El pasado 30 de septiembre fallecía en Nueva York Jessye Norman, a los 74 años, una de las cantantes americanas más importantes de las últimas décadas para su voz: soprano dramática.
Su debut operístico tuvo lugar en 1969 con un papel wagneriano, Elisabeth de Tannhäuser, en la Deutsche Oper de Berlín, que llevaría al disco pocos años después junto a Colin Davis. A partir de los años ochenta incorporaría también los personajes de Elsa (Lohengrin), Sieglinde (Die Walküre) y Kundry (Parsifal).
En 1989 grabó un disco monográfico dedicado a Wagner a las órdenes de Klaus Tennstedt que incluía el Liebestod de Isolda y la escena de la Inmolación de Brunilda, papeles que nunca interpretó en escena, junto a varios fragmentos de Tannhäuser.
A lo largo de su carrera, Norman recibió numerosos galardones, entre otros cinco premios Grammy, incluyendo el de mejor grabación de ópera dos años consecutivos: en 1989 con Lohengrin, dirigida por Solti; y en 1990 con Die Walküre, a las órdenes de James Levine.
Su repertorio también incluía números papeles para su voz en óperas de Strauss, Verdi o Mozart, además de frecuentar con notable éxito el género de lied.
noviembre 2019 |