La
soprano alemana Martha Mödl, nacida en la ciudad de Nüremberg
el 22 de marzo de 1912, falleció el pasado lunes 17 de diciembre
en Stuttgart, tras una larga enfermedad, a la edad de 89 años.
Su muerte ha supuesto una gran pérdida en el mundo wagneriano,
ya que Mödl era, sin duda, una de las grandes sopranos del
siglo pasado, junto a sus compañeras de escena Varnay o Nilsson.
Martha
Mödl comenzó a estudiar canto y música en su
ciudad natal con 28 años, y debutó en el año
1942 en el en el teatro de Remscheid con la ópera de corte
wagneriano "Hänsel y Gretel" del compositor alemán
Engelbert Humperdinck. Comenzó su carrera encuadrada en la
voz de mezzosoprano, y entre 1945 y 1949 interpretó en el
Teatro de la Ópera de Düsseldorf los papeles de María
en "Wozzeck" de Alban Berg , Eboli en "Don Carlo"
y Azucena en "Il trovatore" de Verdi, Dorabella en "Cosi
fan tutte" de Mozart, o Venus en Tannhäuser.
En
1949, año en el que cantó Carmen en el Covent Garden
londinense, fue contratada por la Ópera Estatal de Hamburgo,
y empezó a ganar reputación como soprano wagneriana,
a lo que ayudó su interpretación de Kundry en La Scala
de Milan
Wieland
y Wolfgang Wagner se pusieron en contacto con ella para que participara
en el festival de Bayreuth, debutando en 1951, con la inauguración
del Nuevo Bayreuth, en los dramas de Parsifal, como Kundry, y Götterdämmerung,
como Gutrune.
Precisamente sería en el templo wagneriano donde Mödl
se consagraría como una de las mejores sopranos del siglo.
Intervino en 41 ocasiones en Bayreuth, especializándose en
el papel de Kundry, que cantó nueve veces, y de Brünnhilde,
con cinco interpretaciones. También será recordada
por sus tres interpretaciones de Isolde. En su última aparición
en Bayreuth, en 1967, formo parte del reparto del Anillo y de Parsifal.
Mientras tanto, Mödl ya había hecho su debut en el Metropolitan
Opera House de Nueva York en 1956.
A partir
de los años 60 volvió a papeles de mezzo, y continuó
sus apariciones hasta edad avanzadísima, interpretando el
papel de la Condesa en la Dama de Picas de Tchaikovsky en 1992 en
Viena o en 1999 en Mannheim, con 87 años.
El
director Wilhelm Furtwängler, que dirigió a Mödl
en Viena, Roma y Paris en los años 50, dijo de ella que cualquier
cantante podía interpretar el papel que quisiera, pero se
le reconocía enseguida; con Mödl no era posible ya que
transformaba su voz con cada personaje.
Con
su muerte se apaga un poquito más la luz del Nuevo Bayreuth,
esa hornada de cantantes que hicieron las delicias del mundo wagneriano
allá por la década de los 50 y 60 del siglo pasado.
Nos quedan cada vez menos de los grandes: Hans Hotter (92 años),
Astrid Varnay (83), Birgit Nilsson (83), James King (76), John Vickers
(75)...
Enero
2002 |