Este artículo estaba programado desde hacía muchos meses. De hecho
su publicación estaba prevista para finales del año 2001 como homenaje
a una de las grandes leyendas -entonces- vivas del canto wagneriano.
No pudo ser.
Con gran tristeza recibí la noticia: Martha Mödl moría en Stuttgart
el lunes 17 de diciembre de 2001, tras una larga enfermedad.
Su
carrera ha sido una de las más largas de las que tengo noticia.
Debutó en 1942 y, por lo que sé, la última vez que salió a un escenario
fue en mayo de 2001, cuando apareció en el Bayerische Staatsoper
como la Nodriza del Zar en “Boris Godunov” de Modest Mussorgsky.
Son,
por tanto, 59 años en las tablas. Nunca se retiró.
Nació
en Nuremberg, el día 22 de marzo de 1912.
Durante
su juventud no tuvo demasiado contacto con el mundo del teatro.
Cuenta en sus memorias (1) que estuvo de joven sólo tres veces en
un teatro: dos en la Ópera (una de ellas fue “Rienzi”; la otra fue
“Der Evangelimann” de Wilhelm Kienzl) y otra vez en una opereta
cuyo nombre no conseguía recordar.
Trabajó
como secretaria en varias compañías hasta un año después del estallido
de la guerra, cuando contaba 27 años de edad.
Es
entonces cuando decide educar su potente voz e ingresa en el conservatorio
de Nuremberg, donde tan solo permanece seis meses.
Llega
entonces su gran oportunidad. Una compañera de conservatorio llamada
Erna Wölfel es contratada como soprano lírica en el teatro de Remscheid,
donde casualmente necesitan además a una mezzosoprano. Martha Mödl
consigue entonces, sin apenas estudios musicales, su primer empleo
como cantante de ópera.
Debuta
finalmente en 1942, a los 29 años, como Hänsel en “Hänsel und Grettel”
de Engelbert Humperdinck.
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Primera
aparición de Martha Mödl en un escenario: como
Hänsel junto
a su compañera de conservatorio Erna Wölfel
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Permanece
en Remscheid dos años cantando en la tesitura de mezzosoprano en
papeles como Azucena de “El Trovador” de Verdi, Cherubino de “Las
bodas de Fígaro” de Mozart o Adelaide en “Arabella” de Richard Strauss.
En
medio del fragor de la guerra, comienza a trabajar en una fábrica
de munición militar. En 1944 es contratada como invitada para cantar
Maddalena en “Rigoletto” de Verdi en Düsseldorf, donde le es ofrecido
un contrato estable.
Permanece
en Düsseldorf añadiendo más y más papeles a su repertorio: Dorabella
de “Così fan tutte”, Niklaus en “Los cuentos de Hoffmann”, la Carmen
de Bizet, Octavian en “El caballero de la rosa”, la Pricesa de Éboli
en “Don Carlos”...
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Única
vez que interpretó Marie en "Wozzeck" de Alban
Berg, su primer papel de soprano |
En
1948 canta también en Viena, Berlín y Hamburgo. Es en ese año precisamente
cuando canta su primer papel de soprano: Marie en “Wozzeck” de Alban
Berg, en Hamburgo. Comentó más tarde que fue una locura de juventud,
que no estaba preparada para ello. Nunca volvió a cantar ese papel,
pero aún así fue su verdadero primer contacto directo con la música
del siglo XX, de la que luego se haría gran intérprete.
Debuta
como Kundry en Berlín en 1950, en el que es su papel wagneriano
más memorable.
Llega
entonces el gran hito de la carrera de Martha Mödl: Bayreuth.
Wieland
Wagner estaba luchando por reabrir el Festival después de los horrores
de la guerra. Wahnfried estaba parcialmente en ruinas y el Festspielhaus
se había salvado de milagro de las bombas aliadas, y había sido
ocupado por algún tiempo por las tropas americanas, que lo utilizaron
como sala de baile y entretenimiento.
Wieland
debía ahora (1951) reunir a un equipo de cantantes de primer orden
para hacer renacer la tradición wagneriana en Bayreuth. Es la época
que hoy llamamos “el Nuevo Bayreuth” (Neu Bayreuth), y en
Martha Mödl jugaría un importante papel.
Tras
una audición al borde del desastre, donde, según cuenta Frau Mödl,
se quedó casi sin voz, Wieland decidió contratarla como Kundry para
su nueva producción de “Parsifal”, consciente de sus extraordinarias
dotes dramáticas.
Por
fin, el día 22 de agosto de 1951, se estrenó la producción wielandiana
de “Parsifal”, que habría de durar hasta 1973, nada menos.
El
reparto es ya clásico gracias a la grabación discográfica que se
realizó entonces: London, Van Mill, Weber, Windgassen, Uhde y Mödl,
y el titán Hans Knappertsbusch en el foso.
Se
inicia entonces su gran etapa wagneriana, que duraría hasta el verano
de 1967, año en que se despidió de Bayreuth.
Canta
allí las tres Brünnhildes del Anillo, Sieglinde, Fricka,
Gutrune, Isolde, Waltraute (Götterdämmerung), la Tercera Norna y
el Solo de contralto de “Parsifal”.
En
este tiempo aparece en todos los grandes teatros del mundo: La Scala
de Milán, el Met de Nueva York, el Colón de Buenos Aires, el Liceu
de Barcelona, el Covent Garden de Londres...
El
próximo mes hablaremos in extenso de este tiempo de triunfos
que ha pasado a la historia del canto wagneriano.
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Martha
Mödl como Leonore en "Fidelio" de Beethoven en
Hamburgo en 1950 |
Un
hito en su carrera fue sin duda su recreación del papel de Leonore
en el “Fidelio” de Beethoven, en el que debutó en 1951 en Hamburgo.
Pero la producción que ha quedado para la posteridad ha sido la
de 1953 en Viena, con Furtwängler a la batuta, en el Theater an
der Wien, que tuvo un enorme éxito (existe grabación en vivo, hoy
inencontrable). Es invitada a grabar la obra en estudio para EMI
con el mismo reparto básico: Gottlob Frick (Rocco), Otto Edelmann
(Pizarro), Wolfgang Windgassen (Florestan), Rudolf Schock (Jaquino),
Sena Jurinac (Marzelline) y Alfred Poell (Fernando).
Como
decíamos, en 1967, con la voz ya bastante gastada, se ve obligada
a dejar de cantar a su querido Wagner; como muchas veces ha dicho:
su compositor favorito.
Inicia
una “tercera carrera” (la primera: como mezzosoprano; la segunda:
como soprano dramática) en la que cantará papeles de los llamados
“de carácter”.
Una
de sus especialidades era Klytämnestra en “Elektra” de Richard Strauss.
Este papel requiere una presencia dramática brutal, y eso es lo
que Martha Mödl fue más que capaz de darle. Había debutado en este
papel ya en 1949 en Remsheid, y lo mantuvo en repertorio hasta finales
de los setenta.
Como
intérprete de Richard Strauss, la encontramos además en otros papeles:
Adelaide y la Echadora de cartas en “Arabella”, el Compositor en
“Ariadna en Naxos” (Ariadne auf Naxos), la Gobernanta de
Sir Morosus en “La mujer silenciosa” (Die schweigsame Frau),
el Ama en “La mujer sin sombra” (Die Frau ohne Schatten)
y Herodias en “Salome”.
Como
curiosidad podemos resaltar su participación en “Boris Godunov”.
En toda su carrera intervino en tres papeles distintos: el papel
femenino principal, la princesa Marina Mnishek (inmortalizado en
una grabación radiofónica con Eugen Jochum y Hans Hotter como el
atormentado Zar), y dos secundarios: la Posadera y la Nodriza. Esta
última encarnación, como decíamos al principio de este artículo,
ha sido posiblemente su último papel en escena.
Destacó
como intérprete de obras del siglo XX. Podemos citar su participación
en “Matías en pintor” (Mathis der Maler) de Paul Hindemith,
como la Condesa Helfenstein, que cantó en Remscheid casi inmediatamente
después de la Guerra, en 1947.
Además
de su única Marie en “Wozzeck”, cantó en bastantes ocasiones el
papel de la Condesa Geschwitz en “Lulu”, la impactante obra de
teatro de Frank Wedekind convertida en ópera por Alban Berg, que
hizo por primera vez en 1970 en Munich.
Cantó
en dos óperas de ese genio británico que fue Benjamin Britten. En
Münster en 1968 como la anciana reina Isabel I de Inglaterra, en
“Gloriana”, una excelente y tristemente subestimada ópera compuesta
para la coronación de la otra Reina Isabel, la segunda y ahora
reinante (y también anciana).
Además
en 1966 en Hamburgo como Mrs. Herring en “Albert Herring”.
Figuraron
también en el repertorio de Martha Mödl dos óperas del ahora nonagenario
Gian Carlo Menotti: “The Medium” (primera vez: 1972 en Trier) y
“The Consul” (1951 en Hamburgo).
Una
obra además de Carl Orff , “Antigonae”, cuyo papel titular cantó
en 1956 en Stuttgart bajo dirección escénica de Wieland Wagner.
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Caracterizada
como una explosiva Leokadja Begbick en "Mahagonny"
de Kurt Weill |
Curiosamente,
intervino en dos óperas de tema lorquiano: Bluthochzeit de
Wolfgang Fortner (basado en “Bodas de sangre”; cantó el papel de
la madre) y Bernarda Albas Haus (sobre “La casa de Bernarda
Alba”; donde hizo de Bernarda) de Aribert Reimann.
Podemos
citar otras dos obras de Igor Stravinsky: “Oedipus Rex” (el papel
de Iocaste en presencia del propio compositor) y “La historia del
soldado” (como la madre).
Además
frecuentó el papel de la viuda Leokadja Begbick en “Ascensión y
caída de la ciudad de Mahagonny” (Aufstieg und Fall der Stadt
Mahagonny) de Kurt Weill, una obra que afortunadamente cada
día está más considerada.
Cantó
también dos papeles en óperas de Leoš Janácek: Kostelnicka (la
Sacristana) en “Jenufa” y Kabanicha en “Katja Kabanova”.
Entre
las muchas curiosidades que podemos encontrar en el mercado discográfico,
existe una grabación de una obra muy poco conocida: “La canción
de la bruja” (Das Hexenlied) de Max von Schillings. Grabada
entre 1991 y 1992 por el sello CPO, en la que Martha Mödl recita
el texto de Ernst von Wildenbruch. Su interpretación del poema es
absolutamente sobrecogedora.
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Martha
Mödl caracterizada como la anciana Condesa de "La
dama de picas" de Tchaikovsky en la Deutsche Oper de
Berlín en 1979
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En
los últimos tiempos apareció asiduamente como la viejísima Condesa
en “La dama de picas” (2) de Piotr Tchaikovsky, un interesante papel
hecho a medida para las viejas glorias de la cuerda de soprano (también
lo han hecho Elisabeth Södeström y Astrid Varnay, por ejemplo).
Se puede ver a Martha Mödl interpretando el aria de la Condesa
en una preciosa película de Werner Schröter, "Poussieres
d'Amour" (1996), en la que comparte pantalla con grandes cantantes
como la legendaria Anita Cerquetti, Rita Gorr y Trudeliese Schmidt.
Como
dato podemos decir que en España sólo pudimos disfrutar de su arte
en dos señaladas ocasiones, ambas en el Liceu de Barcelona: en 1955
(cuando Wieland trajo la compañía de Bayreuth al completo; Mödl
cantó “Tristán”, “Parsifal” y “La Walkyria”) y en 1974 cuando cantó
el papel de Yocasta en “Edipo y Yokasta” de Soler.
El
mes que viene abordaremos ya plenamente sus interpretaciones wagnerianas,
que constituyen el pilar fundamental de la exitosa carrera de Martha
Mödl.
(1)
Martha Mödl “So war mein Weg” Gespräche mit
Thomas Voigt. Parthas Verlag GmbH. 1998
(2)
Ha habido cierta controversia últimamente sobre el título de esta
ópera. Transliterado del ruso es Pikovaya Dama. En francés:
“Pique Dame”. En inglés “The Queen of Spades”. En español se ha
venido traduciendo siempre como “La dama de picas”. El título se
justifica en la obra por el nombre de la carta en la baraja francesa:
la dama del palo de picas.
En
la obra de Puschkin a partir de la que se compuso la ópera, la Condesa
personifica a la dama de picas. El oficial Gherman juega a las tres
cartas que el fantasma de la Condesa le ha indicado en sueños. Tras
haber ganado dos veces, apuesta a la tercera... sale la dama de
picas, la carta tradicionalmente vinculada a la muerte, pierde todo
su dinero y muere.
He
leído hace poco a un crítico hablar de “El caballo de espadas” en
un intento por castellanizar el título. Bien, creo que es un error.
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