|
¡Mi
niña, mi hermana,
sueña
con la ternura
de
ir a vivir juntos, lejos!
¡Amar
a placer,
amar
hasta perecer
en
un país a ti parejo!
Ch.
Baudelaire. Invitación al viaje.
Las
flores del mal.
|
|
Siegmund
y Sieglinde. A. Rackham |
Cuando
cae el telón sobre el primer acto de La Walkyria, el destino
de los völsungos, ya ha sido trazado, aunque ni el propio Wotan
lo sepa, aún. Su paso por el mundo será breve y trágico: han sido
engendrados por el miedo de un dios que intenta, a toda costa, evitar
el fin ignominioso de su sagrada estirpe. La vida no les dará una
tregua hasta el momento en el que se reconozcan y se nombren. Pero
esa tregua será muy breve.
Sin embargo, los ancestros míticos de los gemelos wagnerianos, llevaron
vidas muy distintas, tanto en aventuras como en extensión. Ya hemos
visto (Tiempo
de héroes) cómo los hermanos de la Völsunga Saga,
Sígmund y Signý, engendran a Sinfjötli y de qué manera las sangrientas
correrías por los bosques de ambos, como bersekir (apresados
en mágicas pieles de lobo), nos recuerdan más a la relación de Wotan
con Siegmund (antes de que el dios desaparezca, dejando una piel
de lobo abandonada en la floresta), que a la de éste con Siegfried,
ya que, en la obra de Wagner, el padre muere muy poco después de
ser engendrado el hijo; a diferencia de la tradición épica germanoescandinava,
en la que Sinfjötli (que, en cierto modo, prefigura el personaje
de Sigurd) morirá antes que su padre.
La
muerte de Sinfjötli
|
Mujer
ofreciendo un cuerno de cerveza. Era vikinga |
Cuentan
la Edda Mayor (en la Frá dauda Sinfjötla, La Muerte
de Sinfjötli) y la Völsunga Saga que el hijo de Sígmund y
su cuñado (el hermano de Bórghildr, su primera esposa) se enamoraron
de la misma mujer. El dilema se resolvió con una lucha en la que
el völsungo mató a su rival. Cuando volvió a las tierras de su padre,
la reina exigió su destierro, pero Sígmund anuló esta orden cambiando
el exilio por una indemnización de oro y otras riquezas; entonces,
Bórghildr celebró un convite funerario para su hermano, invitó a
su hijastro y le dio a beber un gran cuerno de cerveza. Al comentar
que el líquido estaba turbio, Sígmund
le arrebató el cuerno y se lo bebió. La reina volvió con bebida,
recriminando duramente a Sinfjötli, que, de nuevo, la encontró alterada.
Sígmund, inmune por dentro y por fuera a cualquier tipo de veneno
gracias a su enorme fortaleza (mientras que sus hijos sólo resistían
el veneno que les venía por fuera de la piel), también se lo bebió.
Al llegar Bórghildr con el tercer cuerno, le dijo que bebiera si
realmente tenía el valor de los völsungos y Sinfjötli le contestó
que en la bebida había veneno. Sígmund, ya algo ebrio, le recomendó
que la colara con las barbas. El héroe bebió y murió al instante.
El rey recogió el cuerpo de su hijo y lo llevó hasta un fiordo donde
Odín les esperaba en una barca pequeña en la que se llevó a Sinfjötli
camino del Walhall. La reina fue desterrada y no sobrevivió mucho
tiempo, según la Völsunga Saga, puesto que la Edda no
menciona este hecho, se limita a comentar que Sígmund vivió mucho
tiempo en Dinamarca, en los dominios de Bórghildr y que, más tarde,
se fue al sur en donde se encontró con el rey Eylimi; nos lo vuelve
a contar la Völsunga Saga:
La
bella Hjördís
Dos
poderosos reyes querían convertirse en yernos de Eylimi: Lyngvi,
un hijo de Húnding y Sígmund, pero aquél le dejó la elección a la
muchacha, ya que confiaba en su buen juicio. El afortunado fue Sígmund,
por ser, aunque ya casi anciano, el más ilustre. Mientras los nuevos
esposos regresaban a la patria de Sígmund en Húnaland, el despechado
Lyngvi, junto con sus hermanos, reunió un poderoso ejército para
acabar con la fuerza de los völsungos. Sígmund se dispuso a la lucha,
pero, antes, envió a Hjördís al bosque, con una sierva y el gran
tesoro real.
|
Sigmund
y Hjördis. F. Leeke |
Aunque
Sígmund ya era viejo y su hueste inferior en número, iba ganando
la batalla, mediante una fiera lucha, chorreando sangre de pies
a cabeza y sin haber sido rozado por ninguno de sus enemigos. Entonces,
en plena lid, apareció un sobrenatural guerrero cubierto por un
casco de oro y una maya azul (el color escandinavo del luto); llevaba
una lanza en la mano y era tuerto. Levantó el arma contra el rey
y éste la golpeó con fuerza, pero su espada se partió en dos al
chocar contra ella. Naturalmente se trata de Odín y su gesto es
idéntico al del final del segundo acto de La Walkyria.
|
Yelmo
vikingo |
Después
de caer los reyes Sígmund y Eylimi, con casi todos sus soldados,
el hijo de Húnding quiso capturar a la reina y hacerse con el tesoro
que guardaba, pero no lo consiguió. Aquella noche, Hjördís fue hasta
el campo se batalla y encontró, moribundo, a Sígmund, que le entregó
los trozos de su espada e intentó consolarla: un día Gramr (Batalladora)
sería reforjada y empuñada por el hijo de ambos, el más glorioso
de los héroes mientras durara el mundo. Al amanecer, el rey emprendió
el camino del Walhall que Odín le había abierto con su lanza.
Los
vikingos descubrieron la carnicería, apresaron a Hjördís y a su
sierva, que corrían por el bosque, y recogieron el tesoro real.
Con el tiempo, se casó con el rey vikingo Álfr; ya había dado a
luz a un niño de penetrantes ojos: Sigurd, el hijo póstumo de Sígmund.
Hay
otras versiones del nacimiento de Sigurd/Siegfried, como la de la
Thidrek Saga (La Saga de Thidrek) que se acercan mucho más
a la historia que Wagner nos narra en la Tetralogía, pero hablaremos
de ellas en su momento.
Estamos
viendo que, mientras que Sieglinde reúne características de Signý
y Hjördís (hermana y segunda esposa de Sígmund respectivamente),
el personaje wagneriano de Siegfried tiene algo de los tres hijos
de Sígmund: Sinfjötli, Helgi y, sobre todo, Sigurd.
Helgi
Si
el primer ciclo de los poemas heroicos de la Edda Mayor está
dedicado a la Leyenda de los Niflungar (Nibelungos) y el
tercero a Völundr (Wieland) el mágico forjador (otro
tema muy querido por Wagner pero que no llegó a desarrollar), el
segundo estará dedicado a este personaje a través de tres poemas
que tienen por motivo central el amor del héroe por una walkyria.
En el Helgakvidha Hjörvarhssonar (Cantar de Helgi, Hijo de
Hjörvardhr), se nos presenta como hijo de un gran rey y su cuarta
esposa: la mujer más bella del mundo, Sigrlinn (no podemos dejar
de poner este nombre escandinavo en relación con el germánico Sieglinde).
Helgi nace mudo pero la walkyria Sváva, con la que vivirá una amor
más poderoso que la muerte, le dará un nombre y el don de la palabra.
El héroe vengará a su abuelo, pero no hay nada en el poema que indique
su ascendencia völsunga; aunque, en un intento (común a muchas mitologías)
de poner en relación personajes y sagas, que en un principio parecen
bastante dispares, el protagonista de los dos cantos de las Eddas
a los que nos referiremos inmediatamente se considerará como la
reencarnación del hijo de Hjörvardhr.
|
Walkyiria.
S. Sindring
|
En
el Helgakvidha Hundingsbana I (Primer Cantar de Helgi, Asesino
de Húnding), Helgi es völsungo, al nacer de Sígmund y de su primera
esposa Bórghildr. Cuando empieza el canto, Sígmund ha muerto a manos
de Húnding (no a las de sus hijos, como en otras versiones), lo
que inmediatamente vengará Helgi, y así comenzará una guerra entre
los descendientes de ambos reyes. En el Helgakvidha Hundingsbana
II (Segundo Cantar de Helgi, Asesino de Húnding), völsungos
y hundingos se matan entre sí y Helgi venga la muerte de su padre
en Húnding. Sin embargo, lo que nos llama la atención de este canto
es que nos encontramos en él una historia muy parecida a la que
relata Siegmund en la segunda escena de La Walkyria; pero,
esta vez, con final feliz: Sigrun busca el auxilio de Helgi para
que impida su matrimonio con el hombre que le ha impuesto su familia,
pero al que no ama. El héroe reúne todo un ejército que vence al
de los parientes de Sigrun. Sin embargo, a diferencia de la Primera
Jornada de la Tetralogía, la muchacha no se lamenta del violento
final de sus parientes, ni muere, sino que se casa con el que la
salvó de una unión en contra su voluntad.
También
en la Völsunga Saga aparece el personaje de Helgi al que
se le dedica, por entero, el noveno capítulo. Podríamos decir que
es una versión de Sigurd mimada por las Nornas: llega a la mayoría
de edad entablando batalla con el poderoso rey Hundingr matándole
a él y a gran parte de los suyos; los hijos de Hundingr vuelven
a reunir un ejército para vengar a su padre, pero, de nuevo, son
vencidos por Helgi; inmediatamente después de esa victoria, se adentra
en el bosque donde encuentra a Sigrún, prometida a un príncipe contra
su voluntad; entonces, reúne un gran ejército que, ayudado por una
hueste de walkyrias, con Sigrún a la cabeza, vence y mata a su pretendiente.
El héroe toma posesión de las tierras conquistadas, se casa con
la walkyria y es famoso y querido por su pueblo.
|
Walkyria.
Gaston |
El
ambiente cortesano del Nibelungenlied, está ya lejos de las
antiguas historias escandinavas: el poderoso rey Sigemunt y su bella
reina Sigelint tenían su residencia a orillas del Rin y a un hijo,
valiente y cabal, que se llamaba Siegfried. Después de muchas aventuras,
y muerta ya Sigelint, el rey tendrá que ir hasta Worms, para llorar
la muerte de su hijo asesinado. Pero seguir por este camino sería
adelantar acontecimientos...
A
través de la épica del Gran Norte, floreció en varios personajes
la sangre de los völsungos que Wagner va a reunir en uno: Siegfried,
el héroe sin miedo que matará al dragón y entenderá el lenguaje
de los pájaros. Su tema aparecerá, por primera vez, en el tercer
acto de La Walkyria, en el momento en el que Brünnhilde,
antes de entregarle los trozos de Nothung, le recuerde a Sieglinde
que guarda en ella al más sublime de los héroes (al que la diosa
inmediatamente dará nombre). No tardará en oírse, en la voz de la
mujer, el tema de la Redención por el Amor que sonará aquí y ya
nunca más, en la Tetralogía, hasta la escena final del Ocaso
de los dioses.
Los
hermanos völsungos no pudieron viajar hasta ese país del que hablaba
Baudelaire en el que:
No
hay más que orden, belleza,
Lujo,
calma y complacencia.
Bibliografía
Cantar
de los Nibelungos; Madrid, Cátedra, 1998.
Edda
Mayor; Madrid, Alianza Editorial, 2000.
Saga
de los Volsungos. Madrid, Gredos, 1998.
Sturluson,
S.; Edda Menor. Madrid, Alianza Editorial, 2000.
|