Richard
Wagner. El anillo del nibelungo, Traducción bilingüe
por Ángel-Fernando Mayo, Turner, Madrid, 2003
Tras
más de un año de espera, ya ha salido al mercado la
revisión de la traducción que Ángel Mayo hizo
en 1986 del "Anillo del nibelungo". El destino ha querido
que saliera al mercado el día en que él habría
celebrado su 64 cumpleaños, de seguir entre nosotros.
La
edición ha quedado muy bien. Ahora consta de un solo volumen
que, pese a sus más de 472 páginas, resulta muy manejable.
Se ha incluido una "breve nota a la segunda edición"
(2 páginas) donde Mayo justifica su traducción y las
revisiones que ha llevado a cabo en esta nueva versión.
Las
notas del traductor están ahora al final de la traducción,
en vez de a pie de página, una decisión que personalmente
no me convence, pues la búsqueda de las notas al final de
un libro siempre entorpecen más la lectura, al tener que
trasladarse de página y luego volver a donde estábamos
en la obra. Sabiendo que los apéndices también tienen
notas, el hecho de que las notas del traductor están situadas
entre el texto traducido y los apéndices puede resultar un
poco confuso, pues para buscar las notas de los apéndices,
en vez de avanzar tenemos que retroceder.
La
edición tampoco está libre de erratas. La primera
la vi en la contraportada, donde se habla del "anarquismo activo
de Bakuning" [sic]. Pero ya se sabe que no existe libro sin
erratas, por muchos esfuerzos que se hagan para evitarlas.
En
cuanto a la traducción, Mayo hizo un esfuerzo por ceñirse
todavía más al original alemán, tal y como
demuestra en el ejemplo que pone en su "breve nota". En
su traducción de 1986, la traducción de la última
frase de "La walkyria" era: "¡Jamás
atraviese el fuego/ quien tema la punta de mi lanza!", mientras
que en la actual lo traduce como "¡Quien de mi lanza
la punta tema/ no atraviese el fuego jamás!". Habrá
quien diga que esto dificulta más su lectura en español,
pero lo cierto es que Wagner no es fácil de leer en alemán
y la tarea de un buen traductor es que el lector de la lengua traducida
sienta lo mismo que el lector en lengua original. Si Wagner es complejo
de leer para los alemanes, ¿por qué debería
entregarse "facilito de leer" a los españoles?
Además, Mayo también defiende que así, el verbo
queda al final del primer verso, al igual que en alemán,
y que encaja mejor con la frase musical (que introduce el motivo
de Siegfried).
En
algunos momentos, Mayo no ha seguido unas reglas de traducción
homogéneas: por ejemplo, el subjuntivo alemán (Konjunktiv)
lo ha traducido en unas ocasiones como condicional y en otras como
subjuntivo. Esta segunda opción es la que siguió siempre
en 1986, debido a su carácter arcaizante. Por otro lado,
algunos errores de la primera edición (como la omisión
de la traducción de dos líneas en el "Ocaso de
los dioses") han sido subsanados.
La
discografía y la bibliografía han sido eliminadas,
pues Mayo pensó que ya las había tratado suficientemente
en su Guía de Wagner de la editorial Península. Los
apéndices y la cronología, sin embargo, sí
han sufrido algún retoque o aumento. En cuanto al precio,
el que pone en la contraportada es de 25 euros.
Al
final de su "breve nota", Ángel Mayo dice lo siguiente:
"Por último, que el lector en general juzgue si el esfuerzo
de revisión que aquí se le ofrece merece o no un mínimo
de reconocimiento". Así que espero que mi querido amigo
Ángel, dondequiera que esté, pueda leer la respuesta
a su pregunta, que es: "Sí, lo merece".
Germán
Rodríguez
Diciembre
2003
|