Desde Santiago de Chile, un feliz año nuevo a todos los concurrentes de wagnermanía. Enero, significa aquí, visperas de vacaciones y todos nos ponemos de mejor ánimo.
En consonancia con este renovado espíritu lúdico, les propongo verter nuestras opiniones sobre el momento wagneriano(y sus razones), que nos convirtió definitivamente en adeptos del gran Richard I.
Abro los fuegos, con el final de La Walkiria en la versión London-Leisdorf:
1-Por la intensidad de vida que la orquesta traduce en todo el pasaje de la súplica de Brünhilde y su consiguiente respuesta.
2-Por el maravilloso(y tristísimo) entrelazamiento de los temas de la despedida y del sueño cuando, luego de sumirla en profundo sueño, la lleva en brazos al lugar destinado.
3-Por la implacable lógica musical del final final, con el climax percutante que se alcanza con las palabras de Wotán.
4-Y ¡sobretodo! luego de acceder al ruego de la hija, el comentario orquestal con el tema de la justificación que se expande, se expande... hacia el infínito.
Un saludo cordial,
Ricardo
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Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023