En su biografía sobre Wagner,Martin Gregor-Dellin, dice que a partir del Holandes Errante Wagner comienza a escribir lo que el llama música inteligente, entendiendo por tal la que se caracteriza por la ausencia de trivialidad.
Entendiendo tal afirmación en un sentido estricto no puedo estar de acuerdo con aquella, ya que por ejemplo en lohengrin conviven con la genialidad momentos muy triviales como el final del primer acto, donde la orquesta acaba a platillazo limpio. Tanto Lohengrin como Tannhauser no me parecen dos obras maestras y al igual que el holandés todavía hay momentos compuestos por el Wagner que quería impresionar a toda costa al público.
Eso sí, si la entendemos de una manera más amplia, desde luego hay un salto, un abismo entre lo anterior y lo posterior al holandes y desde luego a partir del holandes Wagner encuentra su estilo propio. Es curioso que como dice el libro, Wagner no fuera consciente de este encuentro en el mismo momento de su composición, sino con posterioridad.
Un saludo a todos.
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