|
Suscríbete ya a la newsletter de Música Clásica |
Jane Eaglen y otras cosas |
| ||||||
Me gustaría contar con vuestras opiniones, con mensaje respondí a un co-forero, pero como ya tiene algunos días creo que habrá pasado desapercibido y pienso que vale la pena contrastar opiniones. En la discrepancia y de opiniones, curiosamente tan dispares, se encuentra la "salsa". No voy a entrar con el reparto de esta Valquiria, para el cual cada uno tiene sus opiniones y gustos personales, quiero hablar de Jane Eaglen a quién he apreciado recientemente en Barcelona como una gran Isolde. No estoy de acuerdo en que le falte volumen, eso le sobra (en todos los sentidos), ni tampoco en que chille. Para mí es una auténtica soprano dramática wagneriana con una gran firmeza y solidez en su voz que proyecta correctamente y con una autoridad poco corriente hoy en día. ¿No será que estamos olvidando ese más puro estilo de impostación germánica de la voz, y que nos están acostumbrando a intérpretes más líricos que nos dan un Wagner más descafeinado?. Si hoy en día hay esa tendencia, no creo que obedezca a una moda si no a una necesidad impuesta por las circunstancias, pues sencillamente escasean esas voces que teníamos como modelo del pasado y hay que hacer lo que se puede con los que hay. Mientras escribo estas líneas estoy escuchando la Ortrud de Rita Gorr, y eso que ella no es de esas típicas figuras que nos vienen a la mente de inmediato cuando recordamos históricos, pero ....amigos...¡qué Ortrud! En el pasado los cantantes wagnerianos procedían a menudo de una cierta "escuela" o tradición de estilo, ahora hay procedencias y estilos no tan puros de lo que podría decir de esa escuela. Los cantantes también se hacen y para ello se requiere escuela, tradición, tiempo, especialización. Saludos Luis |
| ||||||
Hola a todos y todas. Volvemos al tema de Jane Eaglen.... Puedo admitir que es capaz de no chillar. Que no le falta volumen (en agudos y otras cosas), pero el medios y graves esta señora anda muy escasa, demasiado para ponerse a compararla con otras cantates del pasado. Quizás en una grabación pueda disimular más, pero en el teatro es que, encima, no tiene la menor idea de actuar. Sobre si es o no de determinada escuela, pues no te puedo contestar ya que, en realidad, no tengo ni idea de eso. Se lo que me gusta y lo que no me gusta incluso, por llegar más lejos, lo que puedo soportar sin que me destroce la represantación. En el caso de esta señora, no iría muy lejos para verla cantar el papel de Isolde, pues sólo en el primer acto interpreta. Si nos centramos en el papel de Isolde, me viene a la memoria unos comentarios que leí en el libro de Wagner de Ángel F. Mayo (no puedo ponerlos literalmente por tener "secuestrado" el libro). Decía que para uno de los nietos de Wagner (creo que Wieland) existían tres Isoldes, una por cada acto. Apurando, ya en exceso, mi memoria, para él en el primero estaba la Möld y en el segundo la Nilsson (no recuerdo para el tercero). No creo que nadie dude que ambas han hecho una Isolde inolvidable. Aún así, algo más debe haber, aparte de una bonita voz con más o menos volumen para que alguien, que debía entender un poco sobre la escuela wagneria, se decantase por una u otra cantante. La señorita Eaglen es capaz de hacer un primer acto más que convincente pero no lo borda. Cuando llega la hora del filtro, se acabó el encanto. Es decir, la Isolde celosa la interpreta, la amorosa NO. Si el Tristan es un drama sobre celos pues esta será su cantante. Para mí este drama está dedicado al amor y, una cantante (o un cantante) que no sea capaz de interpretar el segundo acto, no es válido para cantarlo satisfactoriamente. Un buen ejemplo de interpretación actual podría ser Waltraud Meier que, con muchísimos menos recursos (vocales), enciende pasiones. De todas formas para gustos están los colores. :-) Un abrazo. Luis. |
| ||||||
Hola Wagnerianos, sólo he escuchado a Jane Eaglen como Isolde, en una representación del MET del año 2000, que retransmitió RNE y tuve la suerte de grabar. Me pareció muy satisfactoria su prestación y su voz es un manantial que parece inagotable. Quizá verla en directo sea diferente, pues decís que no actúa muy bien, desde luego por la radio me pareció convicente. Menos apasionada que W Meier, pero más mística. De esta representación también me encantó ben Heppner, a pesar de no estar en su mejor día, lo dio todo de manera muy valiente y emotiva. Dirigía Levine, con su ritmo lento habitual y su sentido dramático al rojo vivo. Lástima que este trío no grabe esta obra en estudio. Un saludo! |