Este
mes dedicaremos la sección a un análisis del panorama actual de
intérpretes vocales wagnerianos masculinos de nuestros días, como
continuación al que hicimos de las damas el mes pasado.
En
el caso de los hombres, el panorama tampoco es demasiado halagüeño.
Carecemos casi completamente de tenores capaces de interpretar a
Siegfried o verdaderos bajos-barítonos que puedan enfrentarse a
Wotan con garantías.
Wagner
inventó un nuevo tipo de tenor para encarnar a la mayoría de los
héroes de sus óperas y dramas musicales. Tannhäuser, Tristán, Siegfried,
Siegmund y Parsifal podrían ser los ejemplos paradigmáticos de Heldentenor.
El orden en que los enumero no es casual, sino que obedece al grado
de dificultad del papel, de más a menos.
De
los poquísimos tenores dramáticos presentables de la actualidad,
uno de los más brillantes es Jon Frederic West. Su repertorio
es extensísimo, pero se centra sobre todo en las obras de Richard
Wagner y en los papeles dramáticos alemanes. Ha hecho incursiones
en óperas tan dispares como Turandot de Puccini o el Mahagonny
de Kurt Weill, cantando además en obras tan poco frecuentes como
los Gurrelieder de Arnold Schönberg o Oedipus Rex
de Stravinsky.
Su
voz es de una gran potencia, manejada con mucha expresividad y estilo.
Sin embargo es tremendamente fea y tosca. Es una lástima, porque
se le nota escuela y buen hacer, pero con un material de naturaleza
tan poco agradecida no se puede hacer mucho más. Si uno se olvida
de esa fealdad y de ese timbre poco atractivo, estaremos ante un
gran cantante.
Por
supuesto no debemos olvidar a Ben Heppner, canadiense de
nacimiento, que es quizá el tenor más completo que tenemos hoy en
día. En los últimos tiempos, tras pasar 14 meses de inactividad
debido a una afección coronaria, ha vuelto a los escenarios, con
cuarenta kilos menos de peso.
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Ben
Heppner (antes) |
Ben
Heppner (ahora)
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Una
de las constantes en la carrera de Heppner ha sido la paciencia.
Canta muy pocas representaciones al año, tomándose largos periodos
de descanso entre producciones, lo que ayuda a una correcta maduración
de la voz, sin un desgaste abrasivo.
Su
voz posee un timbre ideal, muy bello. Su técnica es muy depurada
y su estilo, intachable. Su voz ha evolucionado desde la de un tenor
lírico o lírico-spinto a la de un tenor plenamente dramático, con
gran peso y potencia.
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Heppner
como Stolzing |
Es
obligatorio destacar su completo manejo de la vocalidad alemana,
así como de la lengua francesa, como ha probado en su reciente disco
“Airs Français” para Deutsche Grammophon.
Su
repertorio es muy extenso y abarca desde las óperas de Richard Strauss
(el Tenor/Baco en Ariadne o el Kaiser en “La mujer sin sombra”)
al papel titular de Peter Grimes de Benjamin Britten,
o el de Gherman en “La dama de picas” de Tchaikovsky. Como cantante
wagneriano, tras especializarse en el Walther von Stolzing de Maestros,
que ha grabado ya en dos ocasiones, y en Lohengrin, dio el salto
a Tristán, que ahora está en proceso de perfeccionamiento. Si evoluciona
como debería, pronto se podrá plantear el Siegmund de “La Walkyria”
y el papel titular de “Parsifal”. No creo que se atreva a cantar
el papel de Siegfried, pero entra dentro de lo factible.
Nunca
ha cantado en Bayreuth. Según he oído, la razón está en que reserva
los veranos para estar con su familia.
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Robert
Dean Smith |
El
estadonidense Robert Dean Smith, de Kansas, es uno de los
artistas fundamentales en el Festival de Bayreuth actual. El año
pasado, por ejemplo, cantó los papeles de Walther von Stolzing,
Lohengrin y Siegmund, alternados en muy poco tiempo. Pude disfrutar
en directo de su actuación en Bayreuth en “Los Maestros Cantores”,
y me pareció un cantante-actor extraordinario.
No
posee una voz muy grande ni muy espectacular, pero su timbre es
muy grato y la voz es muy adecuada para los papeles de Walther y
Lohengrin. En el Siegmund quizá le falte algo de peso, pero en “Parsifal”
me gustó muchísimo (ver el artículo que redacté hace un tiempo sobre
las funciones en el Teatro Real).Para
información sobre sus futuros compromisos artísticos, se recomienda
una visita a su web oficial: www.robertdeansmith.com
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Bryn
Terfel |
El
barítono galés Bryn Terfel, nacido en 1965, es una de las
esperanzas para el futuro cercano. De origen es un barítono lírico,
apropiado para papeles como Figaro en Le nozze di Figaro
o Don Giovanni. Posee una voz de centro bellísimo y controlado,
y una potencia vocal enorme, unido a una presencia escénica muy
notable y un estilo indiscutible. Sin embargo tiene un problema
vocal acuciante: el agudo y el grave. Últimamente su registro agudo
está muy disminuido, y el grave siempre ha sido muy endeble. Es
por esto por lo que nos queda aún la duda sobre Terfel: ¿podrá componer
un buen Wotan, un Holandés o un Amfortas sin ser un barítono-bajo
verdadero?
Su
disco wagneriano es bastante decepcionante. En los pasajes líricos
canta muy bien, pero sin transmitir emoción; canto puro sin matices.
Y en los pasajes de bravura, como el final de “La Walkyria” o el
monólogo de Amfortas, se queda muy corto y tiende a forzar la voz
espantosamente. En la toma radiofónica del mismo recital en vivo,
el problema es aún más alarmante.
Esto,
unido a que no tiene aún ni cuarenta años, me lleva a pensar que
no podemos pedirle más de lo que está dando, y que aún es muy pronto
para que se lance a tomar el puesto vacante del Wotan de nuestra
era. Sin embargo, tengo entendido que planeaba debutar en el papel
del Dios wagneriano este mismo año, en Londres. Si es así, es posible
que perdamos una promesa por una realidad en decadencia.
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René
Pape |
El
bajo alemán René Pape, nacido en Dresde, entrenado en la
Staatsoper Unter den Linden de Berlín, es una gran realidad
del presente, y actualmente trabaja en todos los grandes teatros
del mundo, desde París al Met de Nueva York. Su voz es la de un
bajo auténtico, de un timbre nobilísimo, personal y de gran belleza.
Su potencia es enorme y no tiene absolutamente ningún problema en
sus más de dos octavas de registro, ni en el grave ni en el agudo.
Ha cantado ya, con poco más de treinta años de edad, todo el repertorio
típico de su cuerda, desde Sarastro en Die Zauberflöte de
Mozart a Felipe II en Don Carlos de Verdi, pasando por Fígaro,
Leporello, Don Giovanni, Rocco o Ramfis. Además ha cantado casi
todos los papeles para bajo de Wagner: el Rey Heinrich, el Langrave
Hermann, Fasolt, Gurnemanz, Marke, Pogner, Hunding... Es una fuerza
de la naturaleza.
Y algo
me dice que pronto dará el salto al gran repertorio de bajo-barítono,
y que será un grandísimo Wotan, Holandés y Amfortas. En muy poco
tiempo lo veremos.
Ha
cantado bastante en Bayreuth, pero, como tantos otros, abandonó
el Festival por discrepancias con la actual dirección.
Otra
buena baza vocal que nos ofrece el presente es el neoyorquino Alan
Titus, que canta desde 1998 en Bayreuth, donde ya ha sido el
Holandés y es Wotan en la actual producción del Anillo. Es
un magnífico barítono de voz muy grande y expresiva, sin ningún
problema en el agudo. En su contra solamente podemos decir que su
registro grave es muy débil, casi inexistente, y su emisión es algo
tosca, nasal y no demasiado limpia. Sin embargo domina el alemán
a la perfección, lo que le posibilita el acceso a todos los papeles
para barítono o bajo-barítono del gran repertorio teutón.
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Alan
Titus como Wotan |
Su
lista de personajes es muy extensa, desde los tradicionales roles
verdianos como Amonasro, Macbeth o Jago, a obras del siglo veinte,
como “Matías el pintor” de Hindemith, pasando por las óperas de
Richard Strauss. En materia wagneriana ha cantado los siguientes
papeles: el Holandés, Hans Sachs, Kurwenal, los tres Wotan y Amfortas.
Para
información sobre su carrera y su repertorio, además de algunas
fotos, les recomiendo visitar su web oficial: www.alan-titus.com
No
olvidaré al increíble Matti Salminen, aunque ya está todo
dicho sobre él. Para nuestra desgracia, ya está en sus últimos años
de carrera. Ha sido quizá el bajo más importante del mundo en los
últimos años, junto al tristemente fallecido Martti Talvela y el
gran Kurt Moll, hoy también en retirada. Guardemos todos
nuestros entrañables recuerdos de estos grandes artistas.
No
puedo terminar esta revisión de los cantantes wagnerianos actuales
sin mencionar al alemán Thomas Quasthoff. No me equivoco
si digo que es el más grande barítono-bajo desde Hans Hotter y George
London. No creo exagerar.
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Thomas
Quasthoff |
En
una ocasión se describió a sí mismo como:
“1.34
metros de altura, brazos cortos, siete dedos –cuatro en la derecha,
tres en la izquierda-, gran cabeza, relativamente bien formada,
ojos marrones y labios llamativos; profesión: cantante.”
Es
una víctima de la cruel talidomida, una sustancia nociva para el
feto que tomaban las “modernísimas” mujeres alemanas para evitar
las molestias en el embarazo.
Con
cuarenta y tres años de edad, es uno de los cantantes más sobresalientes
del mundo. Sus recitales de lied son inolvidables. Posee
además un asmobroso sentido del humor.
Antes
de dedicarse enteramente al canto, fue locutor de radio
Con
sus dificultades físicas no ha tenido grandes oportunidades de intervenir
en producciones escénicas, aunque está cantando ahora el papel de
Don Fernando en Fidelio, y planea para el año que viene su
debut escénico como Amfortas en la Ópera de Viena.
Su
voz es muy personal, de una gran bellaza y calidez. Posee una técnica
magnífica (es además profesor de canto desde 1996), y un registro
muy amplio, desde una zona grave con gran apoyo y seguridad, a un
agudo fácil y fluido.
Un
auténtico barítono-bajo. Así de simple.
Su
reciente disco “Evening Star - German Opera Arias”, grabado para
DG con la dirección de Christian Thielemann y su orquesta de la
Deutsche Oper de Berlín, es muy recomendable. En los fragmentos
de las óperas de Lortzing y Weber está estupendo (supera en calidad
al mismísimo Gottlob Frick, especialista en estas obras). Canta
las frases del Landgrave Hermann en Tannhäuser con una expresividad
apabullante, y nos regala un Canto al lucero vespertino fantástico.
Pero lo mejor del disco es sin duda su final: el monólogo de Sir
Morosus en “La mujer silenciosa” de Richard Strauss, con el que
concluye la obra: “Wie schön ist doch die Musik”, alcanzando un
rotundísimo Fa grave. Me atrevería a decir que es la mejor grabación
de este monólogo en toda la historia del disco, incluso superando
al insuperable Hans Hotter.
Para
una completísima información sobre sus próximos compromisos y grabaciones,
se recomienda una visita a su magnífica web personal: http://www.gopera.com/quasthoff/.
Se incluye una lista de correo y una buena y extensa colección de
fotografías.
No
dejaré pasar esta oportunidad sin unir mi propia voz al clamor
que recorre en nuestros días el Mundo en contra de esa guerra
innecesaria e injustificada que el gobierno de los
Estados Unidos de América ha iniciado en Irak, secundado
por los gobiernos oportunistas y lacayos de una serie de países
(entre ellos el mío, España), sin ni siquiera el apoyo
simbólico de Naciones Unidas.
Recordemos las palabras de nuestro Miguel de Unamuno en respuesta
al general Millán Astray, cuando éste gritó
en un acto académico "¡Muerte a la inteligencia!
¡Viva la Muerte!":
"Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta.
Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y
para persuadir necesitaríais algo que os falta: razón
y derecho en la lucha".
Que no insulten nuestra inteligencia.
La guerra nunca es la solución de nada. Por mucho
que nos intenten convencer de ello, la guerra nunca es la
solución.
NO A LA GUERRA
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