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Tristan e Isolda en Oviedo |
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Escuchar a un verdadero Heldentenor no es una cosa que e pueda hacer todos los días y desde los últimos 25 años por lo menos, sólo se puede hacer si uno acude a una representación donde forme parte del Cast Jon Frederic West. Realmente era el atractivo que me hizo acudir a Oviedo, después de escuchar su deslumbrante Siegrfried en El Escorial. Acudía receloso, ya que en la primera ocasión que le disfruté en vivo en el Tannhäuser de Madrid aunque fue hace ya unos cuantos años, no me había convencido del todo y en las grabaciones y dvds como Tristan tampoco es que me convencieran plenamente, pero a West hay que escucharle en vivo. Empezó el primer acto reservándose claramente, y aunque West reservándose tiene más voz que cualquier otro tenor en la actualidad, un cantante pierde emoción si no lo está dando todo, su canto resultaba algo frío y plano, no demasiado convincente. En el segundo acto, llevado por la dirección musical de una forma muy lírica, hizo un gran esfuerzo por apianar su voz, algo que consiguió en los primeros momentos de dúo, pero acabó perdiendo la línea y desafinando. No es este el territorio donde West se encuntra más cómodo aunque no lo rehuye. De todas maneras hasta ese momento su actuación no era ni mucho menos deslumbrante. De hecho yo me preguntaba al acabar el segundo acto si lo que fue verdaderamente excepcional e irrepetible fue su forma de cantar en aquel Siegfried del Escorial, estaba un tanto decepcionado. Entonces llegó el tercer acto y West dijo, señoras y señores aquí llega un Heldentenor de verdad. Tengo que decir que fue una actuación absolutamente portentosa que hizo olvidar sus pecados de actos anteriores con celeridad. No hubo un canto sublime, no hubo una antológica proyección sicológica del rol, pero conquistó la esencia del personaje jugando sus mejores bazas, a través de un canto pleno de intensidad, de potencia, con resistencia digna del mejor de los tanques bélicos. Tiene además West una rara habilidad para que en los fragmentos donde canta continuamente en forte, sin plasmar una notable variedad dinámica, consigue una matización y variedad en los sonidos y en los acentos de gran fuerza dramática. Su voz no es de gran belleza pero es terriblemente fornida y consistente en los graves y en el centro y sus agudos, al menos hasta el La3 que se ofrece en el Tristan, son colosales y plenos de fuerza. No hay una debilidad en la voz, además la orquesta también crecida ofreció una mayor sonoridad, pero con West en plan avalancha no hay orquesta que le pueda tapar su sonido, que con las dimensiones y la buena acústica del Campoamor era realmente sorprendente. De los Tristanes que le he escuchado en grabación, este tercer acto ha sido el mejor con diferencia, realmente impactante. Por lo demás decir que la producción de Alfred Kirschner fue digna aunque no deslumbrante, conceptual estilo la del dvd de la última produción del Met, intemporal, con un cada vez menos original desdoblamiento de manera intermitente de los dos protagonistas con dos actores no cantantes, recurso que no termina de convencerme por mucho que permita una mayor concentración en el canto de los protagonistas. El tercer acto era todavía en un espacio más reducido lo cual creo que llegó a mejorar la proyección de todos los cantantes. La dirección de Valdés comenzó muy floja en un preludio desdibujado y demasiado lento, que no amantaba la atmósfera y ambiente del teatro y falto de sonoridad, especialmente en las cuerdas graves. Solucionó el primer acto de una manera muy discreta y sin ningún especial apasionamiento desde el foso. El segundo acto fue mucho mejor, consiguiendo un sonido casi camerístico de gran belleza que iba además en línea con los movimientos escénicos. En el tercero fue verdaderamente Wagneriano y todo empezó a funcionar. Más sonoridad, más apasionamiento desde el foso, una actuación de menos a más, pero el más fue de gran nivel. Isolda fue Jayne Casselman que cumplió con dignidad. So voz es también muy potente, especialmente en los agudos. Tiene cierta belleza la voz aunque se nota el desgaste de su dilatada experiencia en los escenarios, apareciendo un sonido continuo como si arañase levemente una voz que en origen debía de ser muy interesante. Lioba Braun fue junto a West quien cosechó mayores ovaciones, con menor potencia que sus compañeros protagonistas de reparto es quizás quien demostró mayor control y refinamiento en el canto. Su voz parece encomendada a retos protagónicos Wagnerianos, ya triunfó como Brangaene en Berlin el pasado diciembre en el Tristan que pude ver con Meier y el próximo diciembre hace de Kundry en Nápoles. Cantante a seguir. El Rey Mark de Andrew Greenan empezó muy bien, con muy buena voz y muy expresivo, pero segundo a segundo se fue desgastando paulatinamente y terminó su monólogo del segundo acto muy mal con gallo incluido. En el tercero no llegó a recuperarse, siendo muy irregular. Kurwenal Fue Christopher Robertson que creo que cumplió dignamente, no se puede decir lo mismo de Melot. En cambio me gustaron el marinero y el pastor. Hubo bastantes aplausos y especiales ovaciones para West, Braun y Valdés, nada del otro mundo tampoco, pero según me contaron, mucho más de lo que suele ser habitual en el estreno de temporada en Oviedo. En mi opinón, una función muy digna, en un continuo de menos a más y con la espectacular a todas luces interpretación de West en el tercer acto. Espero que en Madrid pueda darnos alguna noche con un nivel similar, lástima que no coincida ningún día con Meier. Un abrazo |
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He leido con atención su interesante crítica - como todas las suyas - de nuestro Tristán de Oviedo. Me resulta sorprendente ya que coincide palabra por palabra con la de un amigo que asistió al estreno, cuyas opiniones acostumbro a tener muy en cuenta. Asístiré el miércoles a la segunda.Ya le contaré. Saludos |
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Yo también estuve el sábado en el Campoamor. En La Nueva España de hoy se puede leer una crítica de dos páginas que coincide prácticamente con la de Le Gouverneur. En el periódico le dan un severo palo al Rey Marke. Como le dije a una amiga, coincidió el peor cantante de los personajes principales con el más aburrido; incluso Birgit Nilson dijo que se había dormido en una ocasión durante el monólogo del segundo acto. Yo esperaba con ansia el tercer acto y la verdad es que no me defraudó en absoluto. También leí que la puesta en escena estaba pensada en principio para una cantante como Eaglen y por eso es tan estática aunque al final se modificaron algunas cosillas (evidentemente si hubiera estado Eaglen no se podría haber tirado al suelo para abrazarse a Tristán muerto). Un saludo. |
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Excelente la crítica de Gouverneur, como todos sus aportes en éste y demás foros. Por lo me toca, soy chileno, me alegra que Maximiano Valdés haya tenido éxito. "En el periódico le dan un severo palo al Rey Marke. Como le dije a una amiga, coincidió el peor cantante de los personajes principales con el más aburrido; incluso Birgit Nilson dijo que se había dormido en una ocasión durante el monólogo del segundo acto." Coincido, primera vez que leo en wagnermanía cargarse la intervención de Marke. El tema es muy bello y de gran nobleza pero el desarrollo del aria o monólogo no tiene ínteres y aburre, además de antidramática la situación con los demás personajes cruzados de brazos durante 20 minutos. Saludos |
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Una crónica muy personal, pero es la mía: Me sentía incapaz de mover un solo músculo. Mi barbilla se había aferrado fuertemente a la barandilla tapizada que me separaba, lejos, del escenario. Me dolía la mandíbula de apretar los dientes durante tanto tiempo, pero no me importaba lo más mínimo. No podía moverme y tampoco quería hacerlo. Temía que cualquier cambio de postura rompiera la magia que se había creado. A cualquier impertinencia habría respondido con una bofetada, sin sentirme culpable ni un instante. Nadie tenía derecho a sacarme de ahí. La atmósfera era única. Todos los elementos que hacen de la ópera un espectáculo total se habían juntado para conseguirlo. La escena, oscura, cobijaba a un Tristán colérico que moría enloquecido con la idea de volver a ver por un instante a la única mujer que le mantenía con vida. Una hora de agonía, de dolor, de locura y de nostalgia. Una hora de atletismo vocal indescriptible que me sumía en la experiencia musical más intensa de mi corta vida, por imperfecta que fuera. El liebstood final de Isolda pasó de ser una página bellísima a un colofón de música explosiva imposible de narrar. No había asistido a la mejor función de Tristán e Isolda, pero poco me importaba. En esos momentos no había lugar para la frialdad. Ni para la crítica. Era mi primer Tristán y mi comunión definitiva con Wagner. Quería compartirlo. Me habría gustado parar el mundo por un instante y que todos supieran que acababa de vivir algo único. Y sin embargo no encontraba las palabras. Cualquier expresión quedaba muy por debajo de lo que sentía. Qué cortas se quedan las palabras a veces, y qué grande es la música. |
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Gracias Piccolo por compartir tu vivencia! Es muy bonito encontrar a gente que va a un concierto a disfrutar la música en su estado puro, has traido una ráfaga de aire fresco al foro. Muchos ya estamos cansados de so lo leer criticas de interpretes, escenográfos, y técnicos. Creo que la mayoria de la gente solo va a la õpera a buscar fallos, y no a disfrutar como tu, incondicionalmente! Un saludo Drikun ZH |
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Ayer asistí a la segunda representación del Tristán del Campoamor. En los dos primeros actos la dirección me pareció muy desigual, creo que Valdés no tenia una idea clara de lo que quería hacer con la partitura. Falto de intensidad y y de coherencia con llos tiempos que, al menos en una ocasión West perdió la línea. Espléndida Brangania en el segundo acto. "Eisam wachend in der nacht" memorable coincidiendo con un buen momento de la orquesta, coincidencia ésta que no se dió en los "habet acht". En cuanto a Isolda, me pareció un poco "gritona" y la liebes nacht no me gustó, su voz y la de West se encontraron en pocas ocasiones. Luego llegó el tercer acto y, tal y como dice el Gobernador, el dueño absoluto del Teatro fué el Señor West.Mi referencia era el DVD con Mehta y Maier; ni comparación. Un tristán absolútamente desesperado, fuera de sí, fuerte en su delirio, completamente loco. Amigos, qué "Verflugter Tag mit deiner Schein" realmente emocionante. Valdés sí tenía claro el tercer acto y la orquesta - a pesar de los recortes por falta de espacio en el foso - sonó wagneriana. La puesta en escena me gustó, sobre todo el segundo acto, en los demás quizá demasiado estáticos los protagonistas. Marke - Greenan - creo que aprobó con nota el segundo acto. En fin, una noche espléndida con Ricardito. Saludos. |
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Una vez que me he enterado del número exacto de músicos que formaban la orquesta, 67, ha subido mucho mi estima ante la actuación de Valdés. Creo que tiene mucho mérito lo que consiguió con esos elementos. También por eso también todos los cantantes se impusieron con tanta rotundidad, no sólo West, algo que no es my usual en Wagner. Quizás la reducción de los elementos en la orquesta, debido a la brillantez del sonido actual de las mismas y a la falta de consistencia en algunas voces, sería una cuestión que convendría plantearse en algunas ocasiones para obtener unos mejores balances. Un abrazo |
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Hola. A mí me parece una chapuza reducir los músicos del foso. Lo que hay que conseguir es un balance adecuado, fruto de ensayos entre los cantantes y la orquesta, pero eso requiere tiempo y pérdida de dinero: dígale usted a West que se vaya a ensayar una semana antes a Oviedo cuando ni siquiera se digna a pisar Bayreuth. Es mucho más fácil reducir plantilla y asunto solucionado. Por cierto, que tengo amigos en Oviedo que andan tocando ese Tristán y dicen que andan con el agua al cuello: que muchas veces escapa a su control determinados pasajes, que muchas horas de estudio personal, y que el director no se preocupa mucho de lo que ocurre ahí abajo. Un saludo. |
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Evidentemente la reducción en Oviedo no ha sido una elección, ha sido una cuestión de espacio. Un abrazo |
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Hola. La reducción de la OSPA para el Tristán no fue cosa de espacio, sino de dinero (y de falta de profesionalidad). En el Campoamor de Oviedo se han tocado óperas con más músicos en la plantilla (Salomé y Electra, por ejemplo). Pero para Tistán, 67 músicos... No hubo trompetas y trombones detrás del escenario al final del acto primero porque no se quiso gastar dinero y no había ganas de hacer las cosas bien. El resultado fue patético: supresión de la primera entrada de las trompetas (tres compases enteritos sobre los primeros "Heil, König Marke!" del coro), destrucción de los planos sonoros (al ser tocadas las partes suplementarias por los metales de la orquesta del foso) y ¡¡supresión de las partes de las trompetas y trombones del foso, al estar tocando estos músicos las partes de detrás del escenario!! Las trompas del acto segundo desafinaron de lo lindo. La orquesta y el director se limitaron a leer la partitura. Ni Valdés ni la OSPA aportaron nada. Absolutamente nada. Los cantantes de Tristán, Isolda y Brangäne se lucieron y , en parte, taparon todos estos desastres tras la representación. Lo lamentable es el servilismo de la crítica profesional local, que no mencionó nada de esto. Una crítica profesional debe realizarse de manera desapasionada, analizando lo bueno y lo malo. Lo contrario indica desconocimiento, servilismo o ambas cosas. |
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Como dijo Josefina a Napoleón al ver salir a la guardia de su habitación: "Caben los que caben". Perdón por el chiste malo y puede que peor contado, pero creo que las condiciones del Campoamor no dan para muchos mas músicos en el foso. En cualquier caso la plantilla de la OSPA tampoco es mucho mayor. Asistí a la función de ayer y la verdad es que me gusto mucho. Era la primera vez que escuchaba Tristán en directo y mis referencias son en disco con lo que eso supone, mi acto favorito es el 2º y ayer tambien lo fué. Tristán muy bien el que más me gustó en la función, Isolda me pareció mas fatigada y de más a menos, Brangäne me emocionó con sus advertencias, es un momento precioso y ayer me puso la carne de gallina por un momento. La OSPA me gustó también , teniendo en cuenta las limitaciones de foso y plantilla que tiene. Menos interesante en el primer acto y mejor en el 3º. Un pobre señor se nos desmayó en el 1er acto a los 45 minutos así que supongo que no fué culpa de Wagner... Creo... Comentar que la gente se queja por aqui de lo larga que es la obra que cosas... En fin algunas impresiones. |
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Pisar Bayreuth (como intérprete), Bécquer, no es cuestión de dignarse sino de ser invitado. |