A
mis queridos amigos:
Hace
cincuenta años, en 1941, tuve el gran honor de hacer mi debut en
el MET junto a algunos de los más grandes cantantes wagnerianos
de todos los tiempos. Mis días como ‘Sieglinde’ pasaron, pero espero
que esta grabación sirva para dar a las futuras generaciones una
idea del alto nivel en el repertorio wagneriano que había en el
MET de aquellos tiempos, así como tanto placer como el que yo tuve
al volver a escuchar este recuerdo de hace tanto tiempo (Astrid
Varnay en 1991).
|
Lauritz
Melchior como Siegmund en Bayreuth (1924) |
|
El
sello NAXOS, que hace unos años decidió lanzarse al pantanoso terreno
de las grabaciones históricas, insiste en este importante registro
del MET, ya conocido (en CD fue editado por el sello MYTO en 1991,
Ref. 3MCD 913.41, y reeditado también por MYTO en 1998, Ref. 982.H012).
Y NAXOS vuelve a acertar. Esta Walkyria del 6 de Diciembre
de 1941 constituye un documento histórico por múltiples motivos.
En primer lugar, por la calidad de prácticamente todas las voces
que intervienen. Además, en esta función coinciden tres debuts:
el primer Hunding de Alexander Kipnis en el MET, la primera
Brünnhilde de Helen Traubel sobre un escenario y el debut
absoluto sobre un escenario operístico de una Astrid Varnay de 23
años, sustituta de última hora de la gran Lotte Lehmann. El último
motivo lo contaré al final.
El
sonido de esta edición es bastante bueno (siempre dentro de las
limitaciones de este tipo de registros, en vivo y técnicamente superados),
especialmente en los Actos II y III. Las interferencias son pocas
y el nivel de las frituras y ruidos parásitos mínimo. Me
consta que el sonido de la fuente original es bueno, el mejor de
las Walkyrias del MET que se conservan del periodo 1935-43,
comparable al de la Walkyria de Boston del 30 de Marzo de
1940, y con una presencia y un ambiente superiores a los de registros
coetáneos realizados en estudio. Y esto sin afectar demasiado a
la naturalidad del sonido orquestal y a las voces. No he tenido
tiempo de hacer comparaciones detalladas con las ediciones MYTO,
pero picoteando aquí y allá no encuentro grandes diferencias. El
sonido Naxos es algo más brillante, y puede resultar más agradable
al oído. Si alguien quiere probar el sonido antes de comprar la
grabación, recomiendo ir directamente a las Escenas Segunda y Cuarta
del Segundo Acto (CD 2, pistas 6 y 11 respectivamente).
En
el lado negativo hay que citar la falta de mención a la fuente sonora
utilizada (que me imagino cual es), las telegráficas notas de Paul
Campion, no se citan los nombres de las esforzadas cantantes que
encarnan a las Walkyrias en el Tercer Acto, la ausencia de
los comentarios de Milton Cross, locutor habitual en las retransmisiones
desde el MET y prácticamente de aplausos al final de cada acto (aunque
a cambio el público nos obsequia con algunos en mitad de la representación).
Quizá sea exigir demasiado por 3.000 pesetas.
|
Helen
Traubel y Lauritz Melchior jugando
|
Hay
que mencionar que la función se dio con los habituales cortes en
el Segundo Acto, que dejan la duración de la obra reducida a 175
minutos. De la frase de Wotan "...doch schweigend entschwand
mir das Weib" (CD 2, pista 6, 6’52’’) se pasa a Ein Andres
ist’s (pista 7, 0’07’’), eliminando 36 versos de Wotan, en
los que explica el origen de Brünnhilde y la misión de las
Walkyrias, y 4 de Brünnhilde. Lo peor viene poco
después, cuando de la frase de Wotan "dann wäre Walhall
verloren" (pista 7, 0’37’’) se pasa a So nimm meine Segen,
/ Niblungensohn!, omitiendo nada menos que 119 versos de Wotan
(y 3 de Brünnhilde), con lo nos quedamos sin conocer las
tribulaciones de Wotan sobre los propósitos de Alberich,
los pactos que impiden a Wotan intervenir directamente para
recuperar el Anillo, las esperanzas depositadas en Siegmund,
ahora desvanecidas al descubrir Fricka el engaño, la renuncia
de Wotan y la génesis de Hagen. Casi nada. Hay otro
pequeño corte: después de "gellt es herauf" de Sieglinde
(CD 2, pista 9, 2’53’’) conque culmina una estrofa cuyos últimos
versos Varnay canta un poco atropelladamente, se come 8 versos y
salta a "Wo bist du, Siegmund?". ¿Fallo de memoria?
Antes
de pasar a comentar los aspectos musicales de esta grabación, y
para subsanar la omisión de Naxos, cito los nombres, algunos habituales
en el MET de los años 40, de las Walkyrias: Anna Kaskas (Schwerleite),
Maria van Delden (Helmwige), Helen Olheim (Siegrune),
Thelma Votipka (Gerhilde), Maxine Stellman (Ortlinde),
Doris Doe (Waltraute), Mary van Kirk (Grimgerde),
Lucielle Browning (Roßweise). El octeto es sumamente
competente. Prueba de la calidad de sus individualidades es que
en cierta ocasión Maxine Stellman sustituyó a una indispuesta Varnay
en una representación de Lohengrin, reto que no cualquier
gritona está en condiciones de afrontar. No hay que confundir a
Doris Doe con la empalagosa Doris Day, aunque esta última también
cantase ‘junto al Hudson sobre la roca’. Desconozco el nombre del
apuntador, que tuvo una intervención notable en esta función.
|
En
1939, al morir Artur Bodanzky, se hizo cargo del repertorio alemán
otro vienés, que contaba entonces 27 años, Erich Leinsdorf (1912-1993).
Entre 1931 y 1933, Leinsdorf estudió chelo y composición con Paul
Emrich en la Musikschule de Viena. En 1934, Bruno Walter le contrató
como asistente en el Festival de Salzburgo, donde también fue asistente
de Arturo Toscanini (1936-37). En 1937 fue contratado como asistente
de Artur Bodanzky en el MET, debutando allí en 1938 dirigiendo una
función de La Walkyria. En 1943 abandonó el MET al ser llamado
a filas, aunque regresaría en 1957 como ‘consultor musical’. Director
titular de la Orquesta de Cleveland de 1943 a 1946 (hasta la llegada
de George Szell), de la Orquesta de Rochester (1947-56), New York
City Opera (1956), Sinfónica de Boston (1962-69, sucedió nada menos
que a Charles Münch). Tras su marcha de Boston actuó por todo el
mundo con numerosas orquestas como director invitado. De 1981 a
1987 fue director principal de la Orquesta Sinfónica de la Radio
de Berlín. Refiriéndose a la temporada 1943-44 del MET, el crítico
de la época Irving Kolodin escribió: todo el Wagner de esta temporada
fue dirigido por Szell, quien realizó un notable trabajo insuflando
vida a unas representaciones que se habían vuelto aburridas con
Leinsdorf. Me preguntó que opinará entonces este crítico de la dirección
de Leinsdorf en La Walkyria de estudio de 1961 (DECCA). Personalmente,
y aunque comparto la admiración hacia la dirección de Szell, no
encuentro para nada aburrida la dirección de Leinsdorf en la grabación
que aquí se comenta. Los tempi son vertiginosos, pero rara
vez alocados. En los ‘grandes momentos’ hay sentido del drama, emoción.
Obviamente, Leinsdorf no es Kna, pero hay conexión con la
escena, y algo tantas veces ausente: electricidad, en ocasiones
alto voltaje. Destacaré los Preludios a los Actos I y II (al término
de este último se escuchan aplausos del público, no se sabe si a
Leinsdorf o por la visión de Schorr al levantarse el telón), el
final del Primer Acto, llevado a velocidad supersónica, el breve
interludio orquestal que precede a la Tercera Escena del Segundo
Acto (CD 2, comienzo de pista 9), el acompañamiento a la intervención
de Brünnhilde "Soll fesselnder Schlaf / fest mich binden"
(Cd 3, pista 8,1’38’’), de gran fuerza expresiva, y los instantes
anteriores al "Leb wohl, du Kühnes, / herrliches Kind!"
de Wotan (CD 3, final de pista 8).
|
Alexander
Kipnis como Boris Godunov. |
El
bajo ucranio Alexander Kipnis (1891-1978), estudió dirección en
el Conservatorio de Varsovia y canto en Berlín con Ernst Grenzebach,
con quien también estudiaron Lauritz Melchior y Max Lorentz.. Debutó
en 1915 en Hamburgo. De 1917 a 1922 cantó en Wiesbaden. De 1919
a 1929 fue el principal bajo de la Städtische Oper de Berlín. Posteriormente
lo fue en las Staatsopern de Berlín y Viena y fue contratado en
Bayreuth. Fue muy admirado como cantante wagneriano y mozartiano,
aunque destacó también en papeles del repertorio italiano y del
ruso (es famoso su Boris). Tenía en su repertorio 108 roles
en varios idiomas. Fue también un gran liederista. Tras recorrer
los principales escenarios de medio mundo, en Estados Unidos actuaciones
regulares en la Ópera de Chicago de 1923 a 1932 precedieron a su
tardío debut en el MET, que tuvo lugar en 1940, en el papel de Gurnemanz.
En esta grabación asistimos al debut metropolitano de Kipnis en
un papel (Hunding) que había paseado triunfalmente por toda
Europa. Y, por lo que se escucha aquí, la fama era totalmente merecida.
Es el suyo un Hunding tan amenazador ("Du labtest ihn?",
CD 1, pista 4, 0’52’’; desde "Zur Rache ward ich gerufen",
CD 1, pista 7, 0’25’’ hasta el final de la Escena Segunda del Primer
Acto) como bien cantado ("Heilig ist mein Herd: / heilig sei
dir mein Haus", CD 1, pista 4, 1’14’’ o "Rüst uns Männern
das Mahl!" en 1’34’’).
|
Kerstin
Thorborg como Brangäne |
Kerstin
Thorborg (1896-1970) (1) es una de las mayores intérpretes del desagradecido
papel de Fricka de toda la historia del canto wagneriano. No
es la Fricka de Thorborg una esposa gruñona, obsesa defensora
de caducos principios morales, sino una mujer de principios. Thorborg
construye un personaje de gran nobleza, y cuando uno escucha esta
Fricka, que deja en evidencia a Wotan y sus oscuros
manejos, se le coge simpatía. Escúchense por ejemplo la frase "Wann
ward es erlebt, / daß leiblich Geschwister sich liebten?"
(CD 2, pista 3, 3’03’’), como va aumentando su enfado durante su intervención
"So ist denn aus / mit den ewigen Göttern..." (CD 2, pista
4), o su imponente agudo en "die Göttin entweiht er nicht
so".
|
|
San
Francisco Opera, 1935: Friedrich Schorr como Wotan, Hans Clemens
como Loge en El Oro del Rin |
Friedrich
Schorr (1888-1953) (1) está aquí en SU papel pero, como dicen los
angloparlantes, ‘well past his prime’. El mes pasado comentaba en
esta sección, refiriéndome a su Wanderer en 1937: la voz
es de gran belleza, dúctil, tiene volumen sobrado y Schorr la maneja
con un legato prodigioso. Cuatro años más tarde, en 1941,
poco queda de esto. No es ya que Schorr se muestra corto y forzado
en el registro agudo; aquí la voz, que conserva gran parte de su
nobleza, es más dura, el fraseo rígido. Casi se agradece el corte
en el gran monólogo del Segundo Acto. Como es de esperar, está mejor
en las partes declamadas que en aquellas que requieren canto puro.
Pese a todo y el evidente deterioro vocal, el registro grave aun
depara gratas sorpresas, como en "Was keinem in Worten ich
Künde, / unausgesprochen / bleibt es denn ewig..."
(CD 2, pista 6, 4’02’’). Justo al final de la obra, desde "Der
Augen leuchtendes Par" (CD 3, pista 10, 0’06’’), está sorprendentemente
bien, confirmando el conocido dicho quien tuvo, retuvo.
Lauritz
Melchior (1890-1973) (1) es el Siegmund de esta grabación.
Desde que debutara el papel en el Covent Garden de Londres en 1924,
Melchior lo paseó por los escenarios en 183 ocasiones, de las que
83 lo fueron en el MET. En esta función no debía encontrarse Melchior
en su mejor forma, pero aunque hubiese sido éste su mejor registro
del papel, sería difícil encontrar un ejemplo de superior calidad.
Si en el Sigfrido de 1937 comentado en el número de Marzo
de Wagnermanía Melchior se mostraba no sólo como
paradigma de heldentenor sino como cantante completo, de
acabada técnica, dominador de todos los recursos, aquí sigue siendo
imbatible en los momentos en que prima el canto heroico, pero se
muestra más débil y aun algo apurado allí donde hay que apianar
o usar la mezza voce. Así, pasa apuros al apianar en "dir
Frau doch bleibe sie fern!" (CD 1, pista 3, 0’58’’),
el Schwester! Geliebte! (CD 2, pista 10, 4’24’’) lo ataca en falsete.
Hay mejores ejemplos de su incomparable "Winterstürme"
(CD 1, pista 10, 0’18’’) y en "Zaubertfest / bezähmt ein Schlaf..."
no está tan fino. Pero no vaya a pensarse que Melchior está mal.
Tan sólo está inferior a sí mismo (grabación comercial del Primer
Acto con Bruno Walter en 1935; Boston, 30 de Marzo de 1940 con la
Sieglinde de Lehmann, etc). Ahí están esos "Wälse! Wälse!"
(CD 1, pista 8, 1’58’’) marca de la casa, mantenidos 12 y 10 segundos,
respectivamente; esa frase casi de barítono en la que Melchior parece
estar explicando de dónde le sale la voz ("...tief in des Busens
Berge...", CD 1, pista 8, 4’52’’), los 8 últimos minutos del
Primer Acto, con una arrebatadora pareja de wälsungos (volcánica
Varnay) y una batuta incandescente, o toda la escena del anuncio
de la muerte (CD 2, pistas 11 y 12).
|
|
Astrid
Varnay como Sieglinde
|
En
los dos
primeros números de Wagnermanía, José Alberto Pérez
realizó un minucioso y entusiasta recorrido por la carrera de Astrid
Varnay (n. 1918). A aquellos estupendos artículos remito a los interesados
en ampliar información sobre la inalcanzable. Cuenta Varnay
en su autobiografía (2) que su debut sobre un escenario (no ya en
el MET) estaba previsto para el 9 de Enero de 1942, como Elsa
en Lohengrin. El viernes 5 de Diciembre de 1941, cuando llegó
al MET para su habitual rutina de ensayos, Leinsdorf le pidió que
ensayaran (al piano) el papel de Sieglinde, pero no a plena
voz, sino marcando, cantando a media voz y bajando una octava
los agudos. Al término del ensayo, en que pasaron el papel de un
tirón, Leinsdorf la mandó a maquillaje y vestuario. Lotte Lehmann,
la Sieglinde anunciada para la matinée del día siguiente
(véase el cartel anunciador de la función) había enfermado. Y así,
el sábado 6 de Diciembre de 1941, una inexperta soprano de 23 años
tuvo que adelantar su debut y subir por primera vez a un escenario,
en uno de los mejores teatros del mundo, en un duro papel, sin haber
ensayado con la orquesta o sus compañeros de reparto en una función
que sería retransmitida por radio para una audiencia de varios millones
de personas. ¡Y en qué compañía! Tan sólo seis días después tuvo
que volver a escena improvisadamente para sustituir a una indispuesta
Helen Traubel...¡como Brünnhilde en La Walkyria! Y
todo por 75 dólares a la semana. Así se escribe la historia. Como
dice Varnay, si esto fuera el guión de una película, habría pensado
que el guionista estaba loco. Y algo parecido nos pasa cuando escuchamos
esta grabación: de no haberse conservado testimonio sonoro de aquella
función, no creeríamos los elogios de los críticos de la época:
Sieglinde, en manos de la Srta. Varnay, fue una de las caracterizaciones
más satisfactorias y convincentes que nos ha deparado esta temporada
(Nöel Strauss, en The New York Times).
Ya
desde su primera intervención cuesta pensar que quien frasea de
ese modo, con sensualidad en "Des seimigen Metes / süßen
Trank / mögst du mir nicht verschmän" (CD 1,
pista 2, 6’04’’), con delicadeza y feminidad, controlando el inmenso
caudal de su voz en "Feige nur fürchten den, / der waffenlos
einsam fährt!" (pista 6, 0’32’’), que expresa tan vívidamente
el miedo, la angustia y el aire alucinado de Sieglinde al final
de la Tercera Escena del Segundo Acto (desde "Horch, die Hörner!",
CD 2, pista 10, 2’46’’ hasta 4’24’’), es una jovencita de 23 años
que nunca antes ha subido a un escenario. La voz es de una calidad
extraordinaria, algo que por supuesto todos los aficionados al canto
sabemos. También están aquí la pasión y el dolor expresados de forma
incomparable con la voz, pero a sus conocidas dotes se añade aquí
la frescura juvenil de una voz intacta. Pero si tuviera que escoger,
la apoteosis vocal llega cuando la inalcanzable comparte
la escena con otra debutante, que desde sus más de 180 cm de estatura
se erige en protagonista de la función, una mujer de San Luis
(3) llamada Helen Traubel.
|
Helen
Traubel nació un 16 de Junio en San Luis, Missouri, de padres alemanes,
y se crió en un barrio de emigrantes alemanes. Según la fuente consultada,
el año de nacimiento oscila entre 1899 y 1903. En su tumba figura
el año 1903. Debutó profesionalmente con la Orquesta Sinfónica de
San Luis en 1925. En 1926 declinó una oferta para debutar en el
MET para continuar sus estudios. Tras varios años cantando
en conciertos con la Sinfónica de San Luis y otras orquestas, debutó
en Mayo 1937 en el MET como Mary Rutledge en la ópera El hombre
sin patria del compositor y director Walter Damrosch. Formó
parte de la plantilla del MET en las temporadas 1937-38 y 1938-39,
pero sin llegar a cantar. Con Lotte Lehmann, Kirsten Flagstad, Marjorie
Lawrence y Elisabeth Rethberg como competidoras directas en sus
papeles potenciales, lo tenía muy difícil. La temporada 1939-40
comenzó con similares perspectivas, pero por enfermedad de una de
las grandes, finalmente le llegó su oportunidad y en Diciembre de
1939 debutó en el MET como Sieglinde, con Flagstad, Melchior
y Schorr de compañeros. El debut de Traubel causó sensación. En
1940 repitió papel en varias ocasiones, con Flagstad o Lawrence
de Brünnhildes. Arturo Toscanini la invitó a cantar la Sieglinde
de la Escena Tercera del Primer Acto y la Brünnhilde del
Ocaso (duo con Siegfried del Prólogo y Escena de
la Inmolación) junto a Lauritz Melchior en el concierto a beneficio
de la Cruz Roja del 22 de Febrero de 1941, que fue retransmitido
por radio (hay grabación en BMG-RCA Victor Gold Seal y varios sellos
piratas). Cantó su primera Elisabeth de Tannhäuser cinco
días antes de la función que aquí se comenta, grabación que recoge
su debut como Brünnhilde sobre un escenario operístico. Por
fin Traubel comenzaba a ocupar el puesto que por su talento y cualidades
vocales le correspondía. Con la marcha de Flagstad del MET en 1941
y la cruel poliomielitis cebándose con Marjorie Lawrence, Traubel
se convirtió en la principal soprano wagneriana del teatro newyorkino,
puesto que ocupó hasta 1953. A su llegada como Director General
del MET en 1950, Rudolf Bing redujo a la mitad las representaciones
del repertorio alemán, y Traubel comenzó a prodigarse como cantante
profesional en otros repertorios, como también habían hecho Lauritz
Melchior o Ezio Pinza, actuando en comedias musicales y shows
de radio y televisión (con Jimmy Durante). La paciencia de Bing
se terminó tras una actuación de Traubel en el Night-Club de Chicago
Chez Paree en 1953. Bing la acusó de ‘falta de dignidad’
y finalmente, Traubel se despidió del MET el 21 de Marzo de 1953,
con una función de Tristan e Isolda.
Traubel
fue una mujer inclasificable. Escribió varias novelas policiacas,
entre ellas The Metropolitan Opera Murders (1951) y The
Ptomaine Canary (1959). Actuó en varias películas, como el musical
Deep in my heart (1954) de Stanley Donen (junto a José Ferrer,
Merle Oberon, Gene Kelly, la estupenda Cyd Charisse y Ann Miller),
fue Miss Helen N. Wellenmellon en la comedia The Ladies’ Man
(1961) de Jerry Lewis. Fue copropietaria de un equipo de beisbol
(los Browns de San Luis). Con su carácter extrovertido e informal
y su risa fácil, no es extraño que hiciera buenas migas con su alter
ego masculino: Lauritz Melchior. Falleció de un ataque al corazón
en Santa Mónica, California, 28 de Julio de 1972.
Volvamos
al 6 de Diciembre de 1941. La voz de Traubel es una de las más bellas
que conozco. Por expresarlo de un modo gráfico, yo diría que es
un cruce entre Kirsten Flagstad y Elisabeth Grümmer. Es una voz
de gran volumen, calidez y luminosidad. Escúchese por ejemplo "Der
wilde Jäger, / der wütend mich jagt..." (CD 3, pista 2, 2’39’’).
Sus "Hojotojos!" de entrada en el Segundo Acto (CD 2,
pista 2, 0’26’’ y 1’43’’) son tan impactantes que arrancan los aplausos
del público (¡¡¡???). En la escena del anuncio de la muerte (especialmente
la pista 12 del CD 2) la voz de Traubel es sencillamente gloriosa.
Cuando está junto a Varnay, ambas nos llevan directamente al Walhall.
En "Fern von Siegmund" (CD 3, pista 3, 0’05’’) Varnay
nos deslumbra, como su tremendo "Rette mich, Kühne!" (1’30’’).
Las réplicas de Traubel son impresionantes ("Lebe, o Weib,
/ um der Liebe willen!", 1’12’’ y "Fort denn eile, / nach
Osten gewandt!", 2’54’’). Entonces, tras un ritardando
casi knapertsbuschiano de Leinsdorf, surge el ‘sublime prodigio’,
y Varnay entona un "O hehrstes Wunder!" (4’00) para el
recuerdo. He perdido la cuenta de las veces que he escuchado esta
escena enlos últimos días. En toda la Tercera Escena del Tercer
Acto Helen Traubel está sublime, haciendo unos reguladores increibles:
"dab den Wälsung du liebtest" (CD 3, pista
6, 4’52’’), "Der diese Liebe..." (5’41’’). Por
ponerle a Traubel algunas pegas, un "...ihm innig vertraut"
un poco pobre comparado con Varnay (en el Anillo de 1956
con Kna), y algunos momentos aquí y allá en que acusa ligeros fallos
de memoria que resuelve à la Antonio Ozores: ...desconcertado...volvíaaass
ddú la escagunmenaldea de los menullos...La que en el combate a
Wotan le guarda la espalda.... Menudencias.
En
resumen, esta grabación, por su sonido (bastante bueno para la época
pero obviamente superado) y los cortes, no puede recomendarse como
primera opción. Pero este festival canoro, en especial en lo que
se refiere a Traubel, Varnay y Melchior en los papeles de más peso,
voces de lujo arropadas por la eficiente y nerviosa dirección de
Leinsdorf, debe ser conocido por todo aficionado al canto, wagneriano
o no. Es un testimonio, felizmente conservado, de una época que
de momento parece irrepetible (aquí me encantaría equivocarme).
Y son sólo 3.000 pta...
Epílogo
(Wagner
in tempore belli). El día 7 de diciembre a las 13:00 horas en Nueva
York, una fuerza aeronaval japonesa lanzaba un ataque sorpresa sobre
la base naval estadounidense de Pearl Harbour (Hawaii). Al día siguiente,
los Estados Unidos de América declaraban la guerra a Japón. Realmente,
esta Walkyria es una representación histórica.
(1)
Ver datos biográficos en mi artículo
de Marzo en Wagnermania.
(2) Versión inglesa: 55 years in five Acts: my life in Opera (Northeastern
University Press, Boston 2000)
(3) Así se titula su autobiografía, escrita en 1959.
|