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Petrenko, ¿se arriesga demasiado? |
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Abro este tema para debatir sobre la concepción de Petrenko en el Anillo de este año. Lo de "se arriesga" me refiero a determinadas cosas que se han podido escuchar en la parte orquestal. Petrenko es muy eléctrico, discurso directo y muy ligero de tempi, cambiante en muchos momentos. Este último aspecto ha sido poco comentado, pero el Oro ayer bajó de las dos horas y cuarto, quizás hasta más ligero que Boulez. Busca una sonoridad particular y lo consigue, sobre todo con el metal: trompas y tubas wagnerianas pastosas y metal grave oscuro. El año pasado en el Oro había más detalles en violas y maderas, con un sonido áspero, pero quizás menos arrollador en plantamientos, quizás aún experimentando las posibilidades de la obra y de la orquesta. El punto negativo es que ha habido desajustes patentes: en el Oro el inicio de los yunques en el Nibelheim estaban fuera de ritmo, y hubo también una entrada a destiempo de las trompas casi al final. Hoy en Walkiria, frente a lo electrizante de la tercera escena, el lirismo de la primera pecaba de langidez en algunos momentos (la poesía no está reñida con esa languidez, sólo hay que escuchar a Thielemann) y ha habido un retraso tras los golpes de timbal del inicio de la tercera escena, o en el segundo acto el motivo del oboe en el interludio. ¿Petrenko se implica mucho en determinados momentos y en otros pierde concentración? Por el tipo de fallo parece más bien problema de dirección y no de la orquesta, sobre todo por la perfección técnica que hemos tenido en Tannhäuser y Holandés. Quizás los cambios de tempi, muy teatrales pero que son complejos de dominar, influyen en esos pequeños desajustes. En todo caso, se disfruta con Petrenko y ya quisiéramos escuchar direcciones así en España. Desde el relato de Sieglinde hasta el final del primer acto o la transición al Zauberfest o el final del acto, a mí me han puesto los pelos de punta. |
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Hola, creo que de lo mejor que tiene es su compenetración con los cantantes; lo demostró en varias ocasiones cuando estos hacen de las suyas. |
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Pues rectifico hoy lo dicho respecto a Petrenko: su acto primero de Siegfried ha sido increíble en lo orquestal. Sin duda lo mejor que llevamos del Anillo y no se yo si colocarlo incluso por encima del Holandés de Thielemann. El misterio del Preludio y de los entresijos oscuros de la primera escena, que no son nada fáciles, han quedado plasmados con un ingenio poco común, los vientos graves no han podido estar mejor. Y en general el poderío del metal, ese metal grave oscuro, como si los cimientos vinieran de muy abajo ha funcionado dramáticamente muy bien en el torneo del saber. Respecto a los cantantes, a mí el Mime de Burkhard Ulrich, que el año pasado me resultó algo plano dramáticamente, creo que ha ganado enteros, pues la voz suena muy bien colocada, es preciso y nada histriónico, sin faltar algunos detallitos de humor. Koch ha aguantado el tipo con dignidad en el torneo del saber, aunque se hace patente que no es una voz muy grande frente a una orquesta poderosa. Sobre Lance Ryan a ver qué tal aguanta... Desde luego no sonaba con mucho volumen, pero al menos el registro agudo lo tiene (el do4 de su primera intervención ahí ha estado). Una pena que su emisión suene a veces fea y su caracterización esté centrado en ese ímpetu juvenil no demasiado lírico. Y efectivamente, Petrenko se preocupa por los cantantes: ha cogido muy bien a Ryan cuando se ha adelantado en la resolución de la fragua, la primera vez que el cantante la expone. No sé que estarían haciendo en escena durante la sección intermedia de la fragua, casi prefiero no pensar en originalidades, pero sonaba una especie de puntero que debería ser un utensilio de herrería y no cualquier otra cosa. |