La
orquesta Filarmónica Banatul, sita en la ciudad rumana de
Timisoara, no podrá interpretar la música de Richard
Wagner durante los próximos 49 años por un cláusula
en su contracto impuesta por la comunidad judía de la ciudad
rumana para poder utilizar como sala de conciertos la Sinagoga de
la Fortaleza de Timisoara.
El
acuerdo entre la directora de la orquesta, Alexandra Razvan Mihalcea,
y la Federación de las Comunidades Hebreas permite así
a la formación musical tener una sala de conciertos propia,
después de no tener ninguna durante los últimos 14
años. Como mediador entre ambas partes ha intercedido Ioan
Holender, actual director de la Ópera de Viena, y oriundo
de la ciudad rumana de Timisoara, al oeste del país.
La
imposición de las autoridades religiosas se fundamenta en
los escritos antisemitas del compositor alemán, así
como el uso de su música por el régimen nazi en la
Alemania hitleriana.
Filarmónica
Banatul fue fundada en 1947, aunque sus orígenes se remontan
a 1871, cuando fue creada la Sociedad Filarmónica de Timisoara,
que contó con las interpretaciones de personajes tan ilustres
como Johannes Brahms, Joseph Joachim, Pablo de Sarasate, Bela Bartok,
Pablo Casals, Arthur Rubinstein o el rumano George Enescu.
Agosto
2004
|