El
teatro de ópera más famoso de América, el Metropolitan
Opera de Nueva York, acaba de ser demandado por representar en la
temporada 1999-2000 una versión "no-tradicional"
del drama wagneriano Tristan und Isolde. Este tipo de representaciones
"modernas" era contrario a los deseos por escrito de Sybil
B. Harrington, mecenas del mundo de la ópera, y con cuyo
dinero se financió parte de la polémica representación.
Sybil
B. Harrington, nacida en Texas y fallecida en 1998, a través
de la fundación que lleva su nombre dedicó buena parte
de su vida a la promoción de actividades culturales, entre
las que se encontraba una de sus pasiones: la ópera. Uno
de los beneficarios de su mecenazgo fue el Metropolitan con el que
Harrington firmó un acuerdo de financiación de al
menos una nueva producción al año, de compositores
como Verdi, Puccini, Bizet, Wagner o Strauss, y siendo fiel a los
deseos escénicos originales del compositor y libretista.
Cinco
millones de dólares de Harrington fueron utilizados en una
nueva producción de Tristan e Isolda del MET en la
temporada 1999-2000, a cargo de Dieter Dorn y con dirección
musical de James Levine. Esta producción, según la
acusación formulada por una de las organizaciones de Harrington,
no respetaba la idea original del compositor, por lo que se violaba
el acuerdo inicial de financiación con el MET.
En
aquella producción, estrenada el 22 de noviembre de 1999,
fueron sus intérpretes Jane Eaglen (Isolde), Katarina Dalayman
(Brangäne), Ben Heppner (Tristan), Richard Paul Fink (Kurwenal)
y René Pape (Marke).
Agosto
2003
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