Se
conoce como "Viaje de Siegfried por el Rin" al interludio
musical que une el prólogo y el primer acto de "El ocaso de
los dioses", esto es, desde el final de la despedida de Siegfried
y Brünnhilde hasta la aparición de la sala de los guibichungos,
donde vemos por primera vez a Hagen, Gunther y Gutrune. El problema
de todo analista con cualquier extracto del Ocaso es que
el rastreo de motivos se dificulta, pues ya hay apariciones a lo
largo de las tres obras precedentes. Advierto esto para que el lector
no sea muy exigente a la hora de juzgar el trabajo que aquí se ofrece,
pues un análisis exhaustivo requeriría muchísima más investigación.
Debido a esta complejidad, también le dedicaré varios artículos,
pues condensar tantos motivos en un artículo breve llevaría necesariamente
a una enorme confusión.
La
despedida, después del agudo "Heil" de los dos amantes,
termina con una frase musical que ya hemos oído durante el dúo.
que
ya nos suena haber oído durante el dúo. Es muy semejante al acompañamiento
de frases como, por ejemplo, Brünnhilde
zu gewinnen!
Dicha
frase musical está basada en el tema de Siegfried como héroe,
que,
a su vez, no es más que una fanfarria basada en el tema de la llamada
de cuerno de Siegfried, un tema que ya se nos ha hecho conocido
durante la segunda jornada del Anillo.
El
acompañamiento rítmico
de la tuba, los trombones, las trompas, los fagots y los timbales
está basado en la escala del acorde mayor.
Veamos
ahora cómo está construida esta primera frase. En ella, se repite
dos veces el primer compás del tema.
Nótese
el motivo
de la walkyria en la trompeta baja y los trombones.
Después
dos veces los dos primeros tiempos de este mismo compás.
Por
último, el tema se enuncia completo, con sus dos compases.
Después
de esta primera frase, sigue una segunda frase de ocho compases
Los
primeros cuatro compases se basan en una melodía que ya hemos oído,
por ejemplo, cuando Siegfried exclama: “Nicht Siegfried acht’ ich
mich mehr” (interpretado en el ejemplo por un oboe),
pero
que en realidad conocemos desde la jornada anterior, cuando Siegfried
ha huido al bosque tras ordenar a Mime que le forje la espada con
los pedazos de Nothung. Se trata del tema de la misión de Siegfried.
Deryck
Cooke, en su "Introducción al Anillo" en CD, relaciona
este tema con la cantilena
de Mime y afirma que ambos provienen del motivo
de Alberich.
El
vínculo entre el tema
de la misión de Siegfried y
el de la cantilena
de Mime me parece indiscutible. Sin embargo, no estoy
de acuerdo con el musicólogo inglés en que ambos provengan del motivo
de Alberich. Es verdad que esas notas descendentes
aparecen en ese motivo, pero no es menos cierto que el carácter
onomatopéyico de esa célula musical asociada con Alberich (no lo
olvidemos, sólo cuando trepa por la resbaladiza mica o cuando arrastra
de una oreja a su hermano Mime) no parece otorgar a dicha célula
del carácter orgánico necesario como para generar más motivos subordinados.
En
cambio, hay otra célula musical que sí parece tener esa capacidad
generadora. Aparece durante la primera escena de El oro del Rin
y se escucha bastantes veces en boca de las ondinas. La más semejante
es cuando Flosshilde se burla de Alberich: "Tu figura de sapo,
el croar de tu voz, oh, pudiera yo, embelesada y muda, sólo verla
y escucharlo".
Como
se ha visto, usan esta célula musical para adular falsamente a Alberich.
Tocada en staccatto y con las maderas, parece resaltar el carácter
falso de esta adulación. Este carácter falso y su instrumentación,
así como su acentuación, permanecen en la cantilena de Mime.
Sin
embargo, cuando se trata de Siegfried (quizá porque el héroe es
adulado por todos, incluso por la propia Naturaleza, que le permite
entender su canto), el motivo cobra nueva fuerza al cambiar su acentuación
y su instrumentación (ahora lo toca una fanfarria de metales).
Volvamos
ahora donde nos habíamos quedado. Dicho tema de la misión de Siegfried
se repite en los compases tercero y cuarto de la frase, en maderas
y cuerda, mientras los metales enuncian el tema de la walkyria.
Ahora,
en los compases cinco y seis de la frase, suena una versión reducida
del motivo de la misión de Siegfried.
Esta
melodía es casi igual a la que se ha oído en el crescendo del final
del dúo (acompañando las frases “Heil, Siegfried” / “Heil, Brünnhild’”),
aunque más acelerada.
Después,
siguen tres compases en los que vuelve a sonar el tema de la misión
de Siegfried, repetido de forma descendente, en un proceso modulante.
Como
ya he dicho al principio, dada la complejidad de esta pieza, nos
detendremos en este proceso modulante, que será nuestro punto de
partida para el artículo del próximo mes.
Bibliografía:
- Richard
Wagner. El anillo del nibelungo, Edición bilingüe de Ángel-Fernando
Mayo Antoñanzas, Turner Música, Madrid, 2003
-
Richard Wagner, Siegfried, Dover, Nueva York, 1983
-
Richard Wagner, Das Rheingold, Dover, Nueva York, 1985
-
Deryck Cooke, Der Ring des Nibelungen - An introduction,
DECCA 443581-2.
-
Richard Wagner, Götterdämmerung, Dover, Nueva York, 1982 |