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La ópera sufre de ’confusión estética’ |
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Artículo que aparece en EL MUNDO en internet: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/08/13/cultura/1250181266.html Pablo71 |
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Estoy de acuerdo con el contenido del artículo. Esperemos que más voces, como la de Salminem cuando estuvo en València, denuncien este estado de cosas en la que el director de escena se ha convertido en un divo tiránico, caprichoso y escéntrico. No puede ser que lo que se ve y lo que se oye no guarde relación alguna. Se cometen auténticos disparates. Para mi, lo que resulta chocante del caso es que haya quien lo acepte e incluso aplauda. No lo comprendo. Entresaco unos párrafos que me han llamado la atención: "No todo vale. En la ópera, en la escena en general, no sirve cualquier cosa. El bel canto sufre de "confusión estética". Se hacen cosas sin mucho sentido fruto del capricho de directores de escena que no entienden la esencia de la lírica." "La explicación la da Tambascio, que ve una relación causa efecto entre la falta de preparación y conocimiento de algunos directores" "Scandiuzzi recoge el guante y contribuye al punto de vista de Tambascio al asegurar que la razón de todo se encuentra "en el hecho de que a veces se transmiten informaciones visuales contrarias al texto musical o al libreto". La causa es "que tienes que dar satisfacción a la fantasía de un director de escena que está totalmente loco o totalmente equivocado con el texto o que nunca se ha preocupado por la música?. "Todo esto no quiere decir, razona el bajo italiano, que no deba innovarse, pero siempre buscando una lógica y aportar algo más que caprichos." |
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Perdonad el error. Quise escribir "excéntrico". |
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Hace días comentaba con una amiga este asunto, la falta de talento que muestran no pocos directores de escena en las producciones operísticas y, lo que es peor, el absoluto desprecio que muestran hacia el texto y la música. Unicamente interesados en recrear sobre las escena sus alucinaciones personales. Por supuesto, esto no tiene nada que ver con innovar. No confundamos las tesmóforas con las témporas. Lo malo, y estoy de acuerdo con usted Rex, es que encima se les aplaude. Será que como decía Oscar Wilde,lo único que consuela al hombre de las tonterías que hace es el aplauso que él mismo se otorga por hacerlas. Un saludo desde la Costa del Sol. |
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Tiene usted razón, Petrof. Ya se ha dado algún caso en el que las barbaridades que afectan lo escénico, llega a la música y el texto. En cierta ocasión se interrumpió una representación de "Maestros" en el momento de la famosa "arenga" de Sachs. Sale un señor, interrumpe la música y la acción y suelta su rollo diciendo más o menos: "¿Pero qué estupideces fascistas están diciendo?" o algo por el estilo. No sólo echan a perder una obra de arte, sino que la ensucian con las ocurrencias de un marisabidillo que no se ha leído bien esta "arenga", que es un canto al arte popular que nada tiene que ver con la minipulación que en nuestro siglo se hizo del mismo cuando el público se levantaba brazo en alto e interpretaba algún canto fascistoide que al mismo Siegfried Wagner sacaba de quicio y que trató de impedir por todos los medios con su famoso "Aquí lo que impera es el arte". Saludos. Rex. |