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Impresiones sobre el Anillo de Kupfer |
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Hola. Recientemente he descubierto que la biblioteca de mi ciudad había adquirido el Anillo de Barenboim/Kupfer en DVD, una asignatura que tenía pendiente desde hace tiempo y que no me arriesgaba a comprar fundamentalmente porque no sabía si me iba a gustar lo que iba a ver (tengo la versión de Teldec en CD, eso sí). Os cuento mis impresiones, comenzando por la Walkiria, que es la primera que tuve más a mano, al igual que el Ocaso (si bien me falta todavía por ver el tercer acto). Si tuviese que calificar esta Walkiria de alguna forma, diría que es sumamente HUMANA, donde la producción busca sobretodo transmitir sentimientos al espectador más que describir. Sorpresa: sin haber visto el resto de jornadas, Kupfer respeta milímetro a milímetro las acotaciones de Wagner. Esta todo: hay un fresno, la casa de Hunding es la casa de Hunding, hay una espada, las walkiria van con casco y lanza... Los escenarios están muy bien cuidados, y en algunos casos demuestran originalidad en la perspectiva: los preludios están escenificados, y nada más abrirse el telón, vemos una tormenta en medio de un paisaje rocoso y con una sombra que parece ser un árbol. De repente, Siegmund aparece corriendo, como si estuviese huyendo, hasta que se agazapa cerca del árbol y de repente el suelo comienza a subir, mostrándonos la casa de Hunding: Siegmund ha entrado por el techo, por así decirlo, y ha bajado por una especie de escalera al lado del fresno. Realmente no tiene mucho sentido, puesto que cuando se ha abierto el telón sólo hemos visto un paisaje, y es como si la cabaña de Hunding fuese un subterráneo, lo cual no es así: Hunding entra por lo que parece una puerta (el fondo está oscuro y él aparece de repente). Es nota común una cierta oscuridad envolvente, sobretodo en las escenas individuales o de dúo. El fresno está a la derecha del escenario, y en la primera escena sólo vemos el tronco y algo que parece un diván de color rojo (pero Siegmund cae en el suelo). El video abunda en primeros planos, por lo que hasta la segunda escena todo nos parece estrecho. Algún plano general nos permite ver que la casa tiene una mesa al lado, pero sin detalles. En la segunda, en cuanto entra Hunding, todo se ilumina y podemos ver una amplia estancia en tonos negros y magentas. En la tercera escena, volvemos a la parte derecha, apagándose la parte izquierda del escenario otra vez, y el fresno adquiere más luz (no sabría decir cómo está hecho, pero creo que tiene luz por dentro, aunque es un árbol normal y corriente, con tronco de madera). La estancia cambia de luz cuando entra la primera, y Siegmund y Sieglinde salen de la cabaña por el mismo sitio que Siegmund ha entrado: por el techo. El segundo acto, que ocurre en un paraje donde sólo se ve un sendero de tierra, tiene una idea interesante: para darnos a entender que las dos partes del acto se desarrollan en el mismo sitio (la de Wotan, Brünnhilde y Fricka y la de Siegmund y Sieglinde huyendo), la pareja aparece nada más levantarse el telón, corriendo hasta el fondo del escenario y luego desapareciendo por él. Acto seguido, llega Wotan, que está esperando a Brünnhilde. El resto se desarrolla normalmente, y es el acto que más me recuerda a las puestas en escena de Wieland, ya que el escenario es enorme, y a veces los personajas parece que están en medio de la nada. El tercer acto tiene una cabalgata en la que las walkirias bajan por algo que parece una rampa plegable de luces de neón y que luego desaparece subiendo hasta el techo del escenario. Escenario vacío, y ni siquiera existe la roca donde Brünnhilde duerme, hasta que, en la escena final, cuando Wotan invoca a Loge (que por cierto, tarda en aparecer, comenzando como rayos láser y luego como humo rojizo), de repente surge un cubo formado por luces de neón, en cuyo interior se encuentra Brünnhilde. La idea, sin convencerme del todo, no puedo decir que no es original. El vestuario es sumamente atemporal: Siegmund y Sieglinde visten de una forma clásica, Hunding de negro, Wotan y Brünnhilde de una forma poco definida, con una especie de gabardina-túnica oscura. Brünnhilde y las walkirias, con casco y lanza y Wotan con unas gafas con uno de los cristales de sol (simbolizando el parche se entiende, es un detalle que no me gusta, un parche podría haber encajado perfectamente). Fricka viste de negro, con un vestido-túnica igualmente poco definido. Sobre los cantantes, fue un Anillo que contó con un reparto bueno, y eso se nota. No obstante, no he podido evitar comparar con La Walkiria de Levine/Kirchner, en la siguiente producción, ya que tengo el Anillo de 1995 bajado de internet, en una grabación de radio. Poul Elming suena impetuoso, y sólo se tranquiliza en el Winterstürme, repitió con Levine, y ahí sonó más noble y reposado, lo cual me gusta más. No obstante, vocalmente tiene los medios a pesar de no ser una voz baritonal y es buen actor. Nadine Secunde como Sieglinde es muy correcta y todo está en su sitio, pero se acaba haciendo demasiado previsible, no hay ningún detalle que nos permita identificarla frente a cualquier otra cantante. En ese sentido, Tina Kiberg, Sieglinde con Levine, creo que resultó más matizada y también más serena. Mathias Hölle (también repitió con Levine), suena noble, y su caracterización pasa poco a poco a la rabia. John Tomlinson (que también repitió con Levine) es un actor fantástico, y vocalmente estaba en su mejor momento, por lo su registro agudo, sin brillar especialmente, es adecuado y no pasa apuros. Llega al final fresco y sin síntomas de fatiga. Linda Finnie es una Fricka demasiado humana, más preocupada por los asuntos maritales que por los dioses y los hombres. Es una soprano corta y defiende bien el papel, pero es inevitable acordarse de Hanna Schwarz, que lo cantaría luego con Levine. Finalmente, la Brünnhilde de Anne Evans. He leido opiniones muy variadas, y algunas creo, injustas, como decir que su voz está descolocada. Es una soprano lírica con un registro medio potente y un agudo algo más débil, pero correcto. Me recuerda a Iréne Theorin de nuestros días, pero sin ese agudo tan estridente. La voz le viene muy bien para la visión de Kupfer, ya que suena muy humana y sensible. No fuerza su instrumento, y mejor así. No es necesario sobrepasar en decibelios a la orquesta y a Wotan, y siendo honesta con el material que posee, hace un trabajo muy bueno. Finalmente, la dirección de Barenboim. Había oido que el registro de Teldec estaba muy alterado en sonido, que no era para nada la acústica de Bayreuth y que sonaba demasiado a estudio. Desde luego se apreciaba en unos metales estridentes a veces y una cuerda áspera. Había leido que Barenboim desarrolló una versión camerística, y así es. Nada es excesivamente fuerte, y en ocasiones, como en el primer acto, se queda hasta corto. Eso sí, siempre está al servicio de la visión de Kupfer, por lo que hay una gran cohesión entre música y escena, pero pierde personalidad. Quizás una producción con tanto carácter y tan marcadamente personal no fue lo mejor para él, al menos viendo otros trabajos suyos en Bayreuth, como es el Tristán de Müller que dirigió poco después, donde una escena tan sencilla e introspectiva le vino mucho mejor. En cualquier caso, este Anillo no hubiese funcionado con dos "personalísimos": hubiese supuesto un toma y daca que habría distorsionado lo mejor de cada uno de ellos. Aquí Kupfer puso las condiciones y Barenboim supo acoplarse, y el resultado ya lo conocemos. Si alguien más la ha visto, me gustaría conocer otras opiniones, pero desde luego, yo he quedado encantado, no me esperaba un trabajo tan bien acabado, donde no se deja nada al hacer y todo está muy bien calculado. Un saludo. |
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Hola, Becquer: A mí Kupfer me produce sensaciones contradictorias. Es un señor que conoce la obra de Wagner y que la ha llevado a escena en numerosas ocasiones. Cuando iba Barenboim al Real con su Wagner, iba siempre que podía. Generalmente la conclusión que sacaba era que lo mejor era el mismo Barenboim y sus huestes germánicas. Normalmente encontraba más flojos a los cantantes, y lo que no me entraba era la escenografía de Kupfer. Me vienen a la cabeza dos producciones que no me gustaron precisamente por el regidor. La primera que vi fue Tannhäuser con Gambill y Denoke. El preludio, atelón bajado, creo recordar, me emocionó hasta las lágrimas. Fue de una poesía conmovedora. ahora bien, se levanta el telón y te encuentras a la diosa y el cantor revolcándose sobre un piano, y toda la magia que se había conseguido en el preludio se evapora... Con El Holandés me pasó algo similar, a pesar que Erik estaba interpretado por Seiffer: la escenografía me lo arruinó, sin mencionar la la histérica de Senta. Sin embargo, cuando vi el Anillo del Liceu sí que me gustó el trabajo de Kupfer en general. Aquí lo que no estaba a la altura debida era De Billy y la orquesta. Era un a puesta innovadora pero muy respetuosa con el libreto, aunque se permitía alguna licencia. Podría decir que cuanto más se acerca a las indicaciones de Wagner, más me gusta. Y veceversa, cuanto más pretende "provocar" (revolcones sobre l piano, emos me gusta). Sin duda es un buen regidor. Justamente leí una entrevista suya donde afirmaba que en ópera no todo vale y que hay directoresque no conocen la obra y que lo único que pretender es llamar la atención.De hecho, acabé comprándome las dos producciones de Kupfer del Anillo: la de Bayreuth y la del Liceu, que son diferentes. Además, la del Liceu fue el primer Anillo que vi representado, por lo que tiene para mí un cierto valor sentimental. Un abrazo. Rex. |
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No lo he dicho, pero creo que se sobreentiende. Ambas producciones del Anillo las encuentro acertadas. Son "creíbles", no se contradicen con la música, sino que la complementan en la creación del drama. Todo lo contrario que el Anillo de Stuttgart, cuya puesta me parece una tomadura de pelo monumental, aunque tengo un amiguete wagneriano que le gusta a rabiar... |
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Hola te dirè que pocas veces he leìdo una descripciòn de toda una supreproducciòn tan buena como la que has hecho, gracias por compartir tus conocimientos. En los cìrculos wagnerianos de Argentina se ha establecido como norma la obligaciòn de contar con la versiòn Baremboin-Kupfer, que me esforcè en conseguir y tengo, porque es un "todo terreno" o sea, que està todo correcto y todos-todas en el lugar correspondiente, de manera que lo peor de todo es comprarla, ya que acà no la hay. A mi me deja un gusto satisfactorio en sus cuatro jornadas.- Y me deleitan los escenarios sin nada, pero viendo bien està el sìmbolo de todo lo que allì puso el Maestro. |
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Hola a todos, no suelo escribir mucho aquí, pero les leo a menudo, y hoy no he podido resistirme a expresar mi alivio y satisfacción al comprobar que hay aficionados a Wagner que admiten e incluso disfrutan este tipo de puestas en escena, y sobre todo la de ese Anillo en particular; fue mi primer acercamiento al mundo wagneriano y salvo algún que otro bache sobre todo el "El oro del Rihn" me parece muy lograda, sobre todo en la estrecha relación expresiva entre música y escena (por ejemplo el preludio del tercer acto de "Sigfried", a mi modo de ver la más lograda de las cuatro); igualmente destacaría el color y la iluminación, un poco de ballet pero eficaz. Me pregunto si su gusto va evolucionando o si siempre han estado predispuestos a este estilo de montajes. Saludetes :) |