El
18 de enero de 1880, Richard Wagner conoce en Nápoles
al pintor ruso Paul von Joukowsky que realizaría en
1882 los decorados de la última obra de Wagner, Parsifal.
El músico había llegado a la ciudad italiana dos semanas
antes con toda su familia, estancia que se prolongaría
siete meses más. Wagner pidió al pintor que realizara
bocetos de la catedral de Siena que sirvieran como
modelo para el templo del Santo Grial, y que tomara
como modelo del jardín de Klingsor el parque del Palazzo
Rufolo.
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