Ayer salí de la oficina (cercana al Teatro Real (realmente pagado por todos) y me encontré con una cola heterogénea, con cierto tufillo Wagneriano, he aquí que me acordé de una conferencia, me animé y me puse a la cola. Subí por un ascensor, ya que no dejaban por las escaleras (tal vez por la media de edad pensaran en posibles lipotímias) y esperé impaciente a que comenzara la charla, esta fué interesante e informal, pero lo mejor fue la única pregunta que se le hizo al ponente "-¿y a usted que tal le parece la puesta en escena de Pascual?-"; ¡toma ya!, la contestación fué aguda a la altura del ponente, -de eso yo no tengo la culpa-, contestado en tono festivo, a todos aquellos que tenemos la suerte de ir al Real en mi caso a tres representaciones, un consejo: escuchen la música y olviden el escenario.
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