La
decisión de la sucesión de Wolfgang Wagner, de 81
años, nieto de Wagner y bisnieto de Franz Listz, al frente
de la dirección del Festival de Bayreuth ha requerido de
dos años de disputas, vetos y enemistad entre todos los candidatos.
Y no es para menos, ya que quien ocupe ese puesto llevará
las riendas del festival europeo más antiguo, cuya primera
edición aconteció en 1876, hace ya 125 años.
A
pesar del parentesco, el actual patriarca se ha negado durante los
dos últimos años a tal sucesión. Wolfgang contrajo
matrimonio con Ellen Pasquier, con quien tuvo dos hijos, Eva y Gottfried.
Tras el divorcio de Wolfgang con Ellen, llegó la enemistad
con ella y sus hijos, de ahí el veto que siempre ha mantenido
a que su hija Eva llegará a dirigir algún día
los destinos de Bayreuth.
Wolfgang
Wagner lleva al frente del festival desde su reapertura tras la
Segunda Guerra Mundial, en 1951 y tras la muerte de su hermano Wieland,
en 1966, dirige en solitario el prestigioso certamen. En 1973 Wolfgang
negoció con un Patronato la transferencia del Festival y
de la Sala de Bayreuth a cambio de un contrato vitalicio como director
del mismo. Wolfgang hubiera deseado ser sucedido en el cargo por
su esposa Gudrun, ya que los planes de ésta serían
la continuidad en el trabajo de su marido. El actual director considera
incompetentes al resto de candidatos, y solo la sucesión
de su esposa le llevaría a abandonar su cargo vitalicio.
La llegada de Gudrun al puesto de directora hubiera sido el anticipo
del verdadero deseo de Wolfgang, que su hija Katharina, de 23 años,
llegará algún día a ocupar el codiciado puesto.
En
la carrera a la sucesión también se encontraba Nike,
musicóloga de 54 años, hija de Wieland Wagner, junto
con Elmar Weingarten, director ejecutivo saliente de la Orquesta
Filarmónica de Berlín. La candidatura de Nike suponía
un nuevo aire al festival, al ser partidaria de hacer sonar en La
Colina Verde la música de otros compositores coetáneos
a su bisabuelo.
Eva
Wagner también promete un aire de renovación, pero
no tan radical como el de su prima. Es partidaria de interpretar
en Bayreuth todas las obras del maestro, incluyendo las tres primeras
óperas (Las hadas, La Prohibición de amar y Rienzi)
que nunca se han oído en el Teatro del Festival, por expreso
deseo de Cosima Wagner, segunda esposa del compositor. Eva tiene
experiencia directiva en la Ópera del Covent Garden de Londres
y de la Bastilla en Paris.
La futura directora del festival había retirado su candidatura
al cargo el otoño pasado, huyendo del politiqueo reinante
en todo el asunto sucesorio, pero al final acabó retomando
sus deseos de dirigir el festival si llegaba al cargo antes del
fin de 2.002.
Ahora
se trata de convencer a Wolfgang Wagner para que ceda el cargo a
su hija. En caso contrario, el Patronato podría tomar medidas
drástica, entre ellas anular el contrato de alquiler de la
mítica sala. En tal caso, Wolfgang celebraría sus
50 años al frente del festival fuera del lugar que 'construyera'
su abuelo un siglo antes.
Abril
2001
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