El pasado 24 de abril fallecía la mezzosoprano berlinesa Christa Ludwig a la edad de 93 años. Ludwig era una las más destacadas intérpretes de su voz de la segunda mitad del siglo XX, y una de las últimas supervivientes del Bayreuth de los hermanos Wolfgang y Wieland Wagner.

Nacida en una familia de tradición operística, debutó a los 18 años de El murciélago, de Johan Strauss. La versatilidad de su voz le permitió afrontar papeles de mezzo y de soprano dramática.

Uno de sus grandes valedores fue el director Karl Böhm, con quién debutó en el Festival de Bayreuth, donde solo actuó en solo dos ocasiones. En 1966, como Brangäne, en Tristán e Isolda, pocos meses antes de la muerte de Wieland Wagner. Y, al año siguiente, interpretaría el papel de Kundry en Parsifal.

Ludwig había trabajado con Wieland por primera vez en una Aida berlinesa en 1961. Pese a las discrepancias y la poca simpatía que ambos se tenían, la relación siempre fue respetuosa. Como Wieland estaba muy enfermo por aquellas fechas, aunque Ludwig no era consciente de hasta qué punto, la cantante le envío para animarle una fotografía suya caracterizada como Brangäne portando dos filtros, como queriéndole preguntar “¿Amor o muerte?”. Ludwig participó solo en una de las tres funciones del Tristán de 1966 (las otras dos las cantó Grace Hoffman) pero la grabación discográfica, realizada durante los ensayos, fue la suya, convirtiéndose en una de las Brangäne de referencia. El estado de salud de Wieland le impidió asistir a las representaciones, falleciendo en octubre de ese mismo año.

A pesar de sus pocas apariciones en el Festspielhaus, Wagner fue uno de los pilares de su repertorio que también incluye los personajes de Ortrud, Wellgunde, Waltraute, Fricka, Segunda norma, Venus, Adriano y Magdalena. Incluso, se atrevió con papeles de soprano dramática como los de Isolde y Brünnhilde, pero solo en concierto o en disco, y no en representaciones completas, para no desgastar su voz.

mayo 2021