Lo primero que quiero decir es que en líneas generales las dos representaciones me han gustado y me han parecido de un nivel aceptable para los malos tiempos, que actualmente corren para las representaciones de óperas de Wagner.
En cuanto al director y la orquesta, me quedé sorprendido negativamente, pues creo que un teatro de la tradición del Liceu se merece un director y una orquesta mejor. El director (Bertrand de Billy) se limitó a seguir fielmente la partitura sin añadir ninguna idea propia y descuidando totalmente el lado expresivo. Pues de esta manera iba marcando los compases y ordenando las entradas de los músicos, sin exigirles nada más que tocaran las notas que están en la partitura y que entraran cuando debían entrar. Además abusó de aquella cualidad que distingue a los malos directores que es hacer sobresalir respecto de la orquesta los metales y los timbales, para con tan pobre recurso crear momentos lucidoles. La orquesta no sé si aburrida por una dirección tan pobre, no ofreció una imagen muy buena en las dos representaciones y comparándola con la orquesta de Valencia (ciudad donde vivo) me parece esta última mejor, y eso que el listón esta bajo.
Respecto de los cantantes, es de lamentar que un buen cantante como Falk Struckmann, no tuviera una buena tarde en su papel de Wotan en Das Rheingold, pero por contra Günter Von Kannen hizo un buen Alberich. El resto tuvo un nivel aceptable y cumplieron con creces, solo Loge (Graham Clark) se paso de rosca con una interpretación demasiado histriónica y se olvido de centrarse en lo que tocaba (cantar)
En Die Walküre, aunque tocaba el 2º reparto la noche del viernes 20 de junio, el nivel me pareció igual incluso mejor que el del domingo, sobresaliendo Elisabete Matos en el papel de Sieglinde, también Jayne Casselman en el papel Brünnhilde estuvo bien, en cuanto a Wotan (Peteris Eglitis) aunque tenía un timbre de voz bonito y una voz bien impostada, le faltaba volumen y fiato para cantar el papel, pero no deslució. Fricka (Andrea Bönig) tenía un timbre bonito y una buena línea de canto, pero le faltaba expresividad para el papel y tiene muy poca voz para cantar Wagner. Respecto de Siegmund (Jeffrey Dowd) era curioso que le costaba calentar la voz en el comienzo de sus intervenciones y al principio de las mismas la tenía un poco tirante, aunque estuvo, sin hacer un papel memorable, a un nivel aceptable.
En cuanto al montaje de Harry Kupfer, a mí me gusto en las dos representaciones. La idea era de representar el mundo actual como una degradación del fresno (el orden natural, la naturaleza, el origen del mundo). Así Das Rheingold empezaba con Wotan arrancando una rama del fresno y dejando una mancha sanguinorienta en el mismo. Yo supongo que al público fiel a las representaciones originales de la obra, el hecho de que la entrada de los dioses al Walhalla, echando confeti o la alegría de los dioses cuando Wotan renuncia al anillo y recuperan a Freia, representada con Wotan con la lanza puesta por detrás de la cabeza y sobre los hombros y con Freia y Ficka a ambos extremos también cogidas a la lanza de la misma manera y desfilando adelante y atrás ebrios de placer o que el arco iris previo a la entrada de los Dioses sea un enorme panel fosforescente de diversos colores no les debió gustar mucho, pero todo encajaba en la idea original y a mi me pareció interesante. En esta parte todo era más colorista y reinaba más la alegría, en Die Walküre los tonos del decorado eran más sombríos, anunciando la victoria del mundo moderno sobre el fresno, es más en el primer acto un fresno atravesado por dos tubos (¿un símbolo del progreso?) en forma de espada o de cruz ocupaba el centro del escenario. Otras cosas interesantes es que los distintos protagonistas que ya disputaban con Wotan (Fricka) o le suplicaban algo (Brünnhilde) lo representaban disputándole la lanza (símbolo del poder) a Wotan, o el impactante momento en el que Wotan claudicaba ante Fricka con la caída de un trozo más del ya maltrecho fresno, o la representación de la cabalgata de la valquirias con las mismas de pie en circulo y con los héroes caídos, acostados también en circulo, a los que aquéllas iban despertándoles con un beso y quitándoles la mortaja, con el efecto de que se encaminaban como autómatas (¿símbolo de la obediencia al mundo moderno viciado?) hacia el Walhalla. O el anuncio de Brünnhilde a Siegmund de su próxima muerte, maquillándole la cara de blanco adquiriendo la palidez de la muerte (¿muerte simbólica de alguien que deja el mundo del fresno y va a pasar al Walhalla, reino del mundo moderno?) o el juego de los colores con los vestidos de Sieglinde, del negro y rígido del primer acto (propio de la prisionera) al blanco (que simbolizaba la vida). Supongo que los montajes de Kupfer le pueden gustar o no a quien los vea, pero lo que es innegable es que están dotados de mucha imaginación y que hacen pensar (con lo poco dado que es la gente a esto últimamente) sobre lo que has visto.
un saludo a todos
Robber
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Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
