El pasado 18 de febrero fallecía en Londres la soprano sudafricana Elizabeth Connell, que destacó a lo largo de su carrera cantando los principales papeles wagnerianos para su voz. Connell, de 65 años, no consiguió vencer a un cáncer de pulmón que le había sido diagnosticado años atrás.
Connell nació en 1946 en Port Elizabeth (Sudáfrica) en una familia con vocación musical. Tras trasladarse a Londres con una beca de estudios, pudo debutar en 1972 como Varvara en la ópera Katia Kabanova de Janácek. Al año siguiente participó en la inauguración de la Ópera de Sidney, teatro al que estaría vinculado durante toda su vida profesional. En 1975 su carrera dio un salto importante gracias a su interpretación de la octava sinfonía de Mahler, dirigida por Pierre Boulez, en un concierto de los Proms londinenses.
En 1980 debutó en el Festival de Bayreuth como Ortrud, papel que repetiría en los dos años siguientes, en la producción de Götz Friedrich y dirección musical de Woldemar Nelsson. En 1981 haría doblete al interpretar la Brangäne de Tristan und Isolde, alternando el papel con Hanna Schwarz. Su última aparición en Bayreuth fue en 1990, como la Senta de El Holandés Errante.
En 1984 debutó en el Liceu de Barcelona en la opereta de Johann Strauss El murciélago, mientras que en el Teatro Real de Madrid hizo lo propio el 17 de junio de 2000, en el papel protagonista de Tristan und Isolde, en una recordada producción de la Staatsoper de Berlín con Daniel Barenboim al frente. Los aficionados de Oviedo y Las Palmas también pudieron disfrutar hacer pocas temporadas de la voz de Connell.
Además de Wagner, la soprano sudafricana destacó en los personajes de Richard Strauss y Giuseppe Verdi.
marzo 2012 |