La pandemia ha obligado a los teatros de ópera a buscar nuevas fórmulas de hacer música. En los primeros meses de confinamiento, en 2020, el recurso más habitual fue la retransmisión en streaming de producciones de temporadas anteriores.
Con la desescalada llegó la vuelta paulatina del público a los teatros, y las posibilidades aumentaron. Conciertos en directo, pero con menos público; representaciones al aire libre; coros grabados para evitar la masificación en escena; y hasta una representación wagneriana en un aparcamiento, donde el público permanecía dentro de sus coches.
El Teatro Estatal de Wiesbaden añade este verano una nueva propuesta a la lista en una iniciativa que, probablemente, sea la primera vez en la historia que se realiza. Representar “El Anillo del Nibelungo”, completo y sin abreviar, con escenografía y cantantes, pero donde la orquesta ha sido sustituida por un único piano.
El evento tendrá lugar en dos ciclos, y la puesta en escena será de Uwe Eric Laufenberg, responsable de la última producción de Parsifal vista en el Festival de Bayreuth. En el foso orquestal estará Patrick Lange, actual director general musical del teatro alemán.
Pero, sin duda, el protagonismo estará en el piano. En concreto, en dos nombres. Los de Alexandra Goloubitskaia y Florian Frannek que se sentarán al teclado las más de 15 horas que requiere la ejecución de la partitura. Goloubitskaia estará presente en El oro del Rin, La Walkyria y Sigfrido, mientras que Frannek concluirá con El ocaso de los dioses.
Este último, también director de coro y orquesta, es un amplio conocedor de la música de Wagner, y ha sido desde 2006 asistente musical habitual en el Festival de Bayreuth.
julio 2021 |