Buen aforo en el Real de Madrid, contra todo pronóstico, parece que Wagner, con el Rienzi, atraen, mal que les pese a algunos. Alejo Pérez acometió toda una masa orquestal que dio de sí en un efecto de amplio volumen musical, reforzado con un coro que no se podía quedar en menos, acompañando con un grueso papel de voces masculinas y femeninas que dispusieron dos grupos corales de calado. El resultado es masivo y voluminoso, lo sabemos, pero nos resultó bello, algo tosco quizá, pero lleno de sentido y creíble para el carácter que se quería imprimir en esta versión.A Anja Kampe la escuchamos como Sieglinde con mucha atención en la sesión coruñesa del ya casi lejano 2008 con la OSG de Víctor Pablo, resultó en aquél año una voz reveladora, de timbre precioso, pero ahora como Irene, en su fraseo la noté insegura, poco cómoda en su importante papel de soprano principal. Por parte de Andreas Schager lo vimos en una línea parecida, más decidido a interpretar un papel que quisi imprimir desde el principio, evitando la inseguridad y la durez de la voz, a veces lo consiguió: en su ?Allmächt?ger Vater, blick herab?, sin duda.Aunque pudiera no parecerlo, la impresión final (es la que cuenta, no lo duden) de esta versión fue buena, y para corroborarlo, los cantantes de personajes más secundarios, cumplieron con estilo y gravedad, de igual gravedad de voces como las de Stephen Milling (Colonna) o Carsten Wittmoser (Cecco del Vecchio). Me quedo como protagonista de esta noche con Claudia Mahnke (Adriano), pues este ?extraño? papel de contralto (pareja de una soprano, al modo de la ópera francesa o algunos melodramas italianos) hace que la mezzosoprano alemana brillase en el calar y subidas por doquier que uno sufre con su especial partitura vocal, añadiendo además, una puesta en escena que comunicaba ciertos tintes dramáticos, bien avenidos para estas asépticas versiones concierto. De verdad que se agradecen. Claudia llegó a controlar (esa es mi impresión desde el sencillo anfiteatro) su bello timbre en su emisión de voz, vocalizaba más que aceptablemente, consumiendo poco aire, modulando bien, interpretando dramáticamente su papel. Me tengo que quedar con la joven alemana, hasta ahora siempre en papeles secundarios wagnerianos (Brangäne, Segunda Norna, Waltraute), aunque algunas de principal en piezas straussianas (Octavian), y algunos ya aseguran una Sieglinde para el futuro Anillo de Bayreuth, de verdad que le deseamos lo mejor.La soprano catalana Marta Mathéu, que también nos acompañó en el Gotterdämmerung coruñés del 2010 como Gutrune y Norna, cumplió con creces su papel de mensajero, cada vez más especializada en papeles secundarios wagnerianos, siempre bien en su conducción vocal.¿algunas impresiones más sobre esta perfomance? gracias
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