Después
del merecido descanso estival, aprovechado para desengrasar los
oídos con mucho Mozart y Beethoven, volvemos a la carga. Para comenzar
el nuevo curso de Wagnermanía, proponemos algo "ligerito",
para ir entrando poco a poco en materia más pesada, de la que ya
hay en abundancia en nuestros almacenes.
Por
primera vez traemos a esta sección de Discos de Wagnermanía no una
obra completa, sino un álbum con fragmentos cantados. Se
trata de un estuche con dos CD's del sello Teldec (= Telefunken
+ Decca), dentro de la excelente colección de grabaciones históricas
Telekunken Legacy, titulado Legendary Wagner singers of
the 30's. La colección, en la que ya han aparecido compactos
dedicados a Willem Mengelberg, Clemens Krauss, Erich Kleiber, Helge
Roswaenge y Hilde Konetzni, Peter Anders, etc., añade a sus recuperaciones
del rico catálogo del sello Telefunken un álbum de dos CD's con
grabaciones wagnerianas del período 1929-39.
La
presentación es atractiva, en carpeta de cartón duro, con profusión
de fotografías y los CD's alojados en carpetas interiores. Se dan
datos de interés para el coleccionista, como fecha exacta de la
grabación (¡incluso día y mes!) y número de las matrices, algo que
debería figurar en toda edición seria (1). Interesantes las extensas
notas de Jürgen Kerstin, que en lo esencial recuerdan (2) a las
muy sucintas de Clemens Höslinger para el imprescindible álbum Richard
Wagner on record de Lebendige Vergangenheit (ref. 89404). En
lo que concierne a la presentación, en el lado negativo habría que
señalar cierta inconsistencia en la ubicación de los fragmentos
dentro de las obras a las que pertenecen: a veces se indica Acto
y Escena, a veces sólo el Acto, en el Sigfrido, la canción
de la fragua se ubica erróneamente en la Escena 2 del Primer
Acto; en los fragmentos de Sigfrido, algún dato sobre la
duración del corte es incorrecto; los discos entran a presión en
sus alojamientos; en las notas de Kerstin no hay mención alguna
a las hermanas Konetzni, que cantan dos fragmentos de la selección.
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Las
hermanas Konetzni |
Vayamos
al contenido de los discos. De las diez obras del Wagner escénico
que se mantienen en el repertorio, excepto El holandés errante
y Parsifal todas las demás están representadas. El primer
disco (75’49’’) contiene fragmentos de Tannhäuser, Lohengrin,
Tristán e Isolda y Los maestros cantores de Nüremberg.
El segundo (61’52’’) está íntegramente dedicado a la
Tetralogía. El procesado es magnífico, y aunque hay diferencias
de sonido entre unos registros y otros, todo se oye bien, y en algunos
casos, muy bien.
La
soprano vienesa Hilde Konetzni (1905-1980) abre la selección con
el aria de Elisabeth "Dich teure Halle", de la Primera
Escena del Segundo Acto de Tannhäuser, en una toma de 1937
de muy buen sonido. La menor de las Konetzni poseía una voz grande,
tersa, más bella que la de su hermana. Aquí pasa sin problemas sobre
la conocida página, incluyendo un comprometido Si4 en el último
verso, acompañada por un animado Hans Schmidt-Isserstedt al frente
de la Orquesta de la Ópera Alemana de Berlín.
El
bajo-barítono Rudolf Bockelmann (1892-1958), cuya voz recuerda algo
a la de Gustav Neidlinger, aparece en tres registros del 3 de Febrero
de 1933, con la Orquesta de la Ópera Alemana de Berlín dirigida
Franz Alfred Schmidt. Como Wolfram von Eschenbach, desgrana un "Blick
ich umher" (Acto Segundo, Escena Tercera, comienzo del torneo
de canto) con gran lirismo y depurado estilo liederístico. La voz
de Bockelmann, oscura, noble, sin problemas en el registro agudo,
y su impecable línea de canto, eran cualidades ideales para Sachs,
lo que queda demostrado con un magistral monólogo del saúco
"Was duftet doch der Flieder" (Acto Segundo, Escena Tercera).
Otro de los grandes papeles de Bockelmann fue, obviamente, Wotan.
Aquí tenemos una breve muestra de su poderoso Wotan en "Abendlich
strahl der Sonne Auge", de la Cuarta Escena de El oro del
Rin.
Del
barítono alemán Herbert Janssen (1892-1965), el "divino Janssen"
se nos ofrecen dos espléndidos registros de 1929, con la Filarmónica
de Berlín dirigida por Selmar Meyrowitz. En ambos podemos disfrutar
de su extraordinario Wolfram von Eschenbach, posiblemente el mejor
de la discografía (3). En "Wohl wubßt ich hier sie in
Gebet zu finden" (Acto Tercero, Escena Primera), Janssen realiza
una exhibición canora, con imponentes reguladores ("Nacht"),
perfección en los adornos ("O heil'ger Liebe"),
con graves (Sib) sonoros y bien apoyados. El canto a la estrella
"O, du mein holder Abendstern" (Acto Tercero, Escena Segunda)
es una joya entre joyas. Voz bellísima, canto expresivo, fraseo
y dicción impecables. Atención al fabuloso "zu werden"
final, desvaneciendo la voz, que se apaga poco a poco.
La
vienesa Maria Reining (1903-1991), gran Mariscala en el Rosenkavalier
straussiano, canta el sueño de Elsa "Einsam in trüben
Tagen" (Acto Primero, Escena Segunda) y "Euch Lüften,
die mein Klagen" (Acto Segundo, Escena Segunda) de Lohengrin,
grabados ambos en 1939, con el Coro Masculino y la Orquesta de la
Ópera Alemana de Berlín a las órdenes de Walter Lutze. Su voz cálida,
acariciante, con un punto de fragilidad, resulta muy apropiada para
Elsa. En "Einsam in trüben Tagen", Reining matiza perfectamente,
pasando del aire extático y de ensoñación inicial a la esperanza
de la última estrofa.
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Maria
Reining |
Aquí
se ponen de manifiesto los problemas y las arbitrariedades que surgen
al aislar algunos fragmentos para llevarlos al disco. En el sueño
de Elsa el coro masculino canta su frase después de la primera
estrofa de Elsa (no así el Rey Enrique), pero a continuación la
Reining canta las dos estrofas restantes, sin que vuelva a intervenir
el coro (ni el Rey o Telramund).
En
"Euch Lüften, die mein Klagen", Reining canta seguidas
las estrofas seguidas, omitiéndose las intervenciones de Ortrud
y Telramund.
El
tenor danés Helge Roswaenge (1897-1972) era poseedor de una voz
bella, lírica, timbrada, con cierto parecido en la emisión a Richard
Tauber. Su "Am stillen Herd" (Acto Primero, Escena Tercera
de Los maestros cantores de Nüremberg) de 1932 es excelente,
lleno de efusión romántica, expresivo y al mismo tiempo técnicamente
irreprochable.
El
barítono vienés Hans Reinmar (1895-1961) no es quizá muy conocido
entre los wagnerianos (4). Hoy los teatros se lo rifarían para cualquier
wagner, pero en su época había cantantes de más peso para
Wotan o Sachs. En el video Great conductors of the Third Reich:
Art in the service of evil (Bel Canto Society) puede vérsele
unos breves instantes durante la arenga final de Sachs en Bayreuth
1943. Esta información la rescato de la memoria (y espero no equivocarme),
pues la cinta me la confiscaron hace por lo menos dos años y desde
entonces mi video llora desconsolado. Tenemos aquí dos raras muestras
de su fino Sachs, grabadas en 1934, ambas de la Quinta y última
Escena del Tercer Acto: "Euch macht ihr's leicht" y "Verachtet
mir die Meister nicht", con Wilhelm Franz Reuß al frente
de la Filarmónica de Berlín. La voz es muy lírica, aterciopelada.
El fraseo es limpio, la dicción clara. Reinmar canta con mucho sentimiento,
y sólo cabe reprocharle algunos apuros en la zona alta. Los créditos
del disco no nos dicen cúal es el Coro que canta el "Wach auf!",
con una sección femenina bastante gallinácea. En los Adioses
de Wotan de 1933, de muy buen sonido, podemos apreciar el lírico
y expresivo Wotan de Reinmar, de legato admirable. Dirige la Filarmónica
de Berlín un inspirado Leo Borchard.
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Gertrud
Bindernagel |
Tan
sólo 11 registros discográficos dejó la soprano dramática alemana
Gertrud Bindernagel (1894-1932), antes de ser asesinada por su celoso
marido. Voz enorme, brillante, de gran belleza, con mucho cuerpo,
agudos timbrados, aunque de emisión algo inestable. En esta selección
se ofrece el más conocido, un veloz Liebestod (¡4’40’’!)
de 1932, muy bien dirigida por Selmar Meyrowitz.
Uno
de los puntos de mayor interés del álbum lo constituyen los fragmentos
de Lohengrin, Walkyria y Sigfrido registrados
en Bayreuth en 1936, con dirección de Heinz Tietjen y un plantel
vocal de primerísimo rango: Franz Völker (tenor, 1899-1965), Maria
Müller (soprano, 1889-1958), Josef von Manowarda (bajo, 1890-1942),
Margarette Klose (contralto, 1902-1968), Jaro Prohaska (barítono,
1891-1965), Max Lorenz (tenor 1901-1975) y Erich Zimmermann (tenor).
En este álbum se nos ofrecen algo más de 22 minutos del Lohengrin,
14 menos que los que había en el compacto de la anterior serie histórica
de Teldec (9031-76442-2).
En
"Mein Herr und Gott" (Acto Primero, Escena Tercera de
Lohengrin) destaca el imponente Rey Enrique de von Manowarda,
de voz noble, poderosa y con unos graves de impresión (Fa1 en "klar
erweist"). Extraordinarios los coros de Bayreuth, muy bien
recogidos pese a la fecha de grabación. En los dos fragmentos restantes,
el dúo de Elsa y Lohengrin "Das süße Lied verhalt"
(Acto Tercero, Escena Segunda) y la narración de Lohengrin
"In fernem Land" (Acto Tercero, Escena Tercera), la dulce
Maria Müller es una Elsa insuperable, aquí en uno de sus mejores
registros, y Völker se muestra como Lohengrin ideal, con una voz
bellísima, viril, timbrada. En esta producción bayreuthiana de 1936
(5) se recuperó la segunda parte del racconto, que Wagner
decidió suprimir (en total son 56 compases), decisión que comunicó
a Franz Liszt de cara al estreno en Weimar en 1850. En el pasaje
eliminado Lohengrin cuenta cómo llegó noticia a Monsalvat de los
problemas de Elsa y cómo la Hermandad del Grial decide enviar a
Lohengrin en su ayuda. Es conocida la anécdota de unos sorprendidos
Hitler (en Bayreuth) y Thomas Mann (atento a la retransmisión radiofónica)
al escuchar por primera vez la narración completa.
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Maria
Müller y Franz Völker
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Puede
sorprender (hoy ya no tanto) una pareja de welsungos tan
lírica como la formada por Völker y Müller. Todo el fragmento de
Walkyria, desde el "Winterstürme" hasta el final
del Primer Acto es magnífico. Völker es una delicia, musical, con
una espléndida línea de canto, una dicción precisa y un adecuado
balance entre lirismo y heroísmo. A veces parece un poco contenido,
tímido, sin soltar del todo la voz. La Müller compone una Sieglinde
apasionada. La dirección de Tietjen es un tanto rutinaria.
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Max
Lorenz |
Max
Lorenz es un Sigfrido arrollador en la canción de la fragua
"Nothung, Nothung, neidliches Schwert" y en la canción
de la forja "Schmiede, mein Hammer, ein hartes Schwert"
(Acto Primero, Escena Tercera). La voz, enorme, suena juvenil, y
dos características de su estilo que a mi no me gustan, la afinación
imprecisa y la tendencia al canto enfático, exaltado, no asoman
en estas grabaciones. En la canción de la forja se omiten
los martillazos, pero Erich Zimmermann canta las breves frases de
Mime. En "Daß der mein Vater nicht ist" (Acto Segundo,
Escena Segunda) tenemos a un Lorenz sensible, expresivo, y con abundantes
recursos técnicos, que coloca con sumo gusto algunos falsetes ("ihr
hell schimmernde Augen" o "warum aber starb
sie da") y hace un fabuloso regulardor en "meine
Mutter sehen!". Es interesante comparar el Sigfrido
de Lorenz con el del poco conocido Willy Störring (1896-1979), de
voz potente, fácil en el agudo, buen fraseo y afinación más precisa
que aquel.
Cierra
el álbum una veloz "mini-inmolación" de Brunilda (sólo
hasta "Ruhe, ruhe, du Gott!") grabada en 1933 por una
convincente Anny Konetzni (1902-1968), de voz voluminosa, metal
bruñido, buenos graves, ¡y no grita como Luana DeVol u otras Brunildes
recientes! Franz Alfred Schmidt dirige a la Filarmónica de Berlín.
Estamos
ante una recomendable selección, de muy alto nivel vocal (¿llegaré
a escuchar en vivo algo semejante en este repertorio?), bien presentada.
Algunos registros son ya conocidos por los buenos aficionados a
las grabaciones históricas, dispersos en discos monográficos del
sello Preiser o Lebendige Vergangenheit. Las tomas de Bayreuth 1936
ya fueron editadas por Teldec, pero aquel disco es hoy de difícil
localización. Es una buena oportunidad de comparar con lo escuchado
hace poco del Festival de Bayreuth y sacar algunas conclusiones.
Y a precio medio... yo no lo dudaría.
(1)
Antes sólo los sellos serios, los que hacían sus propias restauraciones
de grabaciones históricas (Pearl, Biddulph, Preiser, etc. o los
grandes, propietarios de las grabaciones, como EMI, DG...) incluían
esos datos. Ahora hasta los piratas no se limitan a copiar CD’s
sin gastarse un duro, sino que copian también los datos de las grabaciones
de los sellos serios y los incluyen en sus "cutreediciones"
para darse un aura de credibilidad.
(2)
Las referencias al ensayo de Wagner de 1872 "Über Schauspieler
und Sänger" (Sobre actores y cantantes) y a la admiración de
Wagner por el belcanto italiano.
(3)
Hay que disfrutarlo aquí o en la selección de selección de 147 minutos
de Tannhäuser que grabó en Bayreuth en 1930, con dirección
de Karl Elmendorff, antes que en grabaciones tardías del MET de
los años 40.
(4)
Reinmar es un imponente Amfortas en la grabación (imprescindible)
del Tercer Acto de Parsifal de 31 de Marzo de 1942 dirigido
por Hans Knappertsbusch (Preiser, Music&Arts).
(5)
Las grabaciones no se realizaron en vivo, pero la narración de
Lohengrin se grabó asimismo completa, recuperando el corte prescrito
por Wagner.
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