El
Festival de Israel había programado para el próximo
7 de julio una representación de la obra de Wagner La
Walkyria, bajo la dirección de Daniel Barenboim con la
Staatskapelle de Berlín, de la que es director artístico
y musical desde hace casi una década, y que contaba en el
reparto con la intervención del tenor español Plácido
Domingo.
No
obstante, la oposición a tal representación ha sido
unánime por algunos colectivos israelíes que ven en
Wagner el símbolo del nazismo, por el uso que los alemanes
hicieron de su música en la Segunda Guerra Mundial. Las primeras
protestas se produjeron el 19 de abril pasado, en el Día
del Recuerdo, jornada en la que se honra la memoria de los millones
de judíos que murieron en los campos de exterminio de la
Alemania nazi. El Centro Simón Weisenthal de Los Ángeles
apeló al Tribunal Supremo de Israel para que prohibiera tal
representación. Su portavoz, Efraím Zuroff, aseguraba
que "el mismo Hitler dijo que cualquiera que quisiera entender
el Nacional Socialismo no tenía más que escuchar a
Wagner".
El
1 de mayo, en el Knesset, el parlamento Israelí, se aprobó
por 17 votos a favor y ninguno en contra la inclusión en
el pleno de la semana siguiente de la polémica sobre el concierto
de Wagner. El diputado del Partido Nacional Religioso, Shaúl
Yahalom, afirmó que "si hay un infierno, no tengo duda
alguna de que Wagner tendrá allí un asiento preferente
reservado, desde el que se regocijará al saber que los judíos,
de quienes siempre habló tan mal, van a interpretar una de
sus obras, cuando él fue el padre espiritual de Hitler. ¿Acaso
expondríamos cuadros de Hitler en Israel si éste se
hubiese dedicado a la pintura?". El Gobierno israelí
no planeaba prohibir la obra, pero si presionar a la organización
para que retirara la obra de Wagner del cartel del Festival.
Por
su parte, Barenboim, de origen judío, siempre mantuvo la
intención de dirigir la obra, manteniendo que ya es hora
de que en Israel se elimine definitivamente el tabú que rodea
al músico alemán", y recordó que Wagner
murió cincuenta años de que Hitler llegara al poder.
Entendiendo el daño emocional que entre algunos podría
causar la representación de La Walkyria, el director
argentino propuso que la obra no se incluyera en el abono del Festival,
siendo obligatorio el pago de entrada, ya que "con ello se
respeta el derecho de las víctimas a no ser molestadas, pero
también pido que se respete el derecho de las demás
personas a acudir a la representación".
Al
final, el Festival de Israel no pudo soportar las presiones y pidió
el pasado 11 de mayo a Barenboim que no representara la obra, siendo
sustituida por otra "políticamente más correcta".
La
música de Wagner estuvo prohibida en Israel por ley hasta
hace dos décadas, levantándose el veto al inicio de
los 80. A pesar de ello, son pocas las representaciones que del
músico de Leipzig se han podido ver en Israel. En 1981, Zubin
Metha dirigía una representación de Tristan e Isolda
con la Orquesta Filarmónica de Israel cuando un espectador
saltó al escenario, se despojó de su camisa y enseñó
al público las heridas sufridas en un campo de exterminio
nazi.
Junio
2001
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