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Simbología sexual en Wagner (I.Parsifal) |
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No hay que conocer las obras completas de Freud y sus seguidores para advertir ciertas metáforas de carácter sexual evidentes en las óperas wagnerianas. No voy a hablar ahora del cisne de Lohengrin (porque hasta los contemporáneos del genio de Leipzig advirtieron su lectura fálica) ni que los conocedores de términos médicos recomendaran a nuestro compositor que, para evitar pitorreos, cambiara el título de la ópera que en principio se iba a titular "Venusberg" y que acabó llamándose "Tannhäuser"(según parece, por aquel entonces la expresión "Monte de Venus" referida a la anatomía femenina no estaba generalizada y era usada casi exclusivamente por los profesionales de la medicina). Me voy a centrar exclusivamente en el "Ring" y en "Parsifal", y empezaré por esta última obra. Los caballeros del Grial son los custodios de dos objetos sagrados: la lanza (metáfora del sexo masculino) y el cáliz (un recipiente, metáfora del sexo femenino). Amfortas comete un pecado, un pecado sexual, y es por ello que se le arrebata el elemento que se relaciona matafóricamente con su sexo (la lanza); y quien se lo arrebata es Klingsor, aquel quien, para ser admitido en el círculo de caballeros puros de Montsalvat, cometió el pecado de castrarse a sí mismo. La herida de Amfortas en la ópera es ambigua, pero en las fuentes literarias (aun sin ser explicitada) parece de forma bastante clara que es una herida en la zona genital: la imposibilidad de cabalgar, por ejemplo, que aparece en Chrétien de Troyes y en otros autores cuando hablan del "roi pêcheur" ("rey pescador"), que jamás se nos dice que pesque o que pescara nada antes de ser herido, pero que coincide fonéticamente con la forma "roi pécheur" (rey PECADOR). La herida sangrante de Amfortas puede ser relacionada con el sexo femenino (¿menstruación?)y sólo al ser unida a la lanza que recupera Parsifal, ésta se cierra, porque se vuelve al orden después de la separación antinatural de los elementos que simbolizan ambos sexos; es decir, la unidad, la totalidad, el orden. Recordemos que el cáliz, la oquedad, el recipiente, asociado a lo femenino es el que recibió la sangre (de Cristo) y al vez, como el sexo femenino simboliza la maternidad (recordad a Parsifal cuando grita "¡Madre!" en el segundo acto), es el ser nutricio que alimenta a sus hijos, de la misma forma que el Grial alimenta a los caballeros que lo guardan. Si hasta aquí todo esto te ha parecido un rollo, no pierdas el tiempo leyendo el asunto "Simbología sexual en Wagner II". Si crees que es interesante, ya te anuncio que la segunda parte es más divertida. Un saludo Emilio |
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Hola Emilio, Antes de que algún wagneriano de pro de esos que hay por el foro haga la observación de que no entiende de dónde salen las rentas para mantener algo tan lujoso como Monsalvat(ya que los caballeros no parecen ejercer actividad remunerada alguna) o si el castillo de Klingsor tenía algún tipo de seguro contra derrumbamiento, te diré que me ha gustado tu mensaje y en absoluto me parece un rollo. Está bien lo que dices y creo que la verdadera revelación de una obra tan compleja como Parsifal habría de pasar necesariamente por comprender la naturaleza del Pecado sexual que comete Amfortas. ¿es tan sólo un pecado de índole lasciva? ¿Qué pensais¿ Pelikano |
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Hola. Eso me ha hecho recordar que el mito del rey que tiene una herida que no puede sanar ya existía en la mitología griega y, seguramente, ésta la tomó de alguna anterior (lo siento por los fanáticos del grial mistérico). El castigo, curiosamente, se infringe debido a que el individuo en cuestión, había tropezado con una vid, y no rindió a Dionisos el correspondiente ritual de reparación. Yo creo que Amfortas comete el pecado de fornicar por un motivo diferente al de la reproducción, es decir, por puro placer, con lo cual se desnaturaliza y pierde mérito como caballero del grial. Un saludo |