Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
FORO 

Suscríbete ya a la newsletter de Música Clásica






Parsifal en Namibia en búsqueda de la Utopía - Bayreuth 2004
De: sachsenhausen
Fecha: 05/10/2004 18:34:49
Asunto: Parsifal en Namibia en búsqueda de la Utopía - Bayreuth 2004

Parsifal en Namibia en búsqueda de la Utopía

El team lo componen: Daniel Angermayr, Thomas George, Foxi Bärenklau, Tobi Buser, Meika Dressenkamp, Christoph Schlingensief, Monika Böttcher, Carl Hegemann, Tabea Braun (Vestuario) y Patrick Durst.

Puesta en escena: Christoph Schligensief
Dirección musical: Pierre Boulez
Dirección de coros: Eberhard Friedrich
Dirección artística: Wolfgang Wagner

Amfortas: Alexander Marco-Buhrmester
Titurel: Kwangchul Youn
Gurnemanz: Robert Holl
Parsifal: Endrik Wottrich
Klingsor: John Wegner
Kundry: Michelle de Young
1 Caballero: Tomislav Muzek
2 Caballero: Samuel Youn
1 Escudero: Julia Borchert
2 Escudero: Atala Schöck
3 Escudero: Norbert Ernst
4 Escudero: Miljenko Turk
Muchachas Flor: Julia Borchert Martina Rüping
Carola Gruber Anna Korondi
Jutta Maria Böhnert Atala Schöck
Voz de contralto:Simone Schröder

Representación del 6 de Agosto de 2004

------------------------------------------------------------------------

Karlsruhe, verano del 2003, suena un teléfono, Schliegensief descuelga el auricular, al otro lado de la línea se oye: "Aquí el Festival de Bayreuth" , el interlocutor responde: "Y yo soy el emperador de China". Bayreuth: " La Sra. Katharina Wagner desea hablar con Vde."... Este es el comienzo de ese largo proceso iniciado hace un año que culminó el 25 de Julio de este verano con la premiere de "Parsifal" en la apertura del Festival de Bayreuth en su noventenotercera edición.

El especular sobre la razón de porqué a Schlingensief se le ofreció "Parsifal" en Bayreth no es objeto de estas líneas. Pero lo que resulta inconprensible es el pensar al mismo tiempo en polos tan opuestos como puedan ser el personaje de Schlingensief y la institución Bayreuth, una imagen mas bien imposible de reconciliar la una con la otra. Pero más incomprensible resulta la aceptación por parte de este joven artista de tan delicado proyecto. Y así tomaron curso los acontecimientos...A fin de cuentas si tuviera que pasar balance hoy por hoy tendría que decir que la balanza se inclina a favor del Sr. Schlingensief y no tanto a favor de su interpretación escénica de aquel enigmático "puro y loco". Veamos pues que es lo que ha acontecido.

Para empezar, quién es Schlingensief? Este es un artista de 43 años conocido hasta hace poco por los atentos lectores de la sección cultural y de una manera marginal por la escena del arte. En la república alemana son conocidos de él sus performances, happenings, acciones, cuadros, films y provocaciones-demo de corte semi-politico.

Como decía, hasta no hace mucho tiempo era un casi no conocido autor. Hoy por hoy y gracias a la amplitud de los medios de comunicacion es un personaje de cuya existencia no podemos ya dudar, lo digo por la paradoja de que son los medios de comunicación los que construyen la realidad y sólo lo que ellos declaran como real es existente.

Quiero adelantar que en un principio despertó mi curiosidad y expectanción la llegada de Schlingensief a Bayreuth. La gran novedad de esta producción era sin duda el haber traído a un autor completamente alejado del mundo teatral. Y en segundo lugar a un artista experimentado dentro de las artes plásticas y medios audiovisuales. Por lo pronto la incursión de un cineasta en este proyecto era una idea sensacional.

Lo que el astuto director artístico de Festivales no calculó desde un principio fue un simple detalle y es que "Schlingensief Es Schlingensief". Este axioma es irrefutable. Así que por favor, todas las sopresas acontecidas, lloros, crisis cardíacas, ataques de ira, rasgar de vestiduras,etc.. deberán de tener por objeto, lógicamente, al máximo reponsable de tal empresa, es decir, al octogenario Sr. Wolfgang Wagner.

La inicial expectacion por parte de observadores y público se vio turbada por una serie de declaraciones a la prensa iniciadas por Wottrich, cantante en el papel principal, que sin duda han escalado a una serie de incidencias del todo deplorables y penosas entre este y Schlingensief. El colomo resulta en un enfrentamiento abierto entre ambos. Este llamando a Schlingensief nazi y racista, el otro atribuyendo a Wottrich el de querer representar una Alemania que debe permanecer pura.

En la víspera de las representación que estoy comentando los principales artistas de la producción firmaron conjuntamente una peticion - que fue expuesta en varias de las entradas al auditorio del Festspielhaus- rogando al distinguido público enjuiciase el trabajo artístico dejando de lado la polémica de los pasados días.

El consagrado maestro

La bajada de Boulez al abismo místico no representa un novum para Bayreuth, más interesante -desde mi punto de vista- hubiese sido la invitación a un joven talento musical, pues el panorama musical actual dispone de una nueva generación muy prometedora, piénsese, por ejemplo, en Kent Nagano o Sebastián Weigle.

Con todo ello hay que decir llanamente que el veterano Boulez consigue una verdadera interpretación de la partitura. Se podrá o no estar de acuerdo con él en materia de tempi, o acaso sentirse irritado por la falta de colorido orquestal. Ahora bien esta versión musical respira con soltura, la música fluye ininterrumpidamente con una claridad y esplendor luminosos. El mayor énfasis se concentra en el depurado estudio armónico de la partitura que hace emerger una arquitectura musical de claras conturas gracias a la delicada textura orquestal en los diversos grupos intrumentales y a las diversas lineas melódicas. Boulez es por tanto no incisivo en el fraseo musical y timbre, sino mas bien en el tejido armónico.

Según el propio Boulez es la música del "Parsifal" junto con la del "Tristán", las que están abriendo las puertas a ese inmediato futuro de la música. El material armónico y melódico se encuentran en transicción a un nuevo lenguaje musical que desemboca en lo que van a ser las vanguardias musicales de cominezos del siglo XX al frente por un lado de A. Schönberg junto a la Segunda Escuela de Vienna, anclados en la tradicción musical austro-germana, y por otro lado en la singular figura de Debussy. Yo creo que esta es la más importante contribución de Boulez, el de revelar el aspecto más moderno de la música de "Parsifal" y el de no encallar en un agonizante romanticismo fin de siglo.

Podríase decir que es una versión mas bien contemplativa, aunque también con momentos de expansivo sinfonismo post-romántico, pero alejada de la tensión y dramatismo a la que en ocasiones se tiende. El efecto si se quiere medir en palabras es en un primer momento el de una lectura un tanto descolorida y cartesiana. En el análisis final esta interpretación consigue desvelar el contenido mas íntimo de la obra y por ende de la música en sí, esto es la tendencia de la música a salir de sí misa en busca de la trascendentalidad.

Pasando al plano puramente vocal hay que destacar la voz de un impecable y limpio Robert Holl. John Wegner es un barítono de pesos pesados, con una potencia y proyección de voz simplemente aplastantes. Su presencia escénia fue insuperable y aún más su condición de acrobata le deja encarar el rol con enorme seguridad y soberanía. La Kundry de S. de Young fue un tanto decepcionante por el poco dramatismo, estoy seguro que su voz va a crecer en los años que vienen y lo mejor de ella esta aún por ver. El Parsifal de E. Wottrich me pareció decepcionante. Empezó con voz bastante destemplada que a lo largo de los siguientes actos ganó en color y calor, pero a pesar de su capacidad y potencia vocal, su timbre y legato no se adaptan al papel cantando. Tampoco nos debe inquietar mucho ya que este cantante ha declarado que el proximo año no va a volver a representar este papel en la producción de Bayreuth. Alexander Marco-Buhrmester (Amfortas) y Kwangchul Youn (Titurel) están en todo momento a la altura de su rol sin sentir la necesidad de ariesgar algo más.
Eso sí no hay que olvidar el magnífico coro del Festival y al grupo de muchachas flor que fueron un deleite.

Ritualizacion en el arte

Uno de los aspectos que más le interesan a Schligensief es explorar la ceremonia y el rito en el contexto de la religión. A este respeto cabe destacar la introducción de una serie de videoproyecciones que convierten por largos espacios de tiempo el Festpielhaus en una sala de cine. En concreto en los dos pasajes musicales de mayor amplitud como son por un lado la Verwandlungsmusik (I Acto) y por otro la llegada al templo del Grial en el III Acto. En el primero caso se nos presenta un happening con las imágenes de una misa negra [ Films: "Bambitempel II", Wien 2003, 4’00 minutos y "Baboou-Jair XIII", Zürich 2004, 15’16 minutos ], mas bien diría que se trata de un ritual de sangre recordando a las orgías mistérico-teatrales de Hermann Nitsch. El experimento que propone Schliegensief es la celebración de una procesión o rito mistérico para inducir la experiencia de una felicidad sacra, baste decir que la intensidad de las imagenes se ve elevada de facto por la música. En el tercer acto es una procesión budista la que tematiza el aspecto ritualizante [Film: "Sidharta V", Nepal 2003, 4’45 minutos ].

"Un Paisaje de mis imagenes..........."

El trabajo de Schlingensief en ?Parsifal? es la suma de lo que a venido ser la búsqueda durante el último año de imagenes que puedan ser aceptadas por la música, así lo explica él mismo. En suma, el material de trabjo que Schlingensief trajo a Bayreuth son por una parte los videos y tomas hechas durante sus viajes por Bakthapur ( Nepal) y Namibia y por otro lado las experiencias de su última acción teatral en Zürich ?Attabami-Pornoland" y el movimiento ?Church of fear?.

Luego esta produción es el cúmulo de sus experiencias vitales y artísticas hasta el día de hoy. El artisita concibe este proyecto com uno más que se será incorporado en sus suscesivas estaciones productivas. La visión se convierte en una muy personal e individualizada quedando la intención artística no claramente expuesta, siendo ésta tampoco la finalidad de su autor.

La acción transcurre sobre la superficie de un gigantesco disco o plataforma, que unas veces esta en movimiento y en otros permancece inmóvil. Este plato circular esta repleto de toda serie de artefactos y objetos dispuestos de una manera arbitraria y azarosa. Se distinguen entre otros tiendas de campaña, chabolas improvisadas, torres de oteaje, vallas de acero y alambrados de espinas buscando una directa asociacion de imagen con la prision militar en Guantanamo Bay y en fin, un sin fin de otros cachibaches que se acumulan durante la velada sin tener que cumplir función alguna. Todo este asamblaje de objetos, elaborados por Daniel Angermayr y Thomas George, forman el paisaje de la escena y son simplemente los objetos e imagenes que Schlingensief ha venido acumulando durante el último año.

Gurnemaz hace aparición en el primer acto vestido a guisa de cavernícola primitivo como aquellos que vimos en la película "En busca del fuego". Con Kundry el tema se complica ya que va a mutar en innumerables ocasiones, quedando reducida su esencia a la suma de las diversas mutaciones a la que es sometidad acto tras acto. Apareciendo ya sea unas veces como mujer seductora, o bien mujer-madre, o como diosa de culto a la manera de una "Venus de Willemsdorf". Parsifal hace su aparición en el look de un Jesus Christ Superstar. Al final del primer acto la hermandad de los caballeros del Grial no celabran un ágape sino mas bien son los representantes de todas la religiones los que untan su mano en sangre para dejar la impressión de su huella en la túnica blanca vestida por Parsifal, haciéndolo así partícipe del dolor y culpa humanas a expiar.

En el segundo acto nos encontramos en los dominios de un chamán africano que viste una imposante cornamenta de tres cuernos semejante a las que lucen los nativos haitinos en el ritual de la muerte del diablo. Todo su cuerpo esta untado de negro. Su continuo ir y venir de un lado de la escena como león enjaulado crea una situación de inquietud y nerviosismo. Kundry ,víctima atada y prisionera, es primero ultrajada por su brutal "Meister" para a continuación, con aire de rutinaria seductora, iniciar un juego cruel que culmina con el derrumbe de su víctima bajo el peso de la propia culpa y remordimiento. En el desenlace final, Parsifal arrebata a Klingsor su bastón de mando y éste a Parsifal una lanza! (intencionada inversión de la convencción teatral). Klingsor desaparece de la escena dentro de una lanzadera espacial (gag o comic?).

En la primer escena del último acto no hay escena de reconciliación. Aparecen alternativamente Parsifal o Gurnemaz, sólos cada uno monologizando para sí mismos, quedando de hecho eliminado cualquier gesto cristianizante. Entre otras cosas aparece un ?cementerio del arte? mostrando residuos del kitsch de la industria cultural como son un cuadro de ?La Monalisa? junto a la imagen icono del pop art americano como es la etiqueta de Campell?s tomato soup. Esto puede ser interpretado como critica al culto museal del arte y al propio teatro de Bayreuth o como critica a cualquier principio reduccionista y objetivador. Aquí Schligensief muestra claramene su credo artístico.

El final del acto discurre con unas proyecciones de la descomposición de dos conejos, que ya en anteriores ocasiones aparecieron. Durante los últimos minutos, al fondo derecho de la escena a través de una humbral se percibe un haz de luz blanca por donde tendrá que pasar Parsifal. Este gesto me pareció de lo mas incongruente y extraño respecto a todo el Patchwork que habíamos venido viendo durante las últimas cuatro horas, por lo que me inclino a pensar que esta idea no es original de Schlingensief.

La introducción de técnicas visuales y cinematrográficas es el aspecto mas interesante a abordar, ya que como medios de expresion pueden contribuir en el discurso dramático-musical. Este prometedor y difícil experimento se desenmascaró como fracaso, ya que su producto no profundiza ni explora los límites que ofrece el medio, sino que cumple una función meramente ilustrativa no desarrollando una dinámica y sintáxis propia. Ejemplos de ello lo constituyen los diversas proyecciones en el trasfondo de la esena de diagramas, en otros casos el movimiento de micro-organismos, una ameba ingiriendo huevas de pez o las distintas secuencias que acompañana la descomposición orgánica de un conejo en el desierto (Homage a J. Beuys). Todas ellas como impactos visuales sin mayor relación entre sí simplemente mostrando a una naturaleza inconsciente y libre de culpa.

Una postura que queda clara durante toda la velada es la renuncia intencionada a interpretar teatralmente la obra, esta es una postura deliberada. Esta renuncia a una acción dramático-musical y ausencia de Musik-Theater pone de manifiesto que el único interés de Schlingensief es el descargar sus imagenes de proyector, secuencias de video y otras diapositivas; dando a su proyecto un enfoque puramente visual. Todas estas secuencias de imagenes guardan una muy íntima y hermética relación entre sí dentro del contexto de la experiencia vital de Schligensief.

Por tanto uno de lo problemas que afrenta esta producción queda resumido en el principio de trabajo estético aplicado; siendo este de naturaleza puramente visual. Es decir, el resultado de conjunto no es el de un esfuerzo integrador de los diferentes discursos tanto el visual como musical como teatral para dar forma a un todo orgánico, sino más bien toma lugar un aislamiento de los diversos lenguajes artísticos, dominando el elemento visual como principio de trabajo. Durante la velada uno tiene más bien la impresión de que esta producción tiene como objeto la proyección de clips, dias y videos con música de fondo.

Queda también por mencionar uno de los problemas técnicos de la puesta en escena siendo éste la pobre iluminación y ello debido a la preferencia que se da a las imagenes en continua proyección. Con ello nos encontramos en penumbras sin tener oportunidad de distinguir la disposición escénica y a otros personajes. El carácter mas bien azaroso y caótico de todo lo presentado hace realmente difícil por no decir imposible la tentativa a una interpretación. Este poco equilibrio en la combinanción de los diferentes lenguajes y medios artísticos pone en evidencia la poca reflexión y concentración a la hora de presentar un trabajo serio y digno de escena en el Festspielhaus.

No-Happy End

El esperado espectacular escándalo que se cernia sobre la colina verde bajo la expectación creada durante los últimos dos meses de ensayos no se cumplió. En todo caso se trato de una ingeniosa maniobra mediática iniciada por Schligensief y secundada por los medios de comunicación.

Lo más curioso ha sido observar como Schlingensief, eso sí es un consumado maestro a la hora de hacer polémica y manipular a todas las partes envueltas tanto a la dirección del Festpielhaus como a los medios de comunicación. Esta es realmente su gran virtud, el de saberse proyectar en los mass media confundiendo a todo el personal.

Un aspecto a mencionar son los comentarios que Schlingensief dió en la prensa sobre la institución Bayreuth y su modelo de trabajo, por cierto un detalle del estilo diletante de este artista ya que un profesional del teatro a lo sumo haría este tipo de comentarios a puerta cerrada. En concreto Schlingensief denucia la poca tolerancia artística y la negativa predisposción de la casa a experimentar abiertamente. Este aspecto entra en conflicto con la versión que el nieto de Wagner - al frente de la dirección artística del Festival- nos quiere hacer creer. Ello pone abiertamente de manifiesto la incapacidad de la institución Bayreuth actulamente de encontrar continuación a su misión artísitica, y de establecerse como teatro de refererecia en la interpretación del Opus wagneriano.

Años atrás Wolfgang Wagner, en parte forzado por la masiva critica de sus oponentes y criticos -que los son y muchos en Alemania-, daba arranque a una nueva estrategia orientada a abrir las puertas a una nueva generación de músicos y directores de treatro. Esta nueva orientación lamentablemente no esta dando frutos por la simple razón de que Bayreuth hoy por hoy no resulta ser un teatro que despierte la atracción de la jóven generación, sino más bien todo el que se tiene en estima toma con orgullo el declinar una oferta de trabajo.

Tras los revisionismos iniciados en los ’80 y ’90 con producciones como son el "Anillo" de Kupfer o el "Tristan" de Heiner Müller, el "Parsifal" de este año no puede reclamar para sí el estar a la altura de nuestros días convirtiéndose en una metáfora actualizada del mito. El "Parsifal" de este año resultó ser uno de esos events más dentro del panorama de festivales de verano, es decir, un espectáculo más del entertainment que se pierde en la cotidianidad.

El desigual resultado que componen el progama de Festivales de este año y el caso tan lamentable de este "Parsifal" ponen de manifiesto la falta de homogenidad y principios estéticos del Festival. Por tanto el gran dilema que hoy enfrenta Bayreuth es el de volverse a posicionar de cara al siglo XXI como un teatro de estatura y referencia, el de preservar los máximo niveles de excelencia y calidad artísticas y el de presentarse con un claro programa estético que sea fuente de inspiración e ideas en la continua evolución del drama musical wagneriano.
... no son acaso las utopías principio de todo arte?



Sachsenhausen. Octubre-2004

De: Feirefiz
Fecha: 06/10/2004 0:24:39
Asunto: RE: Parsifal en Namibia en búsqueda de la Utopía - Bayreuth 2004
A lo que parece, Schlingensief ha llevado a cabo su típica "performance" que, casualmente, coincidía con una interpretación simultánea de cierta ópera de Wagner, igual que podría haber coincidido con un "concierto" de Bisbal. Temo que el problema es que no se trata de un "director de escena", sino de un "creador", pomposo título que se dan hoy en día todos aquellos que no sienten pudor ante sus extravagancias (no "extravagancias geniales", sino extravagancias a secas). Interesante, por lo que tiene de ideología "posíticamente correcta" en acción, es la inclusión de cualquier elemento religioso, sea chamánico, budista o satánico, con tal que se cumpla la imprescindible condición de que no sea de aquel preciso tipo que inspiró la obra original, es decir, cristiano. A no ser, claro, que se introduzca con intención de negativizarlo (como el montaje de Nuria Espert de Tosca, que convierte a Scarpia en un sacerdote) siguiendo así servilmente la moda de despreciar las tradiciones religiosas de Europa.

De: roland
Fecha: 09/10/2004 20:32:32
Asunto: RE: Parsifal en Namibia en búsqueda de la Utopía - Bayreuth 2004
El problema central es que en Bayreuth se ha puesto en escena el Parsifal de Schlingensief con música y letra de Wagner. Por lo cuál yo creo que los que estaban allí tuvieron la experiencia de ver una obra esquizofrénica, pues lo que uno mostraba visualmente no correspondía con lo que el otro decía (dejemos la música aparte). Con todos sus sincretismos, la referencia cristiana en Parsifal (tal cual como lo ha establecido el autor) es irrenunciable y permanece como un eje en toda la obra. El que niegue esto es porque no ha leído el argumento ni el libreto.

Si el Sr. Schlingensief tiene otra idea de Parsifal, sería mejor, más sensato y respetuoso, que hiciera uno nuevo y no arruinara el que está ya hecho y consumado, so pena de confundir a la gente. Lo que realizó Schlingensief en Bayreuth es preocupante, pues si no recuerdo mal, Göethe dijo que "toda obra de arte es una especie de confesión" y la melange que hizo en el escenario evidentemente es lo que tendrá este señor en su cabeza.

Todo lo que Schlingensief hace en la escena y los conceptos que expresa, muy bien transmitidos por los comentarios aparecidos en el foro, me hacen recordar a los movimientos contestatarios de los años 60 (No será Schlingensief, acaso, ¡un hippie!). Yo creía que esa etapa ya estaba superada en Europa pero veo que aún tiene cultores y también quienes le dan de comer. De presentarse como algo de vanguardia, pienso que este Parsifal fue realmente demodée.

Considero que Bayreuth tendría que encarar cosas serias y liberarse del snobismo, pues creo que este es un mal que ha aquejado a muchas producciones últimamente. En aras de hacer algo nuevo, en muchas ocasiones, se ha hecho cualquier cosa.

Wagner intentó hacer una "obra de arte total" y curiosamente en su teatro contratan a Schlingensief, que se encargó de separar lo que Wagner, con tanto trabajo, había unido.

De: Feirefiz
Fecha: 10/10/2004 0:52:43
Asunto: RE: Parsifal en Namibia en búsqueda de la Utopía - Bayreuth 2004
Completamente de acuerdo: recuerdo que un director teatral que había montado una obra de Lope de Vega, insertando fragmentos de otras obras del propio Lope, declaró a un periódico que había querido "mejorar a Lope". Cuando lo leí, pensé: qué sacrificio más admirable: si mejora a Lope, es que tiene más talento que él, y es lástima que lo desperdicie mejorando las mediocridades del Fénix de los Ingenios en vez de dedicarse a escribir sus propias obras.
Lo mismo, creo, se puede aplicar aquí: al director de escena se le pide que monte Parsifal. Si quiere montar otra cosa, que escriba su propia obra, ya que cree tener tanto talento como para hacérnosla tragar a los que pagan, no por ver el nombre de Schliegensief en el cartel, sino porque quieren oír y ver una ópera de Wagner. Y más, como recuerda Roland, cuando éste aspiraba a Sammelkunstwerke.