomad! Vuestros vecinos no las quieren.

Timonel
¿Qué? ¿Vosotras no subís a bordo?

Marineros noruegos
(Repiten)
¿No subís?

Muchachas
No aún no !Aún es temprano!
¡Volveremos pronto! Bebed cuanto queráis,
y bailad también si os viene de gusto,
pero no disturbéis el descanso de vuestros agotados vecinos.
(Se van)

Marineros noruegos
(Vaciando las cestas)
¡Hurra! ¡Cuánto hay!
Gracias, queridos vecinos.

Timonel
Que todo el mundo llene su vaso hasta el borde.
Nuestros queridos vecinos nos han proporcionado la bebida.

Marineros noruegos
(Con extrema alegría)
¡Halloho ho ho!
¡Queridos vecinos, si aún no habéis perdido el gusto,
despertad y uníos a nosotros! ¡Hussa!

(Vacían las copas y las dejan sobre cubierta haciendo mucho ruido. A partir de aquí, el barco holandés empieza a dar signos de vida)

¡Timonel, abandona la vigilancia!
¡Timonel, únete a nosotros!
¡Ho, he, je, ha!
¡Iza las velas! ¡Deja caer el ancla!
¡Timonel ven aquí!
Hemos visto muchas noches de furiosas tormentas;
a menudo hemos bebido el agua salada del mar;
pero hoy, haciendo jarana, vemos
a nuestras muchachas que nos traen una bebida mejor de barril.
¡Hussassahe!
¡De acantilados y tormentas ...!
¡Jollolohe!
¡… nos reímos! ¡Hussassahe!
¡Aferra las velas! ¡Rápido, echa el ancla!
¡Nos reímos de acantilados y tormentas!
¡Timonel, bebe con nosotros!
¡He, hussahe, Hallohe!

(El mar que aparece calmado en todas partes, empieza a levantarse junto al barco holandés; una intensa llama azul se alza ardiendo como una hoguera; un viento de tormenta sopla entre los aparejos, la tripulación, hasta ahora invisibles, empieza a moverse)

Tripulación del Holandés

¡Johohoe, Johohoe, Hoe, Hoe!
¡Huissa!
La tormenta se dirige a la costa.
¡Huissa!
¡Aferrad las velas! ¡Echad el ancla!
¡Huissa!
¡Corred a la bahía!
¡Melancólico Capitán, id a tierra!
¡Siete años han pasado!
¡Buscad la mano de una doncella rubia!
¡Doncella rubia, sedle fiel!
¡Sed felices hoy! ¡Novio!
¡El viento de tormenta suena a misa nupcial,
y el océano la baila!
¡Escuchad como sopla! Capitán, ¿ya habéis vuelto?
¡Zarpad!
Vuestra esposa, ¿donde está?
¡A la mar!
Capitán, Capitán ¡No tenéis suerte con el amor!
¡Hahaha!
¡Viento de tormenta, sopla y ruge,
no puedes dañar a nuestras velas!
¡Satanás les ha dado su bendición:
que duren toda la eternidad!
¡Hohoe, Hoe!

(Durante la canción de la tripulación del holandés, el barco se mueve arriba y a bajo al ritmo de las olas,
como bailando; un terrible viento de tormenta ruge y sopla a través de los aparejos desnudos. El aire y el mar permanece en calma en todas partes, menos alrededor del barco del Holandés)

Marineros noruegos
(Que han estado escuchando y mirando, primero con asombro y después con terror)
!Vaya canción! ¿Son fantasmas? ¡Estoy muerto de miedo!
Cantemos nuestra canción. Cantemos muy alto.
¡Timonel, abandona la vigilancia!
¡Timonel, únete a nosotros!
¡Ho, He, Je, Ha!

(Los holandeses repiten su canción cada vez más fuerte en cada estrofa; los noruegos intentan aplacarlos con la suya. Después de un esfuerzo inútil, el fragor del mar, el rugido y soplo de la tormenta de otro mundo, todo unido a la canción cada vez más salvaje de los holandeses, los noruegos callan. Se echan hacia
atrás, santiguándose y bajan de la cubierta del barco. La tripulación holandesa, al verlos rompe en carcajadas estridentes. Después de esto, el silencio mortal de nuevo cae sobre su barco; en seguida, el aire y el mar se calman, igual que antes)

Escena segunda
(Senta sale corriendo de la casa. Erik la sigue con gran agitación.

NR. 8 Final

Erik
¿Debo escuchar esto? ¡Dios! ¿debo verlo?
¿Es esto ilusión o realidad? ¿Puede ser cierto?

Senta
(Dándose la vuelta, profundamente conmovida)
¡Oh, no hagas preguntas! No me atrevo a contestarte.

Erik
¡Justo Cielo! ¡Sin duda alguna es verdad!
¿Qué poder no divino te ha trastornado?
¿Qué poder te ha llevado a romper tan
rápidamente mi fiel corazón?
Tu padre - ¡ay! se ha traído con él a tu prometido ...
le conozco bien y sospechaba que pasaría.
Pero tú ¡como es posible! concediste tu mano
a un hombre que apenas a cruzado la puerta de tu casa!

Senta
(Igual que antes)
¡No sigas! ¡Calla!
Debo hacerlo, debe hacerlo

Erik
¡Oh, esta obediencia! ¡Tan ciega como lo que acabas de hacer!
Aceptaste de buen agrado la petición de tu padre,
y de un solo golpe me rompes el corazón

Senta
(Luchando consigo misma)
¡No sigas! ¡No sigas! No debo volver a verte,
ni a pensar en ti: me lo ordena el deber sagrado.

Erik
¿Que deber sagrado? ¿No es más sagrado mantenerte fiel
a aquel con el que ya te habías comprometido?

Senta
(Asustada)
¿Qué? ¿Te prometí fidelidad eterna?

Erik
(Con pena)
¡Senta, Oh, Senta! ¿Cómo puedes negarlo?

Cavatina
¿ya no recuerdas aquel día en el valle
cuando me llamaste para que te cogiera flores silvestres,
y yo sin miedo alguno, me arriesgué por ti?
¿Recuerdas ahora cómo en aquella cima rocosa
miramos como tu padre partía?
Zarpó en su barco de velas blancas, y me pidió que te cuidara.
Cuando pusiste tus brazos alrededor de mi cuello
¿No me confesaste de nuevo tu amor?
¿Acaso lo que me llenó de emoción al contacto con tu mano
no fue la confirmación de tu fidelidad?
(El Holandés ha escuchado todo esto sin ser visto; con gran agitación irrumpe en escena)

Holandés
¡Perdida! ¡Ay, perdida! ¡La salvación está perdida para siempre!

Erik
(Retrocediendo con terror)
¿Qué veo? ¡Cielos!

Holandés
¡Senta, adiós!

Senta
(Poniéndose en su camino)
¡Detente, hombre infeliz!

Erik
(A Senta)
¿Qué piensa hacer?

Holandés
¡Al mar! ¡Al mar! ¡Al mar para toda la eternidad!
(A Senta)
Este es el final de tu promesa,
de tu promesa ... y mi salvación.
¡Adiós! ¡No morirás conmigo!

Erik
¡Oh, horror! ¡Esa mirada ...!

Senta
(Igual que antes)
¡Deteneos! ¡Nunca os separareis de mí!

Holandés
(Dando un silbato de aviso a su tripulación)
¡Preparaos para zarpar! ¡Arriba el ancla!
¡Decid adiós a la tierra por siempre!

Senta
¡Ay¡ ¿dudáis de mi fidelidad?
Infeliz ¿qué os ha hecho caer en el error?
¡Oh, quedaos! ¡No os arrepintáis de nuestra unión!
¡Me mantendré fiel a mi promesa!

Holandés
¡Una vez más soy arrastrado al mar!
¡No puedo confiar en vos! ¡No puedo confiar en Dios!
Toda confianza está perdida ¡Perdida!
¡Os reísteis de mí cuando me juraste fidelidad!

Erik
¿Qué estoy oyendo? ¡Oh, Dios! ¿qué es esto que debe presenciar?
¿debo creer lo que veo y lo que oigo?
¡Senta! ¿Acaso estás destinada a la perdición?
¡Ven a mí! ¡Estás atrapada en las garras de Satanás!

Holandés
¡Aprended de la suerte de la que te salvo!
Estoy maldecido a vivir el más horrendo de los destino:
¡antes preferiría morir diez veces!
Sólo una mujer puede liberarme de la maldición,
una mujer que me sea fiel hasta la muerte!
Me jurasteis fidelidad, pero no en nombre
de Dios Todopoderoso, y eso es lo único que te salva,
pues habéis de saber, infeliz doncella, cual es la suerte
que espera a aquellas que rompen su juramento hacia mi:
¡maldición eterna es su destino!
Innumerables víctimas han sufrido este destino por mi culpa;
pero tú te salvarás de él
¡Adiós!
¡Toda esperanza está perdida!

Erik
(Completamente aterrorizado llama a los de la casa y el barco)
¡Ayuda! ¡Salvadla, salvadla!

Senta
(Extremadamente perturbada)
¡Os conozco bien! ¡Conozco bien vuestro destino!
¡Os reconocí la primera vez que os vi!
El fin de tu tormento está al alcance de la mano. Yo soy aquella
que te concederá la constante fidelidad que necesitáis para salvaros.
(A los gritos de auxilio de Erik, Daland, Mary y las muchachas han salido corriendo de la casa, y los marineros del barco)

Erik
¡Salvadla! ¡Está perdida!

Daland
¿Qué estoy viendo? ¡Oh, Dios!

Mary, Muchachas Y Marineros noruegos
¿Qué vemos?

Holandés
(A Senta)
¡Ni sabéis, ni tan siquiera sospecháis quien soy yo!
(Señala a su barco, donde las velas rojas como la sangre están extendidas y la tripulación se está preparando para zarpar)
Tan solo tienes que preguntar a los mares del mundo,
al marinero que ha cruzado el océano;
él conoce este barco, el terror de los piadosos:
yo soy el que llaman Holandés Errante.

Tripulación del Holandés
¡Johohoe! ¡Johohoe! ¡Hoe! ¡Huissa!

(Con la velocidad de un rayo, sube al barco que inmediatamente zarpa. Todos se quedan paralizados
por el miedo. Senta lucha por liberarse de Daland y Erik quienes la retienen)

Daland, Erik, Mary y Muchachas
¡Senta! ¡Senta! ¿Qué pretendes hacer?

(Senta, con gran esfuerzo, se escapa y ya está sobre el rocoso acantilado; desde allí grita al Holandés)

Senta
¡Alabados sean el ángel y sus propias palabras!
Aquí estoy, fiel a ti hasta la muerte!

(Se arroja al mar; al mismo momento, el barco del Holandés se hunde y rápidamente desaparece como si se tratara de un naufragio. En la distancia, el Holandés y Senta, él abrazándola a ella, se alzan por encima de las aguas, ambos transfigurados).