El pasado 24 de febrero tuvo lugar en Wiesbaden, ciudad alemana del estado de Hesse, una peculiar representación de El Anillo del Nibelungo.
Lo llamativo de la función no se encontraba en su duración, reducida a 80 minutos de las 16 horas originales, sino en sus personajes: figuras de Playmobil.
Detrás de esta idea se encuentra la dramaturga Dagmar Borrmann, directora de interpretación en la Academia de Música y Artes Escénicas de Frankfurt am Main. Borrmann ha encontrado en los populares juguetes de plástico, también de origen alemán, una manera de llevar la magna tetralogía wagneriana a los más pequeños, como ya hizo hace años con el Fausto de Goethe.
La propia autora, enfundada en guantes negros, era la responsable de animar las figuras sobre una mesa a modo de teatro de títeres, mientras una cámara proyectaba en una pantalla la representación para los más alejados al escenario.
Aunque la mayoría de los personajes estaban representados por figuras de Playmobil, otros conocidos muñecos han participado en la función. Otros detalles de la puesta en escena encantaron a los más pequeños, como el dragón Fafner en forma de dinosaurio, el fuego mágico hecho con cerillas o un bombón Ferrero Rocher como radiante oro del Rhin.
marzo 2018 |