El
pasado 16 de agosto se representó Tristan e Isolda
en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, en una producción
que contaba con la escenografía de Gerald Thomas, un director
alemán de 49 años, nacido en Río y nacionalizado
americano, que ha estado al frente de la Dry Opera Company de Sao
Paolo durante las dos últimas décadas.
La
propuesta escénica de Thomas para la obra de Wagner Tristan
e Isolda no fue bien recibida por el público brasileño.
El preludio de la obra era ilustrado por el personaje de Isolda
masturbándose en escena. El leitmotive de toda la representación
era la consulta de Sigmund Freud, quien no para de inhalar cocaína
por la nariz, mientras son constantes las alusiones a los judíos
en los campos de concentración nazi. Thomas, que es judío,
pretendía juntar de esta manera "la música de
Wagner, un antisemita, con las ideas de Sigmund Freud, un judío
que cambió el pensamiento y el arte en el siglo XX".
Al
final de la representación, el público recompensó
con aplausos a la dirección orquestal y a los cantantes,
mientras que abucheó y pataleó con intensidad cuando
Thomas salió a escena. A pesar de que Thomas está
acostumbrado a los abucheos (ha dicho que los prefiere a los aplausos)
decidió responder al público bajándose los
pantalones y enseñando sus nalgas encima del escenario. Algunos
cantantes abandonaron la escena al instante, mientras otras se tapaban
los ojos ante la actitud de Thomas, quien afirma haber escuchado
insultos antisemitas en las primeras filas de la platea.
El
pasado mes, varios después de la polémica representación,
la justicia brasileña ha decidido procesar a Thomas por exhibicionismo,
en un juicio que tendrá lugar el próximo mes de febrero,
y por el que podría ser condenado a una pena de entre 3 meses
y un año o a una multa de 400 dólares.
Diciembre
2003
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