El
director de orquesta Luis Antonio García Navarro, nacido
en la localidad valenciana de Chiva, el 30 de abril de 1941, falleció
el pasado 10 de octubre víctima de un cáncer que le
había mantenido apartado de la dirección desde hacía
meses.
García
Navarro era director artístico del Teatro Real desde su reapertura
hacía cuatro años. La última vez que bajó
al foso del Real para dirigir fue en marzo, con ocasión de
la representación de Parsifal de Richard Wagner, con
su amigo Placido Domingo en el papel protagonista, y en la que el
director ahora fallecido consiguió un gran éxito de
crítica y público.
Al
empeño personal de García Navarro, también
deben los wagnerianos españoles la representación
del Anillo del Nibelungo en las próximas temporadas
en el Real, empezando en 2002 con El Oro del Rin.
Navarro
debutó como director de ópera con la Orquesta Municipal
de Valencia, que dirigió entre los años 1970 y 1974.
Dirigió a la Orquesta Nacional por primera vez en 1972, haciendo
lo propio el mismo año en el Gran Teatro del Liceu. En 1980
fue contratado como director de la Orquesta Sinfónica de
Chicago, empezando a ser conocido en Estados Unidos y en Europa.
Desde ese momento empezó a dirigir orquestas de renombre
y a participar en importantes festivales por todo el mundo.
Su
entierro congregó a grandes personalidades del mundo de la
política, de la cultura y de la música, como Ruiz-Gallardón,
Álvarez del Manzano, Luis Alberto de Cuenca, Juan Cambreleng,
Teresa Berganza, Elisabete Matos o Alicia Nafé entre otros,
que no dudaron en expresar su admiración y respeto por el
director fallecido. En el funeral, sonaron a capella las notas del
Requiem de Verdi, así como la Suite en re de Bach, dos de
sus piezas favoritas.
Entre
los asistentes a la ceremonia también se encontraba su sucesor
como director artístico del Real, Emilio Sagi, que ya había
trabajado con Navarro en dos ocasiones anteriores: "Carmen"
y "Margarita la tornera". Sagi se honraba al sucederle,
no encontrando más digno antecesor en su nuevo cargo que
Luis García Navarro.
Noviembre
2001 |