Más de 150 años después de su estreno, Tannhäuser aún es capaz de generar polémicas, casi siempre de la mano de directores de escena que ven en la bacanal del primer acto la mejor excusa para llevar a cabo sus propuestas escénicas.

La polémica ha surgido ahora en Rusia, en la ciudad de Novosibirsk, la tercera más grande del país, con un millón y medio de habitantes y a unos 3.000 kilómetros de la capital.

Allí, el pasado mes de diciembre, el Teatro de la Ópera de la ciudad representó Tannhäuser, cuya dirección escénica corrió a cargo de Timofei Kulyabin. En una de las escenas del primer acto, la diosa romana Venus promete amor eterno a Jesucristo si se queda con ella en el Venusberg. Jesús rechaza la oferta y destruye la gruta con la ayuda de la Virgen María.

Varios cristianos ortodoxos se sintieron ofendidos por lo representado, y dieron cumplida queja al clérigo ortodoxo mayor de la ciudad de Novosibirsk, que puso el hecho en conocimiento de las autoridades. Desde 2013, y después del conocido caso Pussy Riot, ofender a los creyentes puede ser considerado bien falta administrativa o bien delito, penado con hasta tres años de cárcel.

Timofei Kulyabin mostró a la prensa su indignación tras tener que declarar, junto a Boris Mezdrich, director del teatro, ante la fiscalía de Novosibirsk al ser imputado por un delito de ofensa a creencias religiosas.

Se da la circunstancia de que Kulyabin ha estado nominado en diversas ocasiones al premio “Máscara de Oro”, tanto como director de escena de teatro como de ópera. Se trata del más prestigioso galardón que dan las autoridades rusas en el campo de las artes escénicas.

Marzo 2015