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El Tristán de Marthaler |
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En relación con el compañero forero que en otra conversación se sorprendía que hubiera quien se quejase del Parsifal de Schlingensief y no del Tristán de Marthaler,-creo recordar que se expresaba en ese sentido- querría decir que éste último era, en mi opinión, malo de solemnidad. Al parecer el regista de Zurich se limita a narrarnos la historia de un adulterio burgués, el cual se desarrolla en una gran sala aséptica, de tonalidades amarillo intenso. En el primer acto, parece evocar un comedor de un trasatlántico lleno de sillas que Isolda, en su histerismo tira al suelo mientras que Branguene, detrás de ella, se afana a recogerlas. En el acto segundo, parece evocar una sala de espera en la que los amantes se entregan a una aséptica pasión en la que se limitan a sentarse el uno al lado del otro y, a lo sumo, dirigirse alguna sonrisa. El acto tercero se desarrolla en el mismo espacio, reconvertido ahora en una especie de UVI en la que Tristán agoniza en una cama hospitalaria. A modo de ejemplo de despropósitos, recordar el vestido y zapatos de tacón amarillo intenso de Isolda, como de hortera burguesa ?así me lo pareció- y el atuendo de Kurwenal, vestido de escocés, con falda incluida, pero de negro riguroso (¿una concesión a los orígenes celtas de la obra?); o el hecho que durante la canción burlesca de Kurwenal en el acto primero éste y Tristán gesticulan ridículamente cual autómatas, a medio camino entre el ?palmas palmitas? de los niños y el ?give me five!?; o la muerte de amor de Isolda en el lecho de Tristán ?éste, previamente se ha caído del mismo, pese a las protecciones laterales, sin que ni Isolda ni Kurwenal se preocupen por este hecho- cubriéndose, al final, totalmente, con una sábana.... En fin, ni ardor, ni pasión, ni misticismo, ni unión de los dos amantes en una sola entidad.... Por lo menos, desde mi punto de vista. Con todo, y a diferencia del nefasto Parsifal de Schlingensief, la única virtud del montaje de Marthaler es que, por lo menos, te permite ignorarlo, quizás, acaso, por su estatismo, concentrarte en los aspectos musicales, mientras que el del primero parece concebido para distraerte de los mismos: no paran de entrar y salir personajes, las proyecciones que no parecen venir al caso, la ceremonia budú y el repugnante conejo putrefacto ?real- devorado por los gusanos a cámara rápida mientras el coro entona el ?Redención al Redentor?. Recuerdo que mucha gente hizo gesto ostensible de desagrado y que incluso, alguna dama amenazó con marearse. Saludos. |
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Disculpeme, Assur, la puntualización: yo no dije que era malo sino "feo" en atención al mismo calificativo que otro forero había asignado al Parsifal. Hay que reconocer que la producción no se acoge a los canones clásicos de lo bello, pero eso no implica que sea malo, lo cual es otra discusión. Lo feo existe y nos rodea por todas partes. Hay que convivir con ello e incluso aceptarlo. Hay quien hace arte de lo feo. saludos. |
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No hace falta que se disculpe Winterstürme. Por supuesto que acepto la puntualización, sobretodo tratándose de lo que usted dijo, sus propias palabras. Y por supuesto que lo feo existe y que hay quien hace arte de lo feo. Ello, con independencia que tanto lo bello como lo feo son conceptos relativos y cambiantes, según la época, el lugar y cada persona. Un saludo. |
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Y yo no he dicho o escrito que usted dijese que fuese "malo", sino que "se sorprendía que hubiera quien se quejase del Parsifal de Schlingensief y no del Tristán de Marthaler". Pero si no he interpretado correctamente sus palabras o razonamientos, le expreso mis disculpas. Un saludo. |