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La máquina del tiempo |
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Hola Este es mi primera intervención en el foro aunque os conozco ya desde hace un tiempo. Me he animado a escribiros tras escuchar, otro año más, el festival de Bayreuth y pararme a divagar cuan hermoso debió ser hace 125 años el estreno del Anillo en Bayreuth y lo afortunados que debieron ser todos aquellos que asistieron al evento. Os lanzo una pregunta que espero que abra un debate simpático. Si pudierais viajar en el tiempo a la época de Wagner y vivir un instante de su vida ¿cuál elegiríais? ¿Qué momento os haría más ilusión? Yo he dudado entre tres: el estreno de Tristan en Munich, el primer festival de Bayreuth con la Tetralogía, o el estreno de Parsifal con la veneración absoluta a Wagner. Aunque asistir al estreno de Tristan es muy tentador al ser mi ópera favorita, no creo que aquella representación fuera especialmente buena, o al menos no tanto como aquellas que hoy en día consideramos clásicos. La idea de asistir al Anillo es igual de excitante. Además de lo meramente musical, la gran multitud de personalidades musicales e intelectuales que allí se dieron cita es un aliciente a tener en cuenta. Tiene el añadido de ser el primer festival de Bayreuth. Pero si me quedo con alguna cita, esa sería la del estreno de Parsifal. Yo creo que fue el drama más esperado de Wagner. Desde el primer Anillo de 1876 el maestro no había estrenado nada y todos anhelaban una nueva edición del festival. La veneración y respeto absoluto a Wagner aquel día debió de ser incomparable. Lo que hubiera dado yo por estar en el teatro y ver al anciano maestro saludar al público al final de la obra. El teatro en pie y Wagner feliz sabedor de lo que había logrado conseguir. En fin, esa es mi opinión. A ver que momento de la vida de Wagner elegiríais vosotros para compartir con el músico. Puede ser uno de los tres que he comentado o cualquier otro. Un abrazo Mime Stolze |
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Hola, Mime, buena idea esta, claro que sí. Pues mira, yo al menos me hubiera gustado, entre muchos momentos de la Gloriosa Vida de Wagner, asistir a DOS: uno: estar en alguno de los estrenos de cuando vivía en París, y por todos los medios empezar a repartir mandobles hasta que me expulsaran del teatro; es un poco violento, lo sé, ¿pero os imagináis a una chusma toda bien vestidita y bien arregladita murmurando, gritando, insultando a los cantantes, burlándose de la Obra de Wagner???? Yo lo siento mucho, pero mi exasperación no creo que tuviera el aguante para no dar un cate a uno de esos pringáos de la burguésía venida a menos ;) Y el otro momento... daría lo que fuera para verlo, sentirlo, escucharlo: Cuando Luis II decide buscar a Wagner; todo ese episodio, sólo recrearlo en la imaginación me emociona; el momento en el que el Maestro por fin es escuchado, por fin es cumplido su deseo de poder llevar a cabo su Magna Obra en un lugar adecuado: Bayreuth, ése Teatro, el Gran Regalo que Luis II hace al más grande de los últimos tiempos, Wagner; uno de los Reyes de Europa más esplendoroso y con más categoría de toda la Historia. Y muchos otros momentos, pero esos dos... me dan para firmar y firmo ya mismo, aunque esté muy ocupado ;) Un saludo Quirón |
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Bueno, a mí, más que por el acontecimiento temporal, me hubiese gustado asistir en una época en la que se pudiese escuchar cualquiera de las grandes voces wagnerianas que tan frecuentemente citamos. Particularmente, me hubiese gustado escuchar a Hotter cantando el papel de Wotan. Lo demás queda eclipsado. (Jejejeje). Saludos. Javier. |
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Si yo dispusiera de la máquina del tiempo wagneriana, me gustarian dos cosas: Poder hablar con Wagner en el momento siguiente a estar convencido del proyecto del Anillo. Que me expresara sus ideas acerca de esta obra. Viajar con el en el momento en que se enamoró de Bayreuth como ciudad para su teatro y durante el viaje le preguntaria acerca de sus ideas politicas. Estos son mis deseos de la máquina del tiempo wagneriana. Evidentemente me hubiera gustado asistir a los festivales del 1951 al 1960 y sobre todo a la Novena de Furtwängler de 1951 y el primer Parsifal de 1951. Saludos Xepkna |
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Hola Javier Tienes razón. Escuchar a Hotter como Der Wanderer en Siegfried debio ser una experiencia única. Eso si, podemos disfrutar siempre que queramos de él en disco. Si es que en el fondo la mejor época wagneriana es siempre la última, ya que podemos escuchar lo de ahora y lo de antes. Aunque para lo que hay que escuchar ahora... Un abrazo Mime Stolze |
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Sí Javier yo vi y oí a Hotter en el Liceu en 1955 cantando Wotan en la Walküre, a Greindl como Hunding y a Widgassen como Siegmund, a Hotter como Amfortas y como Kurwenal. Y en 1959 el Parsifal com Kna en Bayreuth. Puede dicer que he estado en la máquina del tiempo. Además Wahnfried en ruinas y despues reconstruido. Llorenç Casanova |
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Aparte de los momentos que habéis dicho: -El estreno de Lohengrin en Weimar, con Franz Liszt en el foso. Liszt fue, además de un genio, uno de los grandes benefactores de Wagner, y Lohengrin me pega mucho con su caracter, debió ser una representación inolvidable. -El día en el que Wagner puso fin a la partitura de Tristán e Isolda, para brindar con él. La culminación de su mejor obra (si una destaca sobre las demás, es ésta). -Pasar una tarde con Wagner y Nietzsche en Triebschen. El músico mas filosófico y el filósofo mas musical. ¿Buena combinación no?. |
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¡Otras! Toda una experiencia. La verdad es que somos unos romanticones :). Saludos. Javier. |
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Bueno ;) no olvides que Schopenhauer tb era músico, aunque no profesional. Por eso tenía una opinión tan acertada sobre la ópera :). Por otro lado, creo que prefiero no haber estado muy cerca de este señor, la verdad :). Saludos. Javier. |
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Me hubiera gustado participar en las "kale borroka" junto al Wagner revolucionario. Y siguiendo este camino, hubiese sido un honor estrechar la mano de Bakunin. Dicho esto , creo que la mejor interpretación que se ha hecho del Anillo fué la de Bernard Shaw. ( Por afinidad ideológica, por supuesto. Como las grandes obras de arte tienen muchos significados, no tengo El perfecto wagneriano como vademecum ) |