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Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023|
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| El Ocaso del Met |
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¡Hola! Bueno, he de reconocer que, a pesar de que Wotan no aparece directamente, el Ocaso de Wagner no tiene un segundo de desperdicio. Hace poco he tenido la oportunidad de er y escuchar la versión del Met, dirigida por Levine, y tengo que afirmar que si Levine pone entusiasmo en su dirección, debe de ser, sobretodo, a la hora de gesticular y hacer muecas con su rostro, pq lo que es en el aspecto musical lo encuentro bastante insatisfactorio. Amos, que se me queda un poco pobre. Recuerdo que, a pesar de lo comentado (pq es que Wagner es grande incluso mal dirigido), mientras escuchaba la obra, no había terminado de disfrutar de un pasaje cuando ya estaba empezando a pensar en el disfrute que me iba a producir el siguiente. Me importa poco que esta obra haya tenido críticas musicales negativas por parte de algún experto, pq yo la encuentro tremendamente atractiva. Si tuviera que escoger algún momento en especial, me quedaría con el encuentro de las ondinas con Sigfried. ¡Por todos los dioses!, que seres tan gráciles, burlones y sin embargo tan inflexibles e incluso crueles: es increíble su capacidad para pasar de la risa a entonar esos espeluznantes "¡Siegfried!", que contienen todo el terror de un amargo augurio. Es la auténtica voz de la naturaleza. Me encanta cómo se burlan de todo lo que nosotros consideramos grande. Y pienso que, si hay un personaje que sabe estar casi a su altura, este es sin duda Siegfried. Hablando de Siegfried, Jerusalem casi me hace disfrutar. Estaba pensando "no lo hace tan mal", cuando justo llega el momento en que recuerda cómo mató al dragón, etc. los berridos son realmente insufribles. De todos modos, y volviendo a mis preferencias, me encanta el papel de Hagen. Su final de la escena segunda del primer acto es musical y vocalmente inmenso. Tb me gusta el comienzo del acto segundo, en su dúo con Alberich, y el pasage musical que le sigue, que creo que se llama "el amanecer", me resulta impresionante. El Hagen de esta grabación lo interpretaba un tío muy grande que se parecía a Salminen. Tal vez incluso fuera él. En la escena de la llamada a los hombres de Gunter mete unos berridos, que uno echa de menos tener párpados en las orejas. Creo que este papel es de barítono dramático, y si este señor es un bajo, pues su interpretación es muy justa "por arriba". Por cierto, el efecto disonante de las llamadas con los cuernos, produce en mis oídos una sensación arcaizante, que consigue evocar en mi pensamiento, el eco de olvidados mundos de la mitología germánica. En cuanto al coro que le sigue, el modo en que unas voces contestan a otras me parece de una originalidad poco usual. Me gustó C. Ludwig como Waltraute, y creo que en su exposición se escucha de nuevo el motivo del "dolor de Wotan", justo cuando hace referencia a las palabras que dirige a Brunhilda. H Behrens hace todo lo que puede con su Brunhilda. Y lo que puede lo hace bien, aunque su voz no me parezca adecuada, prefiero su interpretación a la de G. Jones. En fin, seguro que en el Ocaso habrá quien disfrute más con el final o con la marcha fúnebre, no se lo censuro, pero, en mi caso, mis preferencias son las que indico más arriba. Saludos. Javier. |
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A mi me parece completísimo el Ocaso,empezando con el prólogo, con las nornas filosofando a destajo del bien y del mal, y rematandolo con el tercer acto que es sublime,genial,dramático,filosófico,la inmolación es el "todo",musicalmente hablanado,y si además se combina, Hans Knappertsbusch,Festivales de Bayreuth de 1.951 , Astrid Varnay, Ludwig Weber y compañía,es "mi" versión de referencia, incluso por encima de la de 1.956,que también es la repera. Saludos Antonio Pons |
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Querido Javier, no es que te parezca. Es Matti Salminen y si en video te pare espectacular no te puedes ni imaginar lo que es que se abra la puerta del ascensor y de repente te entre semejante vigardo (y yo mido 183 cm, imagínate) casi te dan ganas de salir por miedo a que este se desplome. Esto me sucedió en octubre del 98 en el Melia Palace de Valencia donde me ospedaba con motivo de asistir al día siguiente a una representación, versión concierto de "Götterdämmerung" en el Palau de la Musica de dicha ciudad. Una de las imagines que han quedado y perdurán impresas en mi memoria, es presisamente la llamada que hace Hagen (Matti Salminen) a los gibichungos en el segundo acto. Era tal el caudal y el volumen obtenido que juraría doblaba en decibelios el bolumen alcanzado por la orquesta,(que exajerado soy) y su buen trabajo le costo a juzgar por el tono rojizo que adquirió su tez. No exajero un ápice al afirmar que se me puso el vello de punta y aun cuando lo oigo en CD o en el video (ambos del MET) recuerdo con total nitided, el día que lo presencié en vivo. Otro gran momento que recuerdo de aquella tarde es el trio final del segundo acto y por supuesto la inmolación a cargo de Hildegard Behrens que pese a cualquier crita a mi me parece una de las últimas y más grandes sopranos dramáticas surgidas en el pasado siglo. Creo que no es bueno anclarse en el pasado pese a que yo tambien sea de la opinión de que Flagstad, Varnay etc son inalcanzables, pero del mismo modo opino que hay que aprender a disfrutar o sacar el mejor partido a lo actual tratando de alejarse del vicio de comparar permanentemente con los grandes monstruos. Saludos. |
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Pues sí, Wozzeck, lo del tamaño de Salminen lo había oído, aunque no comprobado. Si lo tuviese delante tal vez me lo pensaría antes de decir que grita :). En cuanto a la valoración, es cuestión de gustos. A mí el que un señor sea capaz de emitir un caudal enorme de aire, me parece interesante, pero lo que de verdad me atrae es la calidad con que se emite el sonido. De verdad, a la hora de captar el matiz y la expresividad que una determinada nota debe transmitir, el que la nota suene forzada le anula todo su valor. El carácter, la energía, la fuerza en la voz no se consiguen a base de estruendo, sino de técnica. En cuanto a H. Behrens me gustó. Lo que no me gusta es el timbre de su voz para una Brunhilda, por ejemplo. Por último, te aseguro que yo no comparo con los mitos del pasado, sobre todo, pq casi ni los conozco. Expongo lo que una determinada exposición me hace sentir. Y, como público, creo tener todo el derecho (siempre que pueda justificarme), a pesar de ser un simple expectador. Por cierto, a Salminen los "Erwache!" del Tristan tb le quedan un poco ajustadillos, aunque en la representación de Viena (creo recordar que era él ¿no?) le salieron mejor que en Madrid. Claro que en Madrid no pudo cantar la última representación (señal de algo, digo yo). Es que fijate, si en ese par de lamentos, que tiene que transmitirte todo el dolor del rey Marke, el sonido sale duro, en lugar de dúctil, por mucho que sea el volumen, lo que te va a doler es la garganta en vez del corazón. En fin, lo que no niego es que cantar es difícil. :) Saludos. Javier. |