|
Suscríbete ya a la newsletter de Música Clásica |
Ginnungagap, la diferencia |
| ||||||
Ginnungagap es una resonante palabra de la mitología nórdica que, de acuerdo con la definición de de Vries, simboliza al "espacio cósmico cargado de fuerza creadora". Alguna vez he tenido la oportunidad de leer algún mal libro de mitología, que proponía que esta idea relacionaba la mitología nórdica con los textos bíblicos, que conciben el mundo como la creación que, a partir de la nada, realiza un ser ajeno a él. Nada más lejos de la realidad. La propia idea de un espacio lleno de fuerza mágica aleja la concepción nórdica de la nada bíblica. Además, en los mitos nórdicos, la creación del mundo y sus seres acontece a partir de los trasvases de "materia" líquida provocados en ese espacio lleno de "fuerza", por el calor del Muspell y el frío del Niflheim, como si se tratase de un auténtico proceso fisico-químico, en el que las constantes evoluciones de las aguas primordiales fueron capaces de generar a los gigantes, a los dioses, y a todos los seres de los que más tarde resultará nuestro mundo. En mi opinión, esta concepción no tiene mucho de bíblica. Agradezco a nuestros nórdicos antepasados, que prescindieran de "las creaciones de la nada". Javier |
| ||||||
"...como si se tratase de un auténtico proceso fisico-químico, en el que las constantes evoluciones de las aguas primordiales fueron capaces de generar a los gigantes, a los dioses, y a todos los seres de los que más tarde resultará nuestro mundo." Javier, escribe un artículo sobre esto, y si eres capaz de convencer a los "referees" del Physical Review Letters o del Journal of Physical Chemistry, directo a Estocolmo. Claro que, dado que ya es público y notorio que los seres humanos tenemos tan sólo el doble de genes que una mosca (y algunos incluso menos), quizá no sea tan descabellado... Un abrazo, La abuela de caperucita |
| ||||||
Bah, bah! Los físicos os daís mucha importancia, pero todavía no habéis descubierto pq caen las piedras. El que tenga dudas que pregunte a Schopenhauer. Saludos. Javier |
| ||||||
Si en vez de mostrar adhesión inquebrantable a tu admirado ’soplen’ dedicaras un ratito a Newton y desarrollos ulteriores... Aunque te pese, las piedras no caen por su propia ’voluntad’. Ni siquiera por Kohonen (por cierto, conozco su libro de redes neuronales ese que mencionaste). Caen por su peso (mejor dicho, por su masa). Acabo de comprar un librito de Schrödinger que me recomendaste en cierta ocasión ("La naturaleza y los griegos"). Aunque demasiado liviano para ser empleado provechosamente como objeto arrojadizo (para este propósito, "Gödel, Escher, Bach" de Douglas Hofstaedter es mucho más apopiado), espero leerlo pronto para continuar con nuestro mutuo, amistoso lapidamiento. Salute, Alberich |
| ||||||
¡Nol! La voluntad no es de la piedra, la caída de la piedra es expresión de una voluntad. Es cuestión de poner cada palabra en su sitio. Tu explicación sobre la caída de las piedras me ha recordado a un sargento artillero, que nos contaba, en la mili, que si no existiese la gravedad las piedras caerían por su propio peso. ¡Uy, las piedras no, las bombas! En fin, que eso no es un porqué. Saludos. Javier. |
| ||||||
Una de las citas de Demócrito que más impresionaron a Schrödinger, de hecho, la incluye por duplicado en su libro. Se trata de una conversación entre el intelecto y los sentidos: "Intelecto: Lo dulce es por convención y lo amargo por convención, lo caliente por convención, lo frío por convención, el color por convención; en verdad no hay más que átomos y vacío. Los sentidos: Pobre mente, ¿tomas de nosotros la evidencia por la cual quisieras destronarnos? Tu victoria es tu derrota." (D. fr. 125). Téngase en cuenta que se trata de una traducción al castellano de una traducción al inglés del original griego, aunque creo que tengo una traducción directa griego castellano. Bueno, pues este planteamiento de Demócrito es completamente acorde con la teoría de Schopenhauer. De esto a "lo de las piedras" hay un paso muy pequeñito. Enviaré algún otro pensamiento de este libro, esta vez del propio Schrödinger, que tb me parece interesante. Saludos. Javier |
| ||||||
Saludos. Mi profesor de Álgebra suele decir que las cosas caen por su propio peso o si no por la gravedad (viejo chistecito de físicos). Supongo que es verdad, porque lo que cayó fue mi nota en Álgebra hasta el mísero suspenso. Lo de la voluntad de las piedras me parece un camelo de filósofo. Y es que los filósofos de dan aún más importancia que los físicos, Javier :-) En fin. Otro saludo, Der Niblungen Herr |
| ||||||
Tu nota de álgebra no cayó por su propio peso, ni siquiera le puedes echar la culpa a la gravedad, sino por tu voluntad de no pencar lo suficiente, a ver si el símil os da una pista... Saludos, Fátima |
| ||||||
Schopen no habla nunca de la voluntad de las piedras, sino de que cualquier fenómeno, incluso la "caída" de una piedra, es expresión de "Algo", a lo que denomina Voluntad. Parece lógico que esta denominación conduzca a la confusión, sobretodo si se intenta explicarla a través de emilios. Este "Algo" no es exactamente la capacidad que tenemos los humanos para elegir o buscar en la vida aquello que queremos, y que es traspasable a las piedras. ¿Pq Schopen lo denomina Voluntad? Te propongo la siguiente cuestión: ¿te has preguntado algunas vez pq quieres las cosas? Si indagas, con un mínimo de profundidad, no encontrarás razón alguna. Con un mínimo de profundidad significa que si te preguntas el porqué de tus gustos por el otro sexo, no vale contestar "por sus formas" (por decirlo con finura), pq entonces deberías preguntarte el pq del atractivo de las formas, cosa que si pretendes razonar topológicamente, en términos de radios de curvatura y "suavidad" de su variación, situación de puntos singulares, etc; debería conducirte al porqué del atractivo de estos lugares y formas geométricas. En definitiva no hay razón, sino querer. Para Schopen no somos seres que piensan, sino, antetodo, seres que quieren, y que doblegan su pensar a su querer, incluso cuando quieres doblegar tu querer a tu pensar ya estás "queriendo". Por eso plantea eso que tanto le extraña a Schrödinger en La Naturaleza y los Griegos: que cosiderase el conocimiento consciente y el intelecto como fenómenos secundarios y accesorios. Lo que no dice Schrödinger es que Schopenhauer considera que "ese accesorio" es enormemente valioso y es lo que nos diferencia del resto de los seres que conocemos en este mundo, aunque no debería envilecernos hasta el grado de creernos el centro del universo, tal y como ocurrió con el cristianismo, y como sigue ocurriendo, en cierto modo, hoy en día. Pues bien, para Schopen, lo que llamamos voluntad en el ser humano no es sino el reconocimiento consciente de la manifestación dentro de nosotros de ese "Algo" irracional al que me refería al principio y, por extensión, decide aplicar el término Voluntad a ese "Algo" irracional que nosotros también podemos reconocer en nosotros mismos como algo que no es otra cosa que un incesante querer. Bueno, habrá que cuidar un poco más ese algebra. Cuando estudies las expresiones matemáticas de las superficies imagínatelas llenas de carne (de la buena), y así te sentirás más motivado. Ale, a estudiar. Saludos. Javier. |
| ||||||
Sigo sorprendiéndome de que se critique a la ciencia por su incapacidad de explicar dentro de sus propios esquemas y con sus armas TODAS las cosas (básicamente las más complejas) y se vean con agrado o simpatía (fuera de su interés literario o filosófico) ’explicaciones’ vagas tipo la Voluntad de Schopenhauer. Si un científico dice que una piedra cae al suelo atraída por el campo gravitatorio de la Tierra (también la piedra atrae a la Tierra, pero como siempre, ’el pez gordo se come al chico’), se le preguntará qué es la gravedad, cómo funciona internamente, etc. El científico responderá que es uno de sus axiomas: la interacción gravitatoria existe, está ahí, las masas se atraen, etc. Habrá quien considere esto insatisfactorio. Está en su derecho. Pero no entiendo cómo puede satisfacer más al intelecto el atribuir la caída de las piedras a una Voluntad de Algo. ¿Qué demonios es eso? ¿qué capacidad predictiva tiene esa ’explicación’? Se define por sus manifestaciones, como mínimo igual de insatisfactorio que la Gravedad. ¿La ’Voluntad’, no es acaso un concepto más vago que F=GMM’/(r^2)? La Ley de la Gravitación Universal enunciada por Newton podrá parecer a algunos poca cosa, pero su conocimiento ha permitido enviar personas y naves fuera de este planeta. Un dato curioso: en las misiones a los planetas exteriores, se utiliza el campo gravitatorio de Júpiter para acelerar la nave. ¡Se le roba a Júpiter un poquito de energía para dársela a una navecilla terráquea! ¿Se le roba a Júpiter en contra de su voluntad (que yo sepa, no se le ha `pedido permiso)?. No es poca cosa, en mi opinión. David contra Goliat. Todo el mundo sabe de qué color es el oro. Es de SU color, de color oro. Pues unos pocos átomos (15 o 20) de oro, si pudiéramos verlos, serían de color rojo. Por supuesto, no podemos verlos con nuestros ojos, pero podemos estudiar como interactúan con la luz. El fenómeno por el cual los objetos macroscópicos, visibles, se ven de cierto color, opera a escala atómica y podemos estudiarlo. Desde la época de Schopenhauer se ha avanzado mucho. El cerebro es un sistema muy complejo, pero no es más que Física y Química. Tened paciencia, todo llega. Hace falta fiempo, y Voluntad de descubrir (además de algo de dinero; ¡qué asco!, siempre acabamos en el materialismo). Reconozco que el hecho de que, en un amplio porcentaje, el ser humano sea heterosexual por, pongamos por caso, un efecto de ’canje indirecto debido a interacciónes de espines’, a muchos les puede parecer decepcionante. A mí me pasa lo mismo con la Voluntad. Un saludo, Alberich P.D. Hace poco me enteré de que a un colega mío le habían diagnosticado el origen de una depresión que le ha venido lastrando desde hace unos años. Insuficiencia de un cierto ion, no recuerdo si K+ (potasio), Na+ (sodio). ¡Electricidad! Con las pastillas que ahora toma está bastante mejor. Quizá si el psiquiatra se hubiese llamado Charles Augustin de Coulomb... |
| ||||||
Cuentan que en una ocasión, tras la fiesta de bienvenida con que los nativos de unas islas del sudeste asiático, habían agasajado a un grupo de expedicionarios occidentales, la hija del jefe de la tribu quiso ofrecer sus encantos orientales a un oficial de la expedición, al que, váyase a saber porqué, había encontrado algún atractivo. Este oficial, que era además caballero, pensó que aprovecharse del estado de embriaguez de la moza, no sería el modo adecuado de tratar a la hija de un jerarca, y temiendo causar un conflicto al no cumplir con el debido protocolo, se vio obligado a responder con una negativa.. La muchacha, ofendida, salió corriendo y, entre gritos, protestó ante su padre por el gesto de desprecio del oficial que había roto todas las normas del protocolo que regía entre aquellos nativos. El resultado fue que los expedicionarios terminaron en la cazuela, como resultado de un exceso de celo en el mantenimiento del protocolo, pero no el adecuado. ¿Y todo esto a cuento de qué? Pues que a la hora de pedir permiso, es muy importante tener en cuenta el protocolo a emplear con nuestro interlocutor. ¿Cómo se pide permiso a un planeta? Desde luego ponerse a hablar con un planeta puede ser una pérdida de tiempo. El problema es que mantener una conversación puede ser el protocolo adecuado para la interacción con un humano, pero no con un planeta. Estoy seguro de que para aprovechar la energía de Júpiter, no sólo habrá sido necesario pedirle permiso, sino que además los técnicos de la NASA habrán tenido que aprender el protocolo adecuado para conversar con el planeta. No conozco el problema, pero plantearé uno que considero similar. Si una nave espacial trata de regresar a la tierra sin cumplir con el protocolo de rigor, es decir, realizando un reentrada en las condiciones que la atmósfera le impone, la nave terminará hecha chamusquina, casi, como los expedicionarios de más arriba. Será preciso conocer la velocidad adecuada, el ángulo de incidencia adecuado, etc; para que la nave, manteniendo un correcto seguimiento de las ?normas de cortesía?, consigua que la tierra la acoja en su seno sin ningún impedimento. Saludos. Javier. |
| ||||||
"No conozco el problema, pero plantearé uno que considero similar. Si una nave espacial trata de regresar a la tierra sin cumplir con el protocolo de rigor, es decir, realizando un reentrada en las condiciones que la atmósfera le impone, la nave terminará hecha chamusquina, casi, como los expedicionarios de más arriba. Será preciso conocer la velocidad adecuada, el ángulo de incidencia adecuado, etc; para que la nave, manteniendo un correcto seguimiento de las ?normas de cortesía?, consigua que la tierra la acoja en su seno sin ningún impedimento." Yo pensé que dirías que la respuesta está en ’El mundo como voluntad y representación’. Desengáñate, ya ves que hasta los de Tele-pizza lo tienen claro. Saludos, Alberich |
| ||||||
?Sigo sorprendiéndome de que se critique a la ciencia por su incapacidad de explicar? Esto no es así, no se critica a la ciencia, sino a los científicos que pretenden negar la existencia de todo saber que no se encuentre dentro de los objetivos de la ciencia, que en definitiva tan sólo es una de las ramas del saber, aunque sea la que aporta un conocimiento más, digamos, preciso. ?Pero no entiendo cómo puede satisfacer más al intelecto el atribuir la caída de las piedras a una Voluntad de Algo.? Pq piensas que se está tratando de estudiar la atracción gravitatoria de las piedras, cuando lo que Schopen pretende en realidad es defender que el origen de los impulsos humanos tiene un fundamento similar al que presentan otros fenómenos naturales como el comportamiento de las plantas, animales, o el de un piedra cometida a la acción del campo gravitatorio terrestre, existiendo, claro está, en cada uno de estos comportamientos, una respuesta adecuada al correspondiente nivel intelectual. A Schopen no le preocupa el modo en que caen las piedras, sino el fundamento del Ser. El interés de esta indagación es el de conocernos a nosotros mismos, motivado precisamente por esa ?Voluntad de descubrir? que mencionas, y que tampoco tiene ningún fundamento racional (¿pq descubrir?). Además, no se debe confundir la Voluntad de Algo con Algo que es Voluntad. ?¿La ’Voluntad’, no es acaso un concepto más vago que F=GMM’/(r^2)?? No, son respuestas a preguntas diferentes. Lo que es más, la ?Voluntad? no es ni siquiera una respuesta, sino un camino para encontrar una respuesta. Podrías preguntarte tb para qué le sirvió a Demócrito afirmar en su época que todos los seres estaban constituidos por diferentes combinaciones de átomos. Tal vez hubo algún Alberich que se lo preguntó. ?¿qué capacidad predictiva tiene esa ’explicación’?? Tiene una capacidad explicativa, no predictiva. ?Desde la época de Schopenhauer se ha avanzado mucho. El cerebro es un sistema muy complejo, pero no es más que Física y Química? ¿En qué sentido? Si quieres decir que la ciencia ha avanzado mucho estoy de acuerdo. Pero en cuanto a las preguntas sobre la existencia, los interrogantes siguen ahí. Que la vida se reduce a simples procesos físico-químicos, muy anterior al mismo Schopen. De hecho él mismo la remonta a la época de Demócrito y se permite criticarla en su base: el objetivo de la ciencia se reduce a interpretar el mundo de los fenómenos, no a investigar al ser. Pero no es necesario deprimirse para saber que, cuando nos duele la cabeza, una aspirina puede ser más efectiva que rezar un rosario, para aliviar el dolor. ¿Significa eso que el ser humano es sólo química? ¿Quién o qué decide que se ha de tomar la aspirina? ¿Otro proceso? Si seguimos la cadena de posibles motivaciones, llegamos al final a un ?querer? vivir. Y cuando llegamos a puntos como este, los científicos sacan de la manga la palabra instinto, que es un ?no se qué es? que todo lo explica. Y lo mismo digo en el caso de las ?interacciones de espines? que controlan la sexualidad. En este ejemplo puede apreciarse cómo el proceso de evolución de las ciencias no tiene mucho que aportar a las incógnitas sobre el ser. Supongamos, no sólo que la heterosexualidad se controla modificando los espines, sino que dispondremos de una máquina que permitirá a sus usuarios escoger su sexualidad. ¿Pq unos individuos optarán por un tipo de sexualidad diferente a la de otros? La máquina ?turbaespines? no nos lo dirá. Los modelos científicos no pueden responder a todo eso pq los modelos científicos no prevén esos aspectos del ser. En La Naturaleza y los Griegos, Schrödinger explica este problema de una manera singular: En el proceso de observación científico, el sujeto que observa construye un modelo del mundo en el que incluye a todos los fenómenos, excepto a su propia mente, dado que, para ser observador, su propia mente necesita escindirse de este mundo, al que va a contemplar como un objeto independiente. Por eso mismo terminará afirmando: ?En particular, y esto es lo importante, tal es la razón de que la visión científica del mundo no contenga en sí misma valores éticos, ni valores estéticos, ni una palabra acerca de nuestra finalidad última o destino, y nada de Dios, si lo prefieren. ¿De dónde vengo, adónde voy? La ciencia no nos puede decir una palabra acerca de la música que nos agrada, o porqué y de qué manera una vieja canción nos conmueve hasta las lágrimas. La ciencia, estimamos, puede, en principio, describir con todo detalle cuanto sucede (en relación al último caso) en nuestros sensorium y motorium desde el momento en que las ondas de compresión y de dilatación alcanzan nuestro oído hasta el momento en que ciertas glándulas segregan un fluido salado que emerge en nuestros ojos. Pero en lo que respecta a los sentimientos de placer y tristeza que acompañan al proceso, la ciencia es completamente ignorante, y por esta razón reticente.? Etcétera. Se me puede decir que, a pesar de que Schrödinger fuese premio Nobel de Física, la ciencia ha avanzado desde que escribió estas afirmaciones, pero el caso es que la ciencia hoy en día ni siquiera ha alcanzado el nivel que le suponen los planteamientos de Schrödinger. El problema no es de tiempo, sino de forma y de objetivos. En fin podría seguir, pero como no creo que muchos lleguen a leer tan siquiera hasta aquí (habiendo pasado antes por lo anterior), lo dejo (por hoy). |
| ||||||
Si el secreto está en la masa, y la masa de Júpiter ya está ahí, entonces sobran los físicos, al menos los de la NASA. Saludos. Javier. |
| ||||||
Mexplico: Si tú haces las cosas a la torera, y envías el satélite sin ningún cuidado, seguro que Júpiter no te presta su energía. Para que te la preste hace falta "seguir el protocolo": cálculos de trayectorias que aprovechen la energía gravitatoria de Júpiter. Eso es "pedirle permiso" a Júpiter o, al menos, acatar las restricciones que Júpiter impone. Está claro es que no podemos hacer lo que nos dé la gana. Saludos. Javier. |