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¿Por qué ya no hay buenos cantantes? |
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Hola a todos Es una duda que creo que nos hemos planteado alguna vez todos, más tras oír alguna de las interpretaciones del presente Bayreuth 2001: ¿por qué ya no hay buenos cantantes? Luis R y Xepkna daban sus impresiones en mensajes días atrás. No sé si serán motivos genéticos o psicológicos, carreras forzadas para triunfar rápido y pronto... . Hablaba una vez con un amigo que también se planteaba la misma duda, y él me comentaba que los nuevos hábitos alimentarios o incluso el cambio climático podían ser causas de la baja calidad de las voces actuales. A lo mejor exageraba, no sé. Lo cierto es que cogemos cualquier reparto del Tristan o del Anillo de los años dorados de Bayreuth y es difícil encontrar alguien que lo hiciera mal. Cualquiera "secundario" de los que entonces cantaban convertirían un reparto actual en todo un lujo. En cambio lo raro es ahora encontrase con alguien que se salve de la quema. No sé que opinaréis vosotros al respecto, si tenéis alguna idea la podríais plantear. Un abrazo Mime Stolze |
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Hola Mime y wagnerianos. Creo que ti te pasa lo mismo que a mi,oyendo las voces actuales en los fes tivales o en los nuevos lanzamientos en CD,me dan ganas de volver atras en el tiempo y oir a Schock,Melchior,Windgassen,Modl,Varnay y Schech. Tenia una pregunta o mensaje que queria enviar aqui,sobre la existencia o formacion de "voces Wagnerianas".Digo esto en relacion a un mail de este foro sobre Jessye Norman y su estilo para Wagner como a mi no me gusta Don Placido Domingo para interpretar al Maestro. Voces Wagnerianas como las de antes no creo que haya y en relacion a la ac tualidad creo que todo lo relativo a la alimentacion,clima,polucion y etc influye sobre la voz. Los profesores de antes no son lo mismo de los de ahora,antes seguro que el maestro de Windgassen o la Nilsson les hacian practicar hasta ponerles roja la garganta y ellos felices de dar las notas.Hoy solo se conforman creo con dar el espectaculo seguir de gira y no hacer de cada una de las obras de Don Ricardo "con estilo Wagneriano". Lo de las influencias en las voces en relacion a habitos etc seria muy largo de explicar,es mas para discutirlo entre todo aqui.Solo saber que la polucion ambiental la afecta como asi los cambios de clima en las giras. En fin,considero que es largo y quisiera que siguieramos este debate. Salud Wagnerianos Biterolf Freudig begruss ich die edle Forum! |
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Gott gross euch meisters! Que porque no hay cantantes? Por que no interesa.Te lo digo yo que soy un estudiante de canto, lo primero que te dicen es que cantes repertorio italiano,porque es mas ligth, y cantar Verdi etc fastidian la voz para Wagner.Yo gracias a dios no he sucumbido aun a Verdi & cia, en italiano solo canto mozart.Weber y Wagner estoy empezando,compaginadolo con clases de aleman,etc........... Hoy en dia los cantantes no se atreven, los que se atreven solo son cantantes mediocres que no tienen "ni puta idea de cantar wagner" solo por ganar dinero,en fin no hay dedicacion absoluta al maestro. Biterolf estoy de acuerdo contigo con que "Domingo no puede o no debe cantar wagner".Bueno esperemos que con los años esto se rompa con voces como Waltraud Meier,Andreas Schmidt,Christian Franz,Guido Jentjens etc.......... Saludos desde Malaga, Antonio de Diego |
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Yo creo que la cuestión es: ¿Por que los intérpretes actuales son peores ahora que a mediados y principios de siglo (salvo excepciones, claro)?. Os voy a hablar del piano, que es un mundo que conozco mejor que el del canto: Hoy en día, por ejemplo, hay grandes pianistas, lo que pasa es que los grandes pianistas de hoy, no llegan ni a la suela del zapato a los de un ayer inmediato, y no digamos a los de principios de siglo. La culpa: los conservatorios y los concursos. Hoy no se educan artistas, se educan animales de concurso, no se estudia la técnica interpretativa en función de hacer una obra de arte a través de ella. Liszt decía "la técnica nace del espíritu", y lo de hoy no puede estar más lejos de eso. Hoy día lo importante para triunfar es ganar concursos, y esto implica no fallar una nota, y hacer unas ejecuciones transparentes, lo de que sean expresivas...es secundario. Más de uno se ha jodido los tendones buscando esto, y a arruinado su carrera, pero esto lejos de hacer reflexionar a los jurados y a los profesores, les resulta indiferente. Alfred Cortot no tenía una técnica perfecta, pero yo lo prefiero a todos los animales de concurso que son capaces de tocar las Brahms-Paganini sin despeinarse y sin expresar nada. Los concursos además, obligan a una fidelidad al texto antifilológica: la gente no hace ni más ni menos de lo que pone en la partitura, y nada más lejos de la tradición interpretativa de los siglos XIX y XVIII, en los cuales se sobreentendían muchas cosas, que por tanto, no aparecen en las partituras. Pero si tu en un concurso das muestras de la más mínima creatividad: descalificado. Ahí tenemos el caso de Ivo Pogorelich, aunque ese tuvo suerte, se hizo famoso por NO ganar un concurso en lugar de por ganarlo. Los concursos destrozan el arte, y además sacan lo peor de cada uno, cuando uno está participando en un concurso, desea que los demás lo hagan mal para tenerlo más fácil, es decir, desea mal a personas que no ha visto en su vida, que no le han hecho nada, y con las que en otras circunstancias podría llegar a congeniar (quién sabe). Los concursos son inhumanos. Hay demasiado nibelungo suelto en el mundo de la música. Me imagino que todo lo que he dicho para el piano, pueda valer para el canto igual, en fin, en el mundo podrido en que vivimos...¿Que se puede esperar? Saludos |
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Queridos amigos, estoy totalmente de acuerdo con vosotros, yo al igual que nuestro joven y erudito amigo Antonio de Diego y al igual que nuestro amigo Sigfrido, gran amante de la escuela de Viena, he pasado por el conservatorio, en mi caso el de Valencia, desde mi mas tierna infancia, hasta que al final, por problemas técnicos mios deje el violonchelo, no obstante, aunque el 99% se debio a mi incapacidad con el arco, y os juro que lo intente (menudas lloreras me he pegado), es cierto que la calidad profesional y tecnica de los profesores y catedráticos deja mucho que desear, además cada uno de ellos intenta integrarse en, digamoslo asi, una familia y en ocasiones su comportamiento es mas siciliano que en las peliculas de Hollywood. Estos pequeños reinos de Taifas, hacen que sus integrantes se miren solo su ombligo, desprecien a los demas y crezcan poco musicalmente. Con el tiempo he mantenido contacto con mis compañeros de estudios en el conservatorio, algunos tocan en la orquesta de Valencia (por cierto horrorosa en lineas generales)y mi asombro ante ellos y la conclusion a la que he llegado es la siguiente: " a estos no les gusta la música, es su profesion, y desde luego son profesionales de 4ª regional, aunque les pese, no saben leer mas que su partitura y por supuesto no saben leer entre lineas, es lo que yo llamo musicos analfabetos funcionales, en general solo conocen aquello que tocan en los programas de la orquesta, y como no tienen un criterio definido, lo tocan con el criterio del que les dirige, y que ocurre, pues lo siguiente, cuando un conductor no tiene una estrellita (me refiero a que no es Kleiber, Kna, Giulini, Celi, Solti, Kempe, Krips, Fricksay, etc, etc y etc) y son tambien mediocres, como se puede crecer musicalmente para darnos a los aficionados lo que queremos escuchar como antaño.... Recuerdo cuendo leia las memorias de Solti, como este indicaba que tenia que convencer a musicos de orquestas de la talla de la de Berlin, Viena o Chicago, a leer la partitura bajo su prisma, y esto era realmente lo que hacia que crecieran juntos tanto conductor como musico de a pie, (dicese 7 violin segundo)El mismo Solti reconocia que en ocasiones el criterio de un musico hacia que cambiara radicalmente su vision de cierto pasaje (recuerdo en concreto un comentario sobre una pieza de Bartok). No se si me he explicado con claridad, pero la cuestion que se vive hoy frente a la música desde luego no es la mas feliz, acabo de enterarme que Sony acaba de dejar de hacer nuevas grabaciones (aunque por otra parte para lo que hay que grabar, jajaja), y cual es hoy en los albores del siglo XXI nuestra bolsa de grandes interpretes, personalmente creo que mucho, muchísimo peor que en nustro siglo (digo nuestro ya que siempre me sentire un hombre del siglo XX). Solo espero que en Thielemann se reencarne Kna, aunque todavia le queda muchísimo, que Salonen, Rattle y Chaylli crezcan, y por último que Carlos Kleiber dirija aunque sea para despedirse (tiene ya el joven Carlos 72 o 73 años)o que se reencarne en algun joven director que por cuestiones familiares( que no tenga donde comer, no se si me explico) tenga que dirigir en una escala temporal distinta a la que ha realizado Carlos...... Perdonand por el rollo, que os he soltado y un fuerte abrazo a todos Enrique Ortiz Andrés |
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Queridos amigos: Está claro que la desaparición de las grandes voces del pasado es algo que nos lleva a todos de cabeza. No hay más que, en efecto, comparar lo que se oye hoy en día desde Bayreuth y lo que tenemos en CD de 30-40 años atrás. Causas probablemente no hay una sola. Ya en el Festival de Bayreuth de 1958, dirigiendo ese Anillo que ahora GM va a reeditar, el propio Kna se lamentaba de que "cuando se extinga la actual generación de cantantes, se hará evidente una gran crisis" (la cita no es textual). Ya Hitler, llegado al poder, quería promover la formación de tenores heroicos en Alemania, para paliar su escasez (eso entonces, con Lorenz, Wittrisch, VÖlker, etc, sin citar a Melchior, ya en el MET...) . Los intentos de Wieland Wagner, en los 50, de atraerse cantantes de la esfera francófona (Régine Crespin, Ernest Blanc, Rita Gorr...) también hacen pensar en eso. CANTANTES WAGNERIANOS SIEMPRE HA HABIDO POCOS (pero antes, al menos había alguno/s, no como ahora....) El roblema de la falta de voces es general: Pavarotti, cuando cantó en el Liceo (¿año 88-89?) su recital, se quejó en rueda de prensa de la extinción del barítono verdiano, de la mezzo verdiana. ¿Hay hoy un Bastianini, un Warren, un Merrill...? (Norrrr!) Y una Giulietta Simionato, ¿hay hoy algo igual? ¿Y sopranos como Callas, Tebaldi, Stella, Caballé,Victoria de los Ángeles, Sutherland...? Claro, no nos extrañe que se mime tanto a Roberto Alagna, que ha de suceder a los tres famosos tenores.... . ESTÁ CLARO QUE LA EXTINCIÓN DE VOCES NO ES SÓLO UN PROBLEMA WAGNERIANO... . Está claro que CADA VEZ SE CANTA CON MENOR FUERZA. Joan Sutherland comentaba que en Broadway, en los años 50, NADIE cantaba con micrófono. Hablo de cantantes-actores como Julie Andrews, sin ir más lejos. No usaba micrófono para cantar Sonrisas y lágrimas o My fair lady ante 2000 personas. Hoy, impensable. Todos con micrófono. Y en la ópera cada vez pasa más lo mismo: dicen que Cecilia Bartoli ha cantado con micro algunas funciones del MET. Mal vamos... . La falta de voces dramáticas viene ya de los años 30. La guerra debió hacer saltar por los aires todo el sistema educativo y cerró muchos teatros. Cuando Windgassen comenzó su carrera fue juzgado una voz ligera para lo que era un heldentenor de pre-guerra. Basta comparar mentalmente a Melchior y Windgassen. Pero claro, el gran Wolfgang era un genio, y compensaba su relativa falta de potencia con su dominio de la prosodia del alemán y su talento para el recitado, amén de su sentido dramático innato. Luego empezaron a salir voces más ligeras, que se acostumbraban a cantar suave, sin esforzarse, posiblemente sin tanta técnica. Herbert von Karajan y su famosos amor por los pianissimi, además de su costumbre de seleccionar voces líricas para papeles dramáticos (como la idea de bombero de grabar Sieglinde con ¡¡¡Gundula Janowitz!!!)fueron creando un cierto estilo-WAGNER LIGHT que aún un tiempo produjo grandes frutos, sobre todo con voces americanas (educadas con maestros exiliados de Europa, como Lotte Lehamnn, Elisabeth Schumann y Pierre Bernac, por citar tres): es la época de los Maestros Cantores de Karajan en Dresde/1970, el Parsifal y el Tannhäuser de Solti/Ludwig/Kollo, que, vale, están bien, pero no es ya lo mismo que, por ejemplo, el Ring de Böhm. Está claro que HACIA EL 70 SE ACABA DE ROMPER UNA TRADICIóN, se consuma el corte entre el estilo antiguo y "lo" actual. Se perdió un arte, una manera de hacer las cosas, como esos oficios de pueblo que se pierden, esos cesteros, esos tejedores, etc. Se perdió una manera de hacer las cosas. Voces que cantaban fuerte per no gritaban, y cantaban Wagner generalmente tarde, tras una larga carrera. Muchos habían sido primero barítonos, o llegaron tarde a Wagner, como Hans Beirer o el propio Windgassen. Yo no creo en las causas biológicas, creo que es un problema de técnica, educación de la voz, repertorio, hasta cultura. ¿Alguien imagina a un bajo actual cantando Winterreise como Greindl (no hablo ya de Hotter) o a un tenor de ahora, alternando a la vez Walther von Stolzing, Cavaradossi de Tosca, Max del Freischütz y Tamino? Hans Hopf lo hacía, luego no es imposible. Más preparación, y menos ganas de forrarse. Es un poco como los deportistas. ¿Qué nos gusta más: la selección de básket de ahora o la de Los Ángeles con Epi y Corbalán? La duda ofende, ¿verdad?. En fin, no sé si he aclarado algo, pero creo haber apuntado algunos hechos. Seguiremos el debate. P.D: Fijaos en Ben Heppner. Lleva más de 5 ó 6 años y sigue con Walther y Lohengrin. Va incorporando papeles poco a poco. Otro de ahora, en su lugar, ya estaría cantando hasta Siegmund y Otello. ¡Vivir para ver! Manuel |
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Hola a todos: Respecto al comentario inicial de Mime Stolze, debo reconocer que sí, que hoy cuesta encontrar cantantes siquiera comparables a los de los años 50-60, porque la comparación con los repartos de los años 30 es ya imposible. De todas maneras, ya en los años 50 se empezó a observar el inicio de la crisis. Y la gravedad de la crisis se puede comprobar fijándose en las representaciones de Tannhäuser. Es esta una obra cuyo protagonista necesita una garganta verdaderamente privilegiada, capaz de enfrentarse a las agilidades del primer acto, al lirismo del segundo, y a la terrible "narración de Roma" en el tercero (es como el papel de Violetta en "La traviata", pero a lo bestia y en tenor). Ramón Vinay se quemó como tenor cantando este papel y creo que no lo hizo muchas más veces. Después de él, sólo ha habido un Tannhäuser casi ideal: Wolfgang Windgassen; en algunos momentos se echa en falta algo de peso en la voz, pero su comprensión del personaje es alucinante. En otra onda, Hans Hopf tenía una voz de más anchura, pero más tosca y realmente no sé si lo cantó en escena. Hans Beirer sí que lo hizo, pero también con una escuela más antigua. ¿Después de Windgassen? Pues me parece que el intérprete más destacado de Tannhäuser ha sido René Kollo, pero este sí que no tenía la voz adecuada para el personaje, y sus últimas representaciones (como la grabada por Zubin Mehta en Múnich) me parecen realmente lamentables. Jon Vickers siempre se negó a cantar el personaje (por razones "éticas" (¿?)). Y Plácido Domingo lo ha grabado, pero ya dejó claro que jamás lo cantaría en escena. Siegfried Jerusalem declaró que lo cantaría cuando ya no tuviera voz para nada más (un eufemismo para decir que "jamás"). Si ahora viajamos en el tiempo a los años 30 y 40 podremos encontrarnos maravillosas representaciones de Tannhäuser con Lauritz Melchior y Max Lorenz, unas voces prodigiosas que tenían potencia, calor y expresión. Qué poco queda hoy de eso. Los 50 me gustaron más, personalmente, en lo tocante a bajos-barítonos (Hans Hotter y George London) y a sopranos dramáticas (Varnay y Nilsson). Pero no he respondido a la pregunta. ¿A qué se debe esta sequía de cantantes? Pues creo que, efectivamente, se debe a un excesivo protagonismo de valores extramusicales (belleza física, ser políticamente correcto, amiguismo, etc.), unido a una también excesiva fijación con la "rentabilidad" de un cantante. La música es un negocio, ahora más que nunca, y se busca más vender que conmover. Cuántas veces se oye por ahí, "pues si Fulano graba tantos discos, es que debe ser bueno, porque no se pueden equivocar tantos". La cuestión no es que se equivoquen tantos (que sí que se pueden equivocar, por cierto), sino que esas estrellas constituyen una inversión, que a veces no resulta rentable. Ya pudimos leer en su día en la prensa especializada cómo las discográficas empezaban a anular los contratos a directores que no les estaban resultando rentables. ¿Son las ventas una guía de calidad? Pues obviamente no; Plácido Domingo, por ejemplo, vende más discos cantando mariachi o cancioncillas latinoamericanas que grabando Wagner o Verdi. René Kollo ya declaró en una entrevista que la gente ahora busca hacer negocio antes que hacer las cosas bien "y eso es un error, porque cuando las cosas se hacen bien el dinero viene solo". Puede que para la escasez de cantantes también influyan factores como la afinación del diapasón, el clima, la contaminación e incluso la alimentación, pero ese no es mi campo y todo lo que pueda decir de eso serían conjeturas. Un saludo, Germán |
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Hola a todos: Sigfrido, creo que has dado con una parte muy importante del tema: los concursos. ¿Alguien ha visto los concursos de canto que se hacen por ahí? En muchos casos constituyen un círculo casi mafioso. El sistema es el siguiente: el cantante novato debe intentar conseguir plaza en un concurso; para ello, su única posibilidad es pagar a un agente artístico que lo apoye o lo apadrine; además de eso, resulta que el agente artístico le exige al cantante que también lo tenga por su profesor de canto, con lo cual el cantante se verá obligado a modificar su técnica según las directrices de una persona que no tiene ni idea. Y sé que esto pasa, porque me lo han contado de primera mano. ¿Cuáles son los resultados? Pues los que se ven: concursos amañados, pues los ganadores son "casualmente" los alumnos de Fulano. Vi dos edciones de la final del concurso de Plácido Domingo, el "Operalia", por la tele. Bueno, pues no sé por qué puñetera casualidad, siempre hubo un tenor (¡en las dos ediciones!) que cantó el "Che gelida manina" y que la cagó estrepitosamente en el agudo de "la sPEranza": el primero pegó un gallo espantoso y al segundo se le rajó la voz. Hay que ser un poco torpe, la verdad, para salir a cantar algo para lo que no se está preparado al 100%, sólo para hacer el ridículo en 27 países que veían el concursito de marras. Si no pueden dar un Do sobreagudo, que canten "Vesti la giubba", narices, que también gusta mucho y sólo llega a un La. Y si José Cura es lo mejor que ha dado ese concurso, pues eso: vaya concurso, oiga. Pero no pasa sólo en el Operalia. TVE emitió hace tiempo un documental conmemorativo de Alfredo Kraus, en el que aparecía el tenor canario dando una clase magistral en Italia. Entre los alumnos se podían oír algunas voces que eran claramente pobres, otras mucho mejor colocadas, hasta que por fin llegó un patán que no tenía ni oído musical ni siquiera la voz colocada, intentando cantar el "Celeste Aida". Kraus trataba de enseñarle cómo colocar el "Un trono vicino al sol" (todo en forte, claro, no iba a andarse con minucias de la partitura); el patán canoro daba asco de oír y ver (sacando el maxilar superior y la nariz para intentar colocar la voz) y le salió un gallo tan espantoso que hasta el pianista hizo un gesto de "no hay por dónde cogerlo". La pregunta es: ¿cómo es posible que semejante tipo tuviera acceso a una clase magistral del tenor con la mejor técnica del mundo? ¿Qué criterios de selección permitieron que ese patán pudiera recibir consejos de Alfredo Kraus? La única esperanza que me queda es pensar que ese pobre hombre no era más que alguien del público, para hacer una gracia, porque si de verdad pensaba dedicarse al canto, creo que sólo serviría para cantar los precios de los cacahuetes en el mercado. Todo esto desmoraliza sin duda a los verdaderos artistas, que ven cómo deben plegarse a intereses mezquinos con tal de conseguir alguna posibilidad de futuro. No obstante, también hay hoy un pequeño detalle que no se daba antes: antes había menos teatros, menos repertorio y por ello se podía juntar mejores repartos. Hoy, hasta la ciudad más pequeña se cree con posibilidades de montar un "Anillo del nibelungo" y claro, eso es una barbaridad. Si las óperas wagnerianas requieren intérpretes excepcionales, pues es obvio que no puede haberlos a paladas, porque entonces no serían excepcionales. Si hoy en día se desea montar un "Anillo" en diez ciudades y sólo hay un intérprete que pueda de verdad con el papel de Siegfried, es evidente que nueve ciudades van a tener que contratar a un intérprete poco preparado y quedarán en ridículo. Por otro lado, puede que el único Siegfried esté en el Met, mientras que la única Brünnhilde está en el Covent Garden, y el mejor Wotan esté en Berlín. Si además, el cantante está "muy unido" a un teatro o a un director musical, entonces ya hay un motivo más de discordia que evita la unión de un reparto perfecto. Puede que estas situaciones se dieran antes, pero no a niveles tan lamentables como los de hoy. Un saludo, Germán |
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Hola a todos: Manuel, estoy de acuerdo con prácticamente todo tu mensaje. 1970 marcó el momento fatídico del canto wagneriano. Por cierto, Ben Heppner sigue con Walther y Lohengrin, pero ya lleva un año y pico haciendo Tristán, y creo que el mes pasado debutó como Otello. No obstante, me parece que, para el estándar actual, se lo está tomando con tranquilidad y creo que hace muy bien. Un saludo, Germán |
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Ortiz: Creo que has dado en el clavo con lo de las "mafias sicilianas", se ven casos escandalosos por ahí. Germán: Uau, yo sabía que las cosas andaban mal por los concursos, pero tanto....en realidad no me ha sorprendido lo que has dicho. Estas cosas pasan en todos sitios, pero cuando pasan en la música duelen más. ¿No os parece?. La gente que hace esto no ha entendido absolutamente nada de lo que es la música. Saludos. |
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Hola a todos: Una cosa más sobre lo que dice Manuel sobre Cecilia Bartoli. Está claro que la Bartoli tiene una voz pequeña. Me molestaría que recurriera a trucos de megafonía y espero que eso no sea verdad, porque lo cierto es que considero su técnica un verdadero milagro; sólo hay que escucharla cantar el aria "Agitata da due venti" de "Griselda" (¡en vivo!): PER-FEC-TA. No he oído a nadie que pueda cantar con una medición tan perfecta esas endiabladas agilidades, la tía parece un jilguero. Un saludo, Germán |
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Saludos a todos y en especial a ti, Mime: He leido algunas respuestas y estoy con los que opinan que no hay sencillamente porque no interesa. Desgraciadamente todo ha acabado engullido por los negocios, y ya nadie graba o interpreta en directo nada que a la larga no sea COMERCIAL. Si no vende no se hace. Así están las cosas. Incluso en el arte. Incluso con Wagner. Recuerdo cómo hace varios años escuché en una entrevista a varios compositores (contemporáneos) comentar que nadie quería en casi ninguna parte del mundo presentar obras nuevas porque: 1º- Son difíciles de oir, no gustan, y el público muchas veces quiere pasar el rato y no romperse la cabeza, y 2º- Porque hay que ensayarlas muchas veces, y eso cuesta dinero y esfuerzo. Resumiendo, era más sencillo presentar un conciertito muy manido de Vivaldi (que me encanta), que era muy sencillo de ensayar y que gustaba hasta a los que se duermen en los auditorios, que no una obra más complicada. Y con Wagner ya vemos que también ocurre algo parecido... y eso que la fuerza de los admiradores de su obra consigue que sea representada con más perseverancia y respeto que la de otros. Un abrazo Vicino |
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Hola a todos. Yo creo que, en general, no hay peores músicos ahora que antes. Simplemente es un problema sociológico, no técnico. Me explico. Un músico es un artista que se tiene que ganar la vida. Esto es así ahora y lo ha sido desde siempre. Para ganarse la vida tiene que trabajar para alguien, llamémosle "mecenas", "patrocinador", "empresario" o resumiendo, es "su público". Hoy en día, cualquiera que compra un disco de un artista determinado es automáticamente "mecenas" de ese artista -aparte de otras consideraciones mercantiles-. A medida que se ha ido produciendo la mejora del nivel de vida de las clases media y trabajadora, también ha aumentado el acceso de dichas clases al "hecho artístico" y como consecuencia se ha generado una generalización de dicho "hecho". Generalización que ha producido una mercantilización del mismo y, en consecuencia, una merma de su calidad. Esto es debido a que las leyes del mercado las dictan los gustos o necesidades de la mayoría y, lamentablemente, el nivel cultural de una sociedad mercantil es inversamente proporcional al numero de sus individualidades. De todas maneras, este hecho también tiene su lado bueno: seguro que hoy en día hay mucha más gente que sabe quien es Beethoven y que ha escuchado su música que hace 100 años, por poner un ejemplo. Otra cosa es la "calidad" de este nivel cultural. ¿Como influye todo esto?. En las antiguas cortes européas los mecenas o "público" tenían un nivel cultural mucho más alto que las clases inferiores, y raro era que no tuvieran formación musical. Esto influye por supuesto en la capacidad de selección de artistas, músicos, etc..., porque, independientemente de algunas excepciones, era dificil darles "gato por liebre". El público actual mayoritariamente carece de ese nivel de formación, tiene otras prioridades en la vida, y carece de tiempo para todo lo que no sea el disfrute "directo" del espectáculo. Conclusión: yo lavo con Vernel porque dicen en la tele que lava más blanco. No nos engañemos: los que profundizamos en el arte, dedicamos nuestro tiempo al solaz de nuestro espíritu -perdonad la cursilería-, es decir: buscamos, comparamos y procuramos encontrar algo mejor, somos una ridícula minoria. Esto es igual que antes, pero así como antiguamente esta minoría es la que disponia de la capacidad de mecenazgo y, en consecuencia, establecía el nivel artístico, hoy es al contrario, nuestra capacidad de mecenazgo esta igualmente reducida a nuestra minoría numérica. Aplicando todo este rollo a la cuestión que nos ocupa: hoy un "heldentenor" o un barítono profundo jóvenes tienen muy poquitas posibilidades de encontrar un especialista que los forme adecuadamente y, desde luego, ninguna de ganar un concurso. Lo más seguro es que le aconsejen que se dedique al muy minoritario -y poco rentable- campo del lied. De todas maneras, esto es más acusado en aquellos campos en que la influencia económica es mayor: la ópera y la música sinfónica. Los artistas de estos campos buscan exítos rápidos y su nivel de formación es bastante mediocre. Empecé este mensaje diciendo que no creo que haya peores músicos hoy que ayer. Si creo que las estrellas de la ópera y de la dirección orquestal son peores, pero no creo que sea aplicable a otros géneros. Los cantantes y los directores famosos de hoy en día adolecen, por las razones ya apuntadas de una formación sólida y, sobre todo, de un desarrollo inicial adecuado y profundo. No olvidemos que los grandes directores y cantantes de antes se curtieron en sus inicios en teatros de provincias, haciéndose el repertorio y consolidando su técnica. Hoy un "joven prodigio" puede dirigir a la Filármonica de Berlin nada más salir del conservatorio si esta suficientemente patrocinado. Además, no están precisamente las grandes orquestas de hoy creando repertorio: inmersas en el mismo mercantilismo, tocan siempre lo mismo y están perdiendo sus características diferenciadoras en pro de esta globalización musical. Pobre experiencia para un joven músico que apenas tiene que ensayar porque el tiempo apremia y la orquesta toca sola. Sin embargo, en aquellos géneros no tan mercantilizados, hoy se vive una situación envidiable: hay grandes cuartetos de cuerda, liederistas, pianistas, violonchelistas, etc... Que en Madrid, por ejemplo, el ciclo más interesante de la temporada séa el Liceo de Cámara es un indicador evidente de lo que digo, incluso a nivel de repertorio: se escucha mucha mejor música y hay menos compromiso de los intérpretes con el llamado "gran repertorio". Lo mismo podría ser aplicable a los ciclos de Grandes Intérpretes -mayoritariamente pianistas- de Scherzo y al de Lied. La música antigua está en un apogeo incontenible tanto por calidad de las obras como de las interpretaciones. No puedo estar de acuerdo con Sigfrido en lo referente a la calidad de los pianistas de hoy. Independientemente de los concursos, no creo que los Pollini, Zimerman, Perahia, Brendel, Lupu, etc, sean peores que los Cortot, Kempf, Backhaus, Lipatti, etc. Es más, creo que hoy coinciden más pianistas -no digo mejores ni peores- de primer nivel que ninguna epoca anterior. Y una última cuestión: ya he dicho que somos minoría. Pues los wagnerianos somos una minoría entre esta minoría: a un teatro de ópera le interesa más un tenor que cante el "Nessum Dorma" que la canción de la fragua, por poner un ejemplo. Pero este ya es otro cantar. Un saludo a todos. Ignacio. |